En noches como esta te admiraba
te hacia descontrolar dentro de mis manos,
te acompañaba en el silencio de las estrellas
y tu me ofrecías tu cálido abrazo.
Me parecía haber llegado al cielo
donde los ángeles bailan y cantan
mas tu misterio se volvió eterno
la ceguera domino mi alma.
Atiendes lo innecesario
y tornas tu actitud a lo mas oscuro
cualquier cosa se volvería voluntario
si me dijeran lucha por ese culto.
Las luciérnagas me molestan,
iluminan mi mente abrumadora,
no quiero salir de esta niebla;
donde me siento feliz con tu aroma.
Entonces te conviertes en esa nube purpura,
que al comienzo del día o al final de la noche aparece,
yo soy ese niño cauto que se sienta al borde
a admirar todo lo que con el tiempo, desaparece.
OPINIONES Y COMENTARIOS