ENTRE LAZOS

Allí la vio, ensimismada, como si quisiese escaparse de algún lugar. No era muy linda, pero en su conjunto sí. Su cutis blanco, cabello oscuro hasta la cintura. Tenía unas piernas esbeltas que se dejaban ver y provocaba suspiros a más de uno que pasaba por allí.

Estaba en una posición relajada, sentada con sus piernas extendidas, la derecha sobre la izquierda y sus brazos detrás de su cuerpo.

Se preguntó qué estaría mirando o pensando. Aquella muchacha lo volvía loco hacía rato. Ya la había visto caminar en varias ocasiones en dirección a la laguna y hoy, la encontraba nuevamente allí.

Una leve brisa surgió al abrir la ventanilla del auto, acompañada por la calidez del verano. Santi siguió la marcha acelerando el paso, caso de no quedar en evidencia que la estaba mirando. Otro día volvería para contemplarla a lo lejos. Hoy era un día de muchas ocupaciones y debía volver a su casa a asearsee ir al trabajo.

Mientras tanto, Laura, seguía sumergida en sus pensamientos cuando de pronto su celular sonó y la desconcentró. Era su novio preguntando cuándo volvería, que debían hacer las compras para la noche. Leo pertenecía hacía rato a una peña de amigos, en la que todos los jueves se juntaban a cenar. Laura contestó a su pregunta de un modo indiferente. No le importaba para nada juntarse con aquellas personas; no se sentía cómoda y sentía que no tenía temas de conversación en común. Ya hacía tiempo venía dando excusas para no ir pero era la tercera vez que cancelaba y no quería quedar mal. Leo concurría igualmente en ausencia de ella y eso a Laura le molestaba un poco. Nunca planeaban hacer algo juntos y era algo que venía pensando hace rato.

Leo y Laura empezaron a salir a los 15 años se conocieron por tener amigos en común. Fue el primer novio que presentó a su familia. Pasaron 3 meses y Leo perdió interés en el noviazgo. Era un muchacho de 16 años pero detrás de su cabello morocho se dejaban ver algunas canas, propias de la herencia, por su estatura, su forma de ser y la separación reciente de sus padres hacían de él un adolescente bastante maduro. Ahora con sus 28 años seguía manteniendo su cabello castaño oscuro con canas a la vista. Tenía ojos marrones con unas pestañas bien marcadas, era alto y delgado. Indiscutiblemente era un hombre que, desde joven, lograba conquistar el corazón de cualquier mujer. Ya desde su juventud era un rompecorazones. Laura no fue su primera novia pero nunca dejó de quererla.Luego de su rompimiento se cruzaron en varias ocasiones, ya que Leo vivía en el mismo barrio que la abuela de Laura. En una esquina del barrio fue donde se conocieron por primera vez. Pasaron años y Leo volvió a contactarse. Ella no se interesó mucho por él al principio ya que había escuchado varios comentarios sobre las tantas mujeres con las que había estado. Pero se mostró caballeroso; la invitó a salir una y otra vez. Su relación, ahora de 6 meses de duración, nuevamente no resultó. Laura era muy celosa y no pudo con ello. Siguieron en contacto un par de meses, en varias ocasiones se cruzaron por el barrio, en boliches y siguieron conversando esporádicamente a través de la computadora. Volvieron a salir otra vez más, pero a distancia.

Hacía medio año que Leo había entrado a trabajar en atención al público en un Banco en Puan, un pequeño pueblo de 5000 habitantes pero era muy pintoresco. Al poco tiempo de su relación, cansada de viajar para verlo y cansada de estar viviendo en la casa de sus padres, Laura decidió irse a convivir con él. Esto no resultó como esperaba. Leo pasaba la mayoría de sus noches juntándose con varios grupos de amigos ycuando Laura concurría a los encuentros, él no la incluía en las conversaciones.

Leo se acercó a la cintura de Laura besándole el cuello, apartándola de aquellos recuerdos que le daban vueltas en su cabeza.

La cena transcurrió como era de esperarse. Buena comida, de eso no podía quejarse, charlas inentendibles de amores no correspondidos y miradas cómplices entre Leo y Caro, integrante del grupo. En lo único que pensaba Laura en ese momento era en el ensayo de una obra al día siguiente.

Cuando se mudó a Puan, consiguió trabajo en un colegio privado como profesora de prácticas del lenguaje en 2 y 3er año. Sus queridas alumnas le habían requerido ayuda en una obra de teatro para presentarse en los Juegos Bonaerenses. A la mañana siguiente, decidió ir unos minutos antes al lugar de ensayo, para conocer el lugar. Era una mañana de invierno, vestía botas y un pullover azul, llevaba su largo cabello suelto. Entró a un lugar cálido, iluminado con un gran escenario y varias sillas dispuestas en filas.

Sus alumnas no habían llegado aún pero allí se encontraban dos personas conversando. Se acercó a ellos y a uno le pidió en tono de chiste si le iba a convidar con un mate. La charla se hizo amena y transcurrieron 15 minutos en los que no se había dado cuenta que sus alumnas ya habían llegado. Se dispusieron a trabajar. Al otro lado del espacio, Santi miraba de reojo en dirección a Laura mientras que acomodaba unos cables de uno de los parlantes.

No podía creerlo, la había visto y hasta habían conversado. Sintió que su corazón se aceleraba. Se preguntó si la volvería a ver. Sumido en ese pensamiento lo cortó el sonido de su celular. Era un mensaje de su novia si volvería a casa a almorzar. Santi se sintió culposo por poner la mirada en otra chica y más sabiendo que tenía novio. Cuando se enteró de eso, por medio de una amiga en común, se desilusionó un poco pero, presentía que ella era especial, única.

Laura se sentía a gusto ayudando a sus alumnas y sus mañanas no eran tan aburridas. Desde que se había mudado a Puan no hacia otra cosa que trabajar, dormir la siesta, limpiar y salir a caminar, sola, ya que Leo no la acompañaba en este tipo de actividad. Los Juegos Bonaerenses la habían entusiasmado. Estos eran encuentros de jóvenes y cada grupo competía en distintas habilidades como canto, actuación, baile. Si pasaban tres rondas, competían en Mar del Plata.

Había comenzado canto a principio de año, en el mismo espacio cultural donde ensayaban sus alumnas. La idea de cantar frente a un grupo la aterraba sin embargo el primer día cantó dejando atrás sus miedos. Pasaron meses y ella se sentía cada vez más a gusto con aquel grupo. Se juntaban a cenar cada vez que salían de los ensayos y esa era una buena excusa para no ir a las peñas con su novio.

Un jueves a la noche, en horario de canto Laura llegó puntual como de costumbre. Ese ensayo no fue como cualquiera. En un momento dado entró un muchacho rubio de ojos celestes que la sorprendió. A aquel chico ya lo había visto anteriormente y no recordaba dónde hasta que se acordó que él era aquel al que le había pedido el mate. Él conocía a varios de sus compañeros de canto y los había ido a saludar. La clase siguió su curso con Santi en frente de ella. Esa noche Laura se fue muy contenta a su casa. Ese grupo la hacía sentir muy bien más ahora que había visto al mismo chico de aquella vez.

Los días transcurrían siempre igual. Trabajaba, salía, almorzaba, dormía una siesta y salía a caminar y el haber empezado canto la sacaba de su rutina. Un día en las prácticas se enteró que en aquel espacio se dictaban clases de teatro y esto la entusiasmó. En su ciudad natal había realizado varios talleres y desde que se había mudado de allí no había conseguido hacer esa actividad.

Al día siguiente se presentó ante el grupo de teatro tímidamente. Laura se sintió muy cómoda y de a poco se fue relajando. El grupo estaba conformado por cuatro adolescentes, una mujer de 30 años aproximadamente y su profesor también de esta edad. Laura había conseguido tener un pasatiempo más en su aburrida agenda.

Los días pasaron y concurría diariamente a sus talleres. En aquel espacio se enteró que el muchacho de ojos celestes se llamaba Santiago y trabajaba allí como sonidista.

En cada taller lo veía yendo de un lado al otro.Laura no podía evitar mirarlo desde lejos. Se sentía un poco mal por estar haciendo eso pero hacía rato que las cosas con Leo no iban bien y sentía que aquel chico era espacial, único.

Los días pasaron y se acercaba el día de presentar la obra en los Juegos Bonaerenses. La primera instancia se realizaba en Puan en el mismo lugar donde Laura concurríaa sus talleres. Aquella mañana estaba nerviosa pero con solo entrar al espacio cultural se relajó. Aquel chico de ojos celestes la observaba desde lejos pero ella nunca se enteraba.

La obra salió todo un éxito, las muchachas pasaron de ronda, se iban a Olavarría y Laura se iba con ellas. A pesar de sus diversos pasatiempos y el tiempo que le dedicaba a la docencia, se sentía sola. Sentía que se había mudado a Puan solo para estar lejos de su familia.

Laura tenía dos hermanas mayores, se llevaban un año de diferencia entre ellas y se llevaban bastante bien aunque a veces tensa ya que aún las tres vivían juntas. Su padre trabajaba todo el día y no lo veía demasiado. Su madre en cambio, había dejado de trabajar al nacer su hermana mayor para poder criar a las tres, por lo que pasaba su tiempo atrás de las necesidades de cada una de ellas.

Su adolescencia no fue un momento fácil hasta que vio la oportunidad de irse de allí, pero mudarse con Leo no fue lo que esperaba. Era una persona muy sociable y al mudarse a Puan había hecho muchos amigos. Laura en cambio era más bien una persona tímida y no le gustaba estar entre grupos muy grandes ya que no se sentía cómoda.

Sin embargo aquellos pasatiempos la mantenían ocupada. Así pasó un año y Laura se fue sumiendo en un mar de lágrimas entre las noches sin que Leo se diera cuenta. Seguía acompañándolo a aquellas reuniones de amigos y de vez en cuando se quedaba encerrada en su casa poniendo la excusa de tener mucho trabajo.

A mitad de año había conseguido trabajo de maestra en una escuela primaria. En cierta manera era cierto que tenía mucho trabajo para hacer. Se acercaba fin de año y ella debía preparar su discurso de despedida.

Fue una tarde de diciembre que se realizó el acto de fin de año. Al entrar, saludó a las familias de sus alumnos. A lo lejos vio que se encontraba Santi. Lo saludó sonriendo y se preguntó qué haría allí

Al terminar el acto vio que abrazaba y besaba a una chica y esto la decepcionó un poco.

Continuará…

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