Afonya

-Esta época, es terrible.
Hay un linchamiento, ante lo políticamente incorrecto.
No puedes, hablar libremente, sin herir susceptibilidades.
O desatas una ola de repudio, linchamiento o una horda de «ciudadanos» queriendo partirte, la madre.
No puedes tener miedo del caos, más sin embargo el caos de nuestro tiempo, se multiplicó.
Los tiempos cambiaron, y no fue para bien.
Necesitabamos estar bien informados, el poder cuestionar las iniciativas, de los que toman, siempre las decisiones.
Empezamos bien, cayó el Muro en Berlín, y el socialismo dictatorial, pasó al olvido.
Pero no pudimos, seguir el paso.
Fracasamos…
Hoy las feminazis, pululan, los derechos gays, buscan la igualdad de género, pisoteando las opiniones de los demás.
Se acabaron los miedos, pero se dejó salir, los más siniestros comportamientos.
Una maldita cámara, persigue nuestras acciones.
Y si tu, cometes el error de comentar algún improperio.
Desataras un Pandemonium, detrás de tu persona.
Y aquellos, que te cuestionan, libraran en ti, todo su coraje, con groserías, con amenazas de golpes o muerte.
Pero,te dirán también los que demuestren compasión.
Vía inbox.
Tu tranquilo, ya mañana otro,ocupará tu lugar…

Entonces, no serán tan lejanos los días en que leias horrorizado, la vida en Auswichtz, en algún Gulag perdido en Siberia, o Guantánamo.
Te preguntaras, que diferencia habrá?
Quizás en aquellos años, se podía señalar con el dedo a un culpable, y a los demás, quienes habían ejecutado órdenes.
Hoy es muy difícil, señalar.
Sobre todo cuando son lobos, envueltos en piel de Cordero.
Josef Fritzl, era un simple plomero, que no se metia con nadie, Wolfgang Priklopil, no hablaba, ni tenia problemas.
Y más sin embargo, fueron bestias humanas, que el mundo descubrió con horror.
Más sin embargo, no aprendemos.
Seguimos distraíendonos en lo superficial, cazando gatos y mentes estúpidas.
Pensando en que eso, mejora el mundo.
Yo por lo pronto, me consuelo en un vaso de whisky y un par de marlboro rojos.
Sentado en el porche de la casa.
Dando los buenos días, a quienes pasan.
Atemperando las emociones.
Observando, la vida afuera, y ese par de culitos, que siempre a las 8:45 de la mañana, pasan camino a correr…