Como sabéis, no hay una forma de contar una historia, sino miles. Hay muchas decisiones formales que se pueden tomar al escribir o reescribir una historia que la cambiarán por completo. Una de estas decisiones es el registro que utilizaremos para caracterizar las voces de nuestros personajes y del narrador de la historia; el estilo y el tipo de lenguaje que se ajustarán mejor al tono y enfoque que queramos darles.
Imaginad que Cervantes hubiese dotado a Sancho de un registro culto, elevado, lleno de adornos y alusiones clásicas, ampuloso —como en realidad era el de Don Quijote—, y al personaje de Don Quijote le hubiese asignado un registro sencillo, natural, salpicado de refranes, con alguna expresión gruesa y entreverado de un frecuente retintín de burla —características que corresponden en realidad al registro que usa Sancho en la novela—. Evidentemente con ese cambio hubiese dado al traste con el sentido de la obra.
El registro es el uso de un determinado nivel de la Lengua, más o menos formalizado, según clase social, adecuación al contexto general de la idea…, que utiliza un locutor —ya sea el narrador o los mismos personajes—. Y es importante para el escritor dominar diversos registros, pues le pueden ser necesarios en cualquier momento.
El siempre sorprendente escritor francés Raymond Queneau, en su libro Ejercicios de estilo, redactó una anécdota banal, resumible en apenas diez líneas de texto, y la reescribió noventa y nueve veces de forma diferente, respetando el estricto contenido de la anécdota, pero transmitiendo muy distintas sensaciones en cada una de sus recreaciones. Con este libro, Queneau ofrecía al lector también la certeza de que podría haber escrito otras mil versiones más. De esta obra surge, con una originalidad y frescura asombrosas, esa evidencia de que os hablamos: sabiendo elegir los registros y tonos adecuados, dominando su elocución, podréis afrontar las historias y sus personajes con una libertad de recursos y una riqueza de posibilidades insólitas para quien acostumbra a escribir siempre en el tono y registro homogéneos de su propia voz y nivel de expresión, y hace hablar a sus personajes como habla él mismo.
Os adjuntamos una amplia selección de fragmentos del libro de Queneau. El primero —«Relato»—, cuenta de una forma más o menos aséptica y normal la anécdota sobre la que en el libro hace noventa y nueve variaciones. El título que acompaña a cada fragmento orienta sobre la fórmula elegida para recontar la anécdota. Os llamamos la atención sobre el último estilo seleccionado.
–«Torpe»–, en el que Queneau ironiza sobre el propio arte de escribir. El libro en su conjunto, no deja de ser una continua humorada sobre los límites y posibilidades indefinibles que el juego le ofrece a la literatura.
Relato
Una mañana a mediodía, junto al parque Monceau, en la plataforma trasera de un autobús casi completo de la línea S (en la actualidad el 84), observé a un personaje con el cuello bastante largo que llevaba un sombrero de fieltro rodeado de un cordón trenzado en lugar de cinta. Este individuo interpeló, de golpe y porrazo, a su vecino, pretendiendo que le pisoteaba adrede cada vez que subían o bajaban viajeros. Pero abandonó rápidamente la discusión para lanzarse sobre un sitio que había quedado libre.
Dos horas más tarde, volví a verlo delante de la estación de Saint-Lazare, conversando con un amigo que le aconsejaba disminuir el escote del abrigo haciéndose subir el botón superior por algún sastre competente.
Metafóricamente
En el centro del día, tirado en el montón de sardinas viajeras de un coleóptero de abdomen blancuzco, un pollo de largo cuello desplumado arengó de pronto a una, tranquila, de entre ellas, y su lenguaje se desplegó por los aires, húmeda de protesta. Después, atraído por un vacío, el pajarito se precipitó sobre él.
En un triste desierto urbano, volví a verlo el mismo día, mientras se dejaba poner las peras a cuarto a causa de un botón cualquiera.
Geométrico
En un paralepípedo rectangular que se desplaza a lo largo de una línea recta de ecuación 84x + S = y, un homoide A que presenta un casquete esférico rodeado por dos sinusoides, sobre una parte cilíndrica de longitud 1>n, presenta un punto de intersección con un homoide trivial B. Demostrar que este punto de intersección es un punto de inflexión.
Si el homoide A encuentra un homoide homólogo C, entonces el punto de intersección es un disco de radio r<l. Determinar la altura h de este punto de intersección en relación al eje vertical del homoide A.
Precisiones
A las 12 h. 17 m. en un autobús de la línea S, de 10 metros de largo, 2,10 de ancho y 3,50 de altura, a 3 km. 600 m. de su punto de partida, cargado con 48 personas, un individuo de sexo masculino, de 27 años, 3 meses y 8 días de edad, 1 m. 72 cm. de talla y 65 kg. de peso, que llevaba en la cabeza un sombrero de 17 cm. de alto cuya copa estaba rodeada por un cordón de 35 cm. de largo, interpela a un hombre de 48 años, 4 meses y 3 días de edad, 1 m. 68 cm. de talla y 77 kg. de peso, por medio de 14 palabras, cuya enunciación duró 5 segundos, alu- sivas a desplazamientos involuntarios de 15 a 20 mm. Va enseguida a sentarse a unos 2 m. 10 cm. de allí.
118 minutos más tarde, se encontraba a 10 metros de la estación de Saint- Lazare, en la entrada de cercanías, y se paseaba de arriba abajo sobre un trayecto de 30 metros, con un compañero de 28 años de edad, 1 m. 70 cm. de talla y 71 kg. de peso, quien le aconsejó con 15 palabras desplazar 5 cm., en dirección al cenit, un botón de 3 cm. de diámetro.
Conjuntos
Consideremos en el autobús S el conjunto A de los viajeros asentados y el con- junto D de los viajeros de pie. En una parada concreta se encuentra el conjunto P de las personas que esperan. Sea C el conjunto de los viajeros que suben; se trata de un subconjunto de P y representa la unión de C’, conjunto de los viajeros que se quedan en la plataforma, y de C’’, conjunto de los que van a sentarse. Demostrar que C’’ es un conjunto vacío.
Siendo Z el conjunto de los zopencos y {z} la intersección de Z y de C’, reducida a un solo elemento. Como consecuencia de la sobreyección de los pies de z sobre los de y (elemento cualquiera de C’ diferente de z), se origina un conjunto V de voca- blos pronunciados por el elemento z. Habiéndose transformado el conjunto C’’ en no vacío, demostrar que se compone de un único elemento z.
Sea ahora P el conjunto de peatones que se encuentran delante de la estación de Saint-Lazare, {z, z’} la intersección de Z y de P, B el conjunto de los botones del abrigo de z, y B’ el conjunto de las posiciones posibles de dichos botones según z’, demostrar que la inyección de B en B’ no es una biyección.
Palabras compuestas
Yo me platautobusformaba comultitudinariamente en un espaciotiempo luteciomeridiano vecinando con un longuícolo mocoso fieltrosombrereado y cordonotrenzón. El cual altavoceó a un tipofulano: «Usted me empujaparece.» Tras eyacular esto, se sitiolibró vorazmente. En una espaciotemporalidad posterior, volví a verlo mientras se sanlazaroestacionaba con un X que le decía: «Deberías botonsu- plementarte el abrigo.» Y le porquexplicaba el asunto.
Otro punto de vista subjetivo
Había hoy en el autobús, a mi lado, en la plataforma, uno de esos mocosos de los que no abundan afortunadamente porque si no, acabaría por matar a uno. Aquél, un muchacho de unos veintiséis o treinta años, me irritaba especialmente, no tanto a causa de su largo cuello de pavo desplumado como por la clase de cinta de su sombrero, cinta reducida a una especie de cordón de color morado. ¡Jo!, ¡el cabrón!
¡Cómo me cargaba! Como a esa hora había mucha gente en nuestro autobús, aprovechaba los empujones de costumbre a las subidas o bajadas para hincarle el codo en las costillas. Acabó por largarse cobardemente antes de que me decidiera a pisotearle un poco los pinreles para jorobarlo. También le hubiera dicho, para fastidiarlo, que a su abrigo demasiado escotado le faltaba un botón.
Notaciones
En el S, a una hora de tráfico. Un tipo de unos veintiséis años, sombrero de fieltro con cordón en lugar de cinta, cuello muy largo como si se lo hubiesen estirado. La gente baja. El tipo en cuestión se enfada con un vecino. Le reprocha que lo empuje cada vez que pasa alguien. Tono llorón que se las da de duro. Al ver un sitio libre, se precipita sobre él.
Dos horas más tarde, lo encuentro en la plaza de Roma, delante de la estación de Saint-Lazare. Está con un compañero que le dice: «Deberías hacerte poner un botón más en el abrigo.» Le indica dónde (en el escote) y por qué.
Definiciones
En un gran vehículo automóvil público destinado al transporte urbano, designado por la vigésimo segunda letra del alfabeto español, un joven excéntrico portador de un sobrenombre atribuido en París en 1942, con la parte del cuerpo que une la cabeza a los hombros extendida sobre una cierta longitud y que lleva sobre la extremidad superior del cuerpo una prenda de forma variable rodeada por un burdo cordón entrelazado en forma de trenza —este joven excéntrico, imputando a un individuo que iba de un sitio a otro la falta consistente en desplazar sus pies, uno tras otro, encima de los suyos, se encaminó a posarse sobre un mueble dispuesto para sentarse, mueble convertido en no ocupado.
Ciento veinte segundos más tarde, lo vi de nuevo delante del conjunto de inmuebles y de vías ferroviarias donde se efectúa el depósito de mercancías y la carga o descarga de viajeros. Otro joven excéntrico, portador de un sobrenombre atribuido en París en 1942, le daba consejos acerca de lo que le convenía hacer a propósito de un círculo de metal, cuerno, madera, etc., cubierto o no de tela, que sirve para asegurar los vestidos, en este caso un vestido masculino que se lleva encima de los demás.
Paleto
Pos anque no tenia encasi niun rial ni desos cachocartones pal viaje ni ná, me subí ala camioneta. Aluego questaba drento del carromato queicen en la capital autobúas, tuavía pude ir sentao ytó anque to repretao, medio ringao y to tieso. Pos tuve de pagar y con pacencia me pongoservar al personal cabía alredor, yas- cucha, pos no me veo un cangallón con un cacho güito asurdo del to. No sus figuráis que piazo pescuezo tenía. Una risión. El sombrero con una guita trenzá lo mesmo que la dun melitar, tiaseguro. Y dempués, de golpe y porrazo, cátate que senrita cona probe tresona que no hubiá guantao muncho más, anque miá por onde deseguida dimpués desto apreta correr el cangallón huyendo comuncuete asentarse.
Güeno, pos unaesas cosas que pue que namás pasan en la capital. Siguro que naide hubiá adevinao quiba topármelo otro viaje, el cangallón. Aluego, nomás dos horas dimpués delanteun edeficio comuna catredal de grandismo. Menúo. Aistaba el cangallón dantes pasiandose darriba pabajo conotro gandul, asín como él. Ascucha loqueleicía lotro gandul asín como él. Pos lotro gandul asín comoél leicía: «Me paice de verdá, leicía, que te sería mester dir hacerte poner el botón de la zamarra una miaja más enlualto, pa que fua más majo.» Eso leicía al cangallón el gandul asín comoél.
Anagramas
En el S, a una rhoa de tracofi un poti de unos tesnivéis ñaos, que atine un ragol lloecu y un brerosom nadoador con un drocon en lugar ed tinca, ñaerí con roto jrevoia que le casuaba de pujemarle triavulonamente. Habiendo airquelloado así, se ciprepita sobre una zalpa rilbe.
Una haro más drate, lo truenenco en la palaz de Mora, delante de la nesciota de Tsian-Zalare. Estaba con un ñopracome que le cedía: «Rebedías caher penor un tobón sam en tu gobria.» Le neñesaba dónde (en el tocese).
Helenismos
En un hiperautoceno pletórico de petreleonautas, fui mártir de un vicrorama en una cronía de matábasis macrotaráxica: un hipotipo más que icosañero, con un petaso periciclado por caloplegma y un dolicotraquelo eucilíndrico, antematizaba enfática y cacofónicamente a un efímero y anónimo morótico, que, según el prótero pseudologaba, la epitripsizaba los dípodos; mas, apenas euriscopó una cenotopia, se peristrofó para catapeltarse allí.
En una hístera cronía, lo esteticé delante del siderodrómico estatmo hagiola- zárico, peripateando con un compsántropo que le simbulaba la metacínesis de un ónfalo esfintérico.
Pasota
O sea, qué palo, colega, el cacharro no venía ni de coña. Y yo que llegaba tarde al curre. Y luego, qué alucine, qué pasote, iba lleno cantidad. Y me veo, o sea, un chorbo cantidad de pirao, con un sombrero cutre, mangui perdido. Y de pronto le dice a un pringao que lo estaba pisoteando, el muy plasta, que le había dejado el pie chungo. De pena, colega. Jo, qué demasiao, qué fuerte. ¡No veas! Y en pleno mosqueo, al tío le da corte, pasa total y se larga a sentarse a toda hostia.
Y, o sea, dos horas más tarde, vaya tela, colega, me lo veo enrollao con un tronco que le comía el coco diciéndole que estaría guay con otro botón en la chupa. De buten. ¿Vale o no vale, tío?
Translación
En el Y, en una horchata de tragedia. Un tirabuzón de unas treinta y dos aortas, sonajero flexible con coronel en lujuria de círculo, cuentagotas muy largo como si se lo hubiesen estirado. La geometría baja. El tirabuzón en culo se enfada con un vegetariano. Le reprocha que lo empuje cada viaducto que pasa alguien. Torbellino llorón con preces de mala identidad. Al ver un soberano libre se precipita sobre él.
Ocho horchatas más tarde, lo encuentro en el plebiscito de Rusia delante de la estalactita de San Luis. Está con un compás que le dice: «Deberías hacerte poner un bozal más en el ábside.» Le enseña dónde (en el escozor) y por qué.
Torpe
No tengo costumbre de escribir. No sé. Me gustaría escribir una tragedia o un soneto o una oda, pero están las reglas. Eso me corta. No son cosas para aficionados. Todo esto ya está muy mal escrito. En fin. En todo caso, hoy he visto algo que me gustaría mucho asentar por escrito. Asentar por escrito no me parece muy acertado.
Debe de ser una de esas frases hechas que repelen a los lectores que leen para los editores que buscan la originalidad que les parece necesaria en los manuscritos que los editores publican cuando éstos han sido leídos por los lectores a quienes repelen las frases hechas del tipo «asentar por escrito» que es, sin embargo, lo que me gustaría hacer con una cosa que he visto hoy, aunque yo sólo soy un aficionado a quien cortan las reglas de la tragedia, del soneto o de la oda, porque no tengo costumbre de escribir. ¡Joder, no sé cómo me las he arreglado pero ya estoy otra vez al principio! No me voy a aclarar nunca. Da igual. Cojamos el toro por los cuernos. Un tópico más. Y además, el chico aquel de toro no tenía nada. Mira, eso no está mal. Si escribiese: cojamos al mequetrefe por el cordón de su sombrero de fieltro a un largo cuello pegado, a un cuello superlativo, tal vez eso seguramente sería original. Quizás cosas así me permitirían conocer a los señores de la Real Academia, del Gijón y de la editorial Cátedra. Al fin y al cabo, por qué no iba a hacer adelantos. La práctica de escritura hace maestro en literatura. Qué bien me ha salido eso. Aunque no hay que perder los estribos. El tipo de la plataforma sí que los perdió cuando se puso a insultar a su vecino con el pretexto de que este último le pisoteaba cada vez que se encogía para dejar subir o bajar a los viajeros. Lo mismo que cuando, después de haber protestado de aquella manera, se fue deprisa a sentarse en cuanto vio un sitio libre dentro, como si se oliese los palos. Mira, ya he contado la mitad de mi historia. No sé cómo lo he hecho. Hasta es agradable esto de escribir. Aunque queda lo más difícil. Lo más duro. La transición, Y aún peor porque no hay transición. Mejor lo dejo.
Os adjuntamos el índice de los noventa y nueve estilos ejercitados por Queneau en su libro, así como un índice alternativo que ofrecía, de otros muchos que no había utilizado pero que ponía a disposición del lector.
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Animismo
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Anagramas
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Distinguo
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Homeoteleutones
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Carta oficial
-
Propaganda editorial
-
Onomatopeyas
-
Análisis lógico
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Insistencia
-
Pretérito perfecto
-
Presente
-
Pretérito indefinido
-
Imperfecto
-
Alejandrinos
-
Poliptotones
-
Aféresis
-
Apócopes
-
Síncopas
-
Yo ya
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Exclamaciones
-
Entonces
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Ampuloso
-
Vulgar
-
Interrogatorio
-
Comedia
-
Apartes
-
Parequesis
-
Fantasmagórico
-
Filosófico
-
Apóstrofe
-
Torpe
-
Desenvuelto
-
Parcial
-
Soneto
-
Olfativo
-
Gustativo
-
Táctil
-
Visual
-
Auditivo
-
Telegráfico
-
Oda
-
Permutaciones por grupos crecientes de letras
-
Permutaciones por grupos crecientes de palabras
-
Helenismos
-
Conjuntos
-
Definiciones
-
Tranka
-
Versos libres
-
Translación
-
Lipograma
-
Anglicismos
-
Próstesis
-
Epéntesis
-
Parágoges
-
Partes de la oración
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Metátesis
-
Por delante por detrás
-
Nombres propios
-
Pasota
-
Ticon tila titi
-
Antonímico
-
Latín macarrónico
-
Homofónico
-
Galicismos
-
Paraloss Englaysays
-
Contre-petteries
-
Botánico
-
Médico
-
Injurioso
-
Gastronómico
-
Zoológico
-
Impotente
-
Modern style
-
Probabilista
-
Retrato
-
Notaciones
-
Por partida doble
-
Litotes
-
Metafóricamente
-
Retrógrado
-
Sorpresas
-
Sueño
-
Pronosticaciones
-
Siquisis
-
Arco-iris
-
Logo-rallye
-
Vacilaciones
-
Precisiones
-
Punto de vista subjetivo
-
Otro punto de vista subjetivo
-
Relato
-
Palabras compuestas
-
Negatividades
-
Geométrico
-
Paleto
-
Interjecciones
-
Amanerado
-
Inesperado
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Biológico
-
Económico
-
Sociológico
-
Químico
-
Geológico
-
Idiota
-
Infantil
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Cenestésico
-
Abstracto
-
Físico
-
Frente Popular
-
Las virtudes (teologales, etc.)
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Los siete pecados capitales
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Quirológico
-
Oficios diversos
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Caracteres
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Patológico
-
Cólera
-
Hambre
-
Fatiga
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Máxima
-
Alternativa
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Elocuencia judicial
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Glotonería
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Eslavismos
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Rumanismos
-
Arabismos
-
Sombrerero
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Antítesis
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Hysteron-proteron
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Oxímoron
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Elipsis
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Anacolutos
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Annominaciones
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Geométrico
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Aritmético
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Algebraico
-
Analítico
-
Topológico
-
Anadiplosis
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Mineral
-
Epanadiplosis
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Epanalepsis
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Sinéresis
-
Diéresis
-
Crasis
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Disjunciones
-
Conjunciones
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Adverbios
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Homosexual
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Nervioso
-
Angustiado
-
Espera
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Jovial
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Calambures
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Caligrama
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Dedicatoria
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Ideas macabras
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Ficha de lectura
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Carta de rechazo del editor
-
Costura (nombres de vestidos)
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Rebus
-
Charada
-
Adivinanzas
-
Declaración de amor
-
Tuerto
-
Sordomudo
-
Ciego
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Borracho
-
Paranoico
-
Confusión mental
-
Delirium tremens
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Reglas del juego
-
Juego de la oca
-
Juego de cartas
-
Ley
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Enigma
-
Diferentes juegos de ingenio
-
Carta ofensiva
-
Carta de reclamación
-
Anuncios (breves)
-
Publicidad
-
Portero
-
Cobrador
-
Crítico literario
-
Crítico teatral
-
Crítico cinematográfico
-
Tratamiento cinematográfico
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Esquela
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Crítica mundana
-
Elegante
-
Caos
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Símbolos
-
Fábula
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Flores retóricas
-
Elocuencia sagrada
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Elocuencia política
-
Distribución de premios
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Requisitoria
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Natación
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Atributos
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Prohibición
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Anáforas
-
Epíforas
-
Moraleja
-
Miedo
-
Alegría
-
Orgullo
-
Triste
-
Gracioso
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Jeroglíficos
-
Fenomenológico
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Detective
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Crucigrama
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Aliteraciones
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Collages
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Lugares comunes
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Proverbios
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