Los latidos se aceleran, tu cuerpo lo sabe, el miedo que corre por tus venas.
Hoy escribo por vos, que ya no estás, culpa de ésta sociedad tan machista.
Te toca como si fueras de él. Te sonríe, y eso te causa rechazo.
Te mira de arriba a abajo como si fueras un maldito cuadro pintado.
Analiza tus curvas detenidamente, y te viola con la mirada.
Caminas por la calle y ves a todos lados, parece que estás a salvo, pero no estés tan segura.
Dijiste NO, y no te respetó. Porque te escuchó, pero no te respetó.
Y tu NO, lo hizo enojar tanto… pero tanto… que así te arrebató la vida.
Que entre pastizales y ramas te empujó a la muerte.
Con precintos en las manos y en los pies, una cinta gris en la boca no duele nada.
Gritaste, y nadie te pudo escuchar.
Que no se entendía lo que decías, pero no por la cinta…
¿Cómo iban a escucharte si el hijo de puta te tiró en un descampado?
Que mientras poco a poco te veías al final del camino, fuiste fuerte, aguantaste el dolor todo lo que pudiste.
Lo soportaste todo.
Mientras corría la sangre por tu cuerpo, corrían con ella tus sueños. Se iban por culpa de un desgraciado.
¿Desgraciado? Que palabra tan flojita, pero realmente no encuentro adjetivo calificativo para tal atrocidad.
Se enfrían tus manos, y se va opacando todo el camino que tenías por delante.
Y se dilatan tus pupilas, se dilata tu fuerza, pero no alcanza.
NO ALCANZA.
Y la muerte se aproxima.
Quizás llorabas o ya te habías rendido, quizás luchaste hasta el final o te quitó todas las fuerzas mientras te rompía entera.
Porque no les alcanza con pegarte, con masturbarse con tu cuerpo, no les alcanza una mierda con violarte, sino que también te despojan tu vida. Como si fueran dueños de un objeto, ¡enfermos de mierda!
Te desarma sin remordimiento alguno.
Y notas que nada sana, que nadie llega, que nadie escucha.
Todo se vuelve tan oscuro, y eso te aterra.
Pero sólo esperas que todo se termine.
Ya no esperas que alguien te salve.
Sólo esperas la muerte, que rápidamente llega. Al carajo con tu vida.
El cagón te viola y como tiene miedo te mata.
Tan machos que se hacen, te matan y como siguen teniendo miedo, a veces, se matan.
Y tu familia, tus amigos, hoy, lloran el vacío.
Vacío que queda y nada llena.
No hay voz que grite mas fuerte que la de ellos ahora.
Porque no moriste, te mataron. TE ASESINARON.
El asesino te hizo pedazos. Y luego te tapó con bolsas de nylon.
Te escondió entre los pastizales y las ramas con tanta violencia que me da asco.
Me pregunto una y otra vez ¿Cómo alguien puede ser capaz?
La muerte te abraza, y tu corazón se detiene.
Y se detuvo, y te fuiste.
Ahora, ¿Quién será la siguiente?
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