Pequeña otra antología

I
*Nunca más seré un simulacro.*

Seré el arquitecto de las palabras que son puente.

Seré franco, sin telones ni abismos,
Estaré desnudo ante la plaza de mercado
Con los ojos cerrados, gritando mi libertad

Nunca más seré un simulacro.

Seré el escritor de los caminos, explorador de las mentes

Sin necesitar ni pretender,
Existiendo, amando, y no perteneciendo
Porque te voy a querer como sos,
Te voy a conocer como sos…

Y es así como he decidido ser feliz.
Sabiéndome libre bajo mis ataduras.

.Tristan.

II

Partida de ajedrez

La vida sólo una observadora
El diablo tu rival
La única pista, la muerte
La única salida, ganar.

III

Aprendizaje.

¿Escribo lo que vivo
O vivo lo que escribo?

No lo sé, la respuesta es una sola,
Y es que la extraño.

Que as noches se han vuelto ceguera
Que casi preferiría dejar de soñar,
Que las madrugadas se han tornado un guayabo raro
Que hoy tuve que orinarme para poder despertar.

Ahí estabas tú, con él,
Tras la ventana que golpeaba
Sin querer ni necesitar nada,
Mientras yo necesitaba tus ojos en mí,
Sólo para verte
Siendo feliz como yo no puedo,
Porque nunca pude aprender a estar sólo
Aunque siempre lo esté sintiendo.

Vivo lo que pienso,
Pienso en lo que quiero,
Y aveces lo que quiero no es lo mejor
Sino lo que acostumbro a pedir.

Mas me alegra saber que estás bien
Que estarás mejor que conmigo
Y que podré soportar
Cada mañana el deseo de llamarte,
Cada noche extrañarte entre mi almohada
Cada tarde quererte en mis brazos
Cada día repetir la dosis
Y saber que no volverás.

Me alegra saber
Que yo también podré aprender
A querer como no he podido
Así como vos me querías
Cuándo no pude entender

Que yo también podré aprender
Y no estaré llorando cada día
Ni volveré a ensuciarme de tu recuerdo
Y en mis letras sólo estarás de fondo en melodía
Dándole a mi aire la tristeza que lo caracteriza,
Musa roja y eterna, blanquecina y bella.

Sepa que aunque no me lea
Yo nunca la voy a olvidar
Y aunque me duela y no deba
Le seguiré amando.

Mientras vivo mi vida.

.Ivelios_T.

IV

Días de sobriedad.

Pues llevo mucho tiempo ebrio
De ti, de alcohol, de drogas,
Ebrio de la no vida que pasa frente a mí
Ebrio de la ilusión que me marchita.

Te agradezco por dejarme intoxicarme de ti
Por hacernos posibles, fonéticos
Por ver en el cielo aquello que somos
Por prever nuestra partida, frenéticos
a tu sonrisa preciosa y precisa
Que significa mi paraíso de locura.

Porque cuándo estamos juntos
El amor está en el aire de los ángeles
Y nosotros también subimos allá…

Ahora, necesito ser sólido, volver a volver a
Existir, ojalá aún contigo en la sangre,
Siendo feliz y cumpliendo, sin agujas
tratando no enloquecer, por necesidad
Caminando sin rumbo y por gusto
En un bar ya cerrado y vacío
buscando en el techo la salida
Siendo el techo la calle.

O no lo sé.
No soy yo quién para ver el futuro
(de por sí no veo mucho del presente)
Pero sí puedo prepararme para él.

Tómame fuerte de la mano
Aunque yo no este ahí
Estaré contigo.

.Ivelios_Tristán.

V

Dedo.

Dedo que señala y marca,
Que apunta y rompe,
Que ciñe y delimita.

Dedo que insulta y crea,
Dedo que alaba y destruye.
De un hombre que aprende
¿Pero, hasta cuándo?

Si ya no quedan ni las cuzcas
de lo que estabamos pensando.
Se fueron a recorrer, algunas,
Se quedaron a escuchar, otras
Los terricolas que sonaban
En el futuro distante.

Pienso en los caminos,
Que calle tan bonita
Tan azul y tan solita
Tan insólita como el día
Tan sabia como la noche

Tan ida como de mi vida la ilusión
Y tan ausente como quién me mira.
Tan presente como quien señala
Tú, ten cuidado con ese dedo
Con el que dices tu camino
No vayas a perderte.

Dedicatoria a Anselmo
(«Hágale pues una poesía a este dedo») – dijo mientras me señalaba-
.Ivelios_T.

VI

El cielo y el suelo son uno,
«El coro».

Un beso sabor polen

Amapolen.

Siento que perdí

Y nunca jugué

VII