En el frío vidrio, apoyada la cabeza,
La lluvia enfurecida lo golpetea,
con el vaso en la mano,
A lo lejos vislumbro tu silueta,
Entraras empapada y aterida,
corriendo al calor de la chimenea,
Dejó el ventanal, y te abro la puerta
esperando tus brazos al cuello,
o que me besas,
A tu paso, solo indiferencia,
hace tiempo no me tocas, no te acercas,
hace tiempo, ya estás muerta,
te gustaba el crepitar de la lluvia en la vidriera
solo por desafiarte, aún te abro la puerta,
en ésta obligada y perpetua espera
el viento solapado viene hasta aquí y se cuela
enfriándome los huesos, el alma y las orejas,
allí tu silueta, con la cara levantada,la boca abierta,
recibiendo la lluvia intensa,en la noche sin estrellas,
una risilla de niña, cantarina y coqueta,
aún, tu recuerdo pasea por la callejuela,
aún, tu abrigo colgado, cerca de la puerta,
espera, por si regresas…
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