Reseña de «El Resplandor» de Stanley Kubrick, 1979

Reseña de «El Resplandor» de Stanley Kubrick, 1979

Título original: The Shining (El Resplandor)
Año: 1980
País: Estados Unidos/Reino Unido
Director: Stanley Kubrick
Reparto: Jack Nicholson, Shelley Duvall, Danny Lloyd, Scatman Crothers, Barry Nelson, Philip Stone, Joe Turkel.
Género: Terror | Sobrenatural. Casas encantadas.Fantasmas. Drama psicológico.
Ciclo: Películas de culto

Sinopsis:

Relata la historia de Jack Torrance (Jack Nicholson), un escritor exalcohólico quien se traslada con su esposa Wendy (Shelley Duvall) y su hijo Danny (Danny Lloyd) de cinco años, al impresionante y solitario hotel Overlook, ubicado en la alta montaña en Colorado, donde acepta un puesto como vigilante de invierno, época en la que permanece cerrado y aislado por la nieve. Su objetivo es encontrar paz y sosiego para escribir una novela. Sin embargo, poco después de su llegada al hotel, Jack empieza a padecer inquietantes trastornos de personalidad.

El Resplandor (The Shining) es una película angloamericana de 1980 del subgénero de terror psicológico, producida y dirigida por Stanley Kubrick y protagonizada de manera magistral por Jack Nicholson. Está basada en la novela homónima del escritor Stephen King publicada en 1977. El guion fue adaptado por el mismo Kubrick con la colaboración de la escritora Diane Johnson. La fotografía a cargo de John Alcott, la música de Wendy Carlos y Rachel Elkind.

La película se proyectó por primera vez al público el 23 de mayo de 1980, su estreno fue restringido, muy al uso de la época, ya que solo se exhibió en medio centenar de salas de Nueva York y Los Ángeles.

Kubrick rechazó la versión inicial, escrita por el propio King, por juzgarla una adaptación demasiado literal de la novela; En cambio, Diane Johnson, que por aquel entonces estaba impartiendo un seminario sobre novela gótica en la Universidad de California de Berkeley, le pareció una opción que encajaba mejor en su proyecto. En el fondo, Johnson menospreciaba la literatura de Stephen King; poco después del estreno, en una entrevista concedida la parisina revista Positiv, declaró:

“Entre nosotros, The Shining (la novela) no forma parte de la gran literatura. Da miedo, es eficaz y funciona, sin más […]. Pero precisamente es interesante ver cómo un libro bastante malo puede ser también muy eficaz. […] es bastante pretencioso. Pero también es cierto que se tienen menos escrúpulos al destrozarlo: una es consciente de que no se está destruyendo una gran obra de arte”

Stephen King nunca ocultó su rechazo hacia el resultado final del proyecto cinematográfico, y acusaba a Kubrick de no entender las reglas del género de terror.

En la novela, la historia adopta el punto de vista del niño, mientras que en la película, es el padre el protagonista principal; de hecho, una de las diferencias más notables radica en el perfil psicológico de Jack Torrance: Según la novela, el personaje representaba un hombre corriente y equilibrado que poco a poco va perdiendo el control; además, la narración escrita reflejaba rasgos personales del propio autor en aquella época —marcada por el insomnio y el alcoholismo—, además del maltrato. Por su parte, la Wendy de King es una mujer fuerte e independiente a nivel profesional y emocional; para Kubrick, en cambio, no parecía coherente que una mujer así hubiera soportado durante mucho tiempo la personalidad de Jack Torrance.

Otras diferencias son:

*La idea del laberinto surgió como alternativa a las limitaciones técnicas que suponía recrear setos con formas de animales que cobraban vida tal como había escrito King.

*Las dos niñas que interpretan el papel de las hijas asesinadas son gemelas, mientras que en la novela se llevan dos años.

*En el libro de King, el número de habitación era la 217, que existe realmente, pero se cambió por la inexistente 237 para no «ahuyentar» a potenciales clientes.

*El desenlace de la película es distinto al de la novela.

El título de la novela está inspirado en el estribillo, «We all shine on», de la canción Instant Karma, escrita por John Lennon e interpretada por el grupo The Plastic Ono Band.

Casi toda la película se filmó en estudio, para la recreación de las dependencias del establecimiento, Kubrick y su diseñador de producción, Roy Walker, se inspiraron en modelos de varios hoteles reales.

El resplandor fue la cuarta película que usaba un sistema de filmación bastante novedoso en aquel tiempo, sistema que superaba las limitaciones de la grúa o el dolly para tomas en movimiento en espacios reducidos: la Steadicam, un estabilizador de cámara con forma de brazo recto que evitaba que la imagen de la cámara temblara mientras el operador seguía al objeto.

La música que abre la proyección se basa en el tema Dies irae, un himno fúnebre latino de la edad media, mezclado con sintetizadores y voces por Wendy Carlos y Rachel Elkind, que ya habían intervenido en la banda sonora de “La naranja mecánica” de Kubrick. Una muestra de las conexiones internas de la narración está en el hecho de que la canción que acompaña la secuencia final, cuando la cámara se acerca a la foto antigua de Jack en un baile de época, es la misma que antes había amenizado la esplendorosa fiesta en la Gold Room.

Algunas voces afirman que Kubrick, en una de tantas demostraciones de lo obsesivo por los detalles y buscando la perfección en sus películas, mecanografió él mismo —una a una—, las quinientas hojas en las que Jack Torrance escribe: «Tanto trabajo y nada de diversión han convertido a Jack en un tipo aburrido». Aunque el proceso podría haberse automatizado, lo cierto es que las páginas nunca son iguales entre ellas, y se observan algunos errores y distintas tabulaciones en los textos, lo que confirmaría que alguien —quien sabe si Kubrick— elaboró concienzudamente este elemento de atrezzo tan relevante en la trama.

Cuenta la leyenda que un buen día, a las siete de la mañana, Stephen King recibió una llamada desde Londres. Era el mismísimo Kubrick quien deseaba hacerle una consulta que parecía primordial para el buen desenlace de la adaptación. King corrió presto al teléfono y atendió a su interlocutor, quien le sorprendió con su pregunta: «Creo que las historias sobre hechos sobrenaturales, como ésta, son muy optimistas, ¿verdad? Quiero decir, que corroboran que hay algo más después de la muerte». King, bastante impactado, le quiso poner a prueba: «¿Y qué me dices del infierno? ¿Cómo lo encajas en esto?», a lo que Kubrick respondió con toda calma: «Yo no creo en el infierno».

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