Prólogo

Pensé en escribir unos sonetos

Pero que complicado que sería

Hacer uno creo que no podría

Para quien los haga mis respetos.


Imagínese hacer dos cuartetos

Y allí la cosa no terminaría

Sino que más difícil se pondría

Pues se termina en dos tercetos.


Son once silabas en cada verso

Y con catorce que dificultoso

Paqué meterse en rollo adverso.


Si jamás me jacté como virtuoso

Si de este tema nunca converso

Mejor que los haga un ingenioso.




Amanecer

Un rayo del sol al día enciende

Y se riega por el azul cielo

El aire canta alegre por el suelo

Y una etérea flor se desprende


A rizar el mar sus olas emprende

Que peinan arenas de terciopelo

Y un gallo de color caramelo

Canta a un llamado que atiende


Difusos verdes albores respiran

Esos campos que mezclan coloridos

Con su fragancia lista a proveer


Agrupadas las aves se inspiran

Y entonan cantos agradecidos

Recibiendo al nuevo amanecer




Con unas secas ramas empuñando

Arreaba a su burro que un atado

De alfalfa le llevaba cargando

A pelo de lomo hacia el mercado


El burro con andar medio trotando

Movía la cola de atiborrado

Al haber comido mientras cegando

Estaba en su labor el encargado


Por el campo sólo se escuchaba

De aquel viejo arriero su silbido

Que con la tenue brisa se mesclaba


Detrás el sol salía encendido

Entre un gran cerro que semejaba

A un hombre que se quedó dormido




La Luna está mucho más hermosa

Y está más grande que otros días

Llena de ilusiones y melancolías

Camina a mi paso presurosa


La Luna está mucho más hermosa

De gala está la noche en vías

Que despertara con sus melodías

De altisonantes versos en prosa


Grávida de secretos es testigo

De lo infinito con lo pasado

Y hoy va al paso junto conmigo


Si de andar nunca te has cansado

Luna entonces vamos yo te sigo

Por el viejo camino acostumbrado




Unos patos se bañan en el río

Colores de blanco y negra testa

Dándole al campo y la floresta

Gala en plumaje y señorío


Quedó colmado el embargo mío

De ver albergada repentina fiesta

Hasta se detuvo del sol la puesta

Dando un contraste y luz y brío


Mientras que bañándose mantuvieron

El agua sus siluetas dibujaba

En brillante reflejo que ondulaba.


En el verde quijero se subieron

Un pato satisfecho se abrigaba

Y el otro aleteando retozaba.





EL Amor


Es como ave que viene del cielo

Es como una flor de suave aroma

Es como sol que al mundo asoma

Y como suspiros que alzan vuelo


En la vida es el mejor consuelo

En la oscuridad la luz retoma

En su posesión al alma toma

Y la lleva lejos del hostil suelo


Que no existe o está enterrado

Que es un espejismo en el desierto

Es lo que dice el decepcionado


Pero ubicuo es, lo doy por cierto

Pienso que si no lo ha encontrado

Puede buscarlo que no está muerto




Le diría lo hermosa que la veo

Que su pelo riza en su textura

Y que su fragancia fresca y pura

Se impera de mis sueños, si la veo.


De esta gravedad cuando volteo

A mi distancia y sombra oscura

Que me envuelve en atadura

Y me escode todo lo que poseo.


Moldea el espacio imperativo

Cual hábil tallador y resaltada

Queda su figura y yo cautivo.


Bella musa en la luz dibujada

Diría que me muero por motivo

De callarme y no decirte nada.


A esta hora que la emoción

Evoca a su memoria me viene

Una ansia que sólo se mantiene

Distinguida en viva ilusión.


Y cuando corro a ella a razón

De tocarla veo que no me conviene

Porque desaparece ya que no tiene

Materia es sólo una visión.


Mi dicha contempla su figura

Cual holograma con gestos expresos

Que libran del espacio su atadura.


Y si vienen sombríos y opresos

Vientos en contra ella se apresura

Para darme fuerzas con suyos besos.




Porque felicidad del alma mía

Te me asomas así presurosa

Llenando el vacío de una fosa

Para dejar nuevamente sequía.


Y dejas que mi esperanza fría

Se quede nuevamente deseosa

De tenerte de manera bondadosa

A quedarte y no cambiar de vía.


Porque te alejas indiferente

Dejándome en este cruel estado

Quedando en suelo hostil presente.


Y vivo a ultranza resignado

Cuando de pronto llegas De repente

“Para que das vida al condenado…”




Nostalgia tú vienes tanto a mí

Y no hago nada por perderte

Que me acostumbre a estar así

Sin que se ofenda ya mi suerte.


Ven nostalgia, vestida de carmesí

Mis pasos se asoman por verte

Ven con esos fríos labios de rubí

Y la cruz tirana para mi muerte.


Con nuestra esperanza tejeremos

Otras nuevas ilusiones inciertas

Quizá una mañana venceremos


Y si no es así, a nuestras puertas

Más juntos que nunca lloraremos

Por todas nuestras ilusiones muertas…


En esta noche larga y serena

Tras no poder el sueño conseguir

Pensé en un momento escribir

Como para hacerla más amena.


Mas no siento alegría ni pena

Es una noche de oscuro lucir

Ni nada que pueda hacerme seguir

Los pasos de alguna idea buena.


Aunque rendirse no sea mi lema

Pero hoy no hallo más solución

Ya que no logro encontrar un tema.


Al verme ya en esta situación

Debo confesar, aunque me quema

Que hoy no tengo inspiración.




Es una tarde de un claro cielo

Corre por los lares un suave viento

La arena contempla al mar contento

Y aves pasan cantando al vuelo.


Hay botones que abren en el suelo

Vierten aromas con fino aliento

Cupido canta, lo oigo atento

Del sol resalta su dorado pelo.


Saltan reflejos de la inmensa fuente

Cual juego de espejos azulados

O son mil mariposas al poniente.


Que paz se respira por estos lados

A vivir rodeado de tanta gente

Prefiero estos suelos retirados.


A la soledad, estando ausente

Con el murmurador canto del viento

Una exclamación presiento

Son la sílfides me llaman urgente.


Acudo a su llamado rápidamente

Mas Silfo flotando en su asiento

Con duro soplido de su aliento

Hace notar su potestad presente.


Las pobres asustadas se pusieron

Y su mirada tierna me conmueve

(Seguro que con él discutieron)


Y el cielo las opacas nubes mueve

Parece que ya ánimos avinieron

Mientras que con fina agua llueve.




Posada en la rama de un pino

Silbaba suavemente filomena

Nosé por qué me embargó la pena

Con agrio sabor de amargo vino.


El tiempo que pasó a mi camino

Me aleja de la vida amena

Aún mi vida parece ajena

Y siento del alma un hierro fino.


No quiero que me llore este cielo

Tampoco que me deje desprotegido

Filomena canta por mi consuelo.


Vuelvo la vista por donde he venido

Y veo rastro de sangre por el suelo

Son mías las huellas, nací herido.




Hoy te veo esperanza derribada

Si pudiera por Dios satisfacerte

Pero mi mundo no nos dice nada

Enferma esperanza, triste suerte.


Yo esperé cuando lastimada

Después llegaran a socorrerte

Y a mí llamado ninguna llegada

Ni rastro de sombra, mi vida inerte.


De nuestras dejadas pasadas huellas

Llegan memorias a la vista tantas

Muchas sombrías y pocas bellas.


Ya sabes cómo terminaron cuantas

Y no haciendo caso a mis querellas

Silenciando mi voz, te levantas…




Al verte con esos bellos ojos

Queda domado el corazón mío

Y apagas mi fontana del albedrío

Derrotándome a tu altar de hinojos.


Al verte de mi vida los enojos

Se convierten en ansia y brío

Febril delirio que en mi navío

Bogo preso a remos con cerrojos.


Jamás de esta vida armonizada

Hubo algo más que me cautive

Ni cielo, ni estrellas, ni mar, ni nada…


Por qué pensar que a tu paso esquive

Vana presunción si a tu mirada

Si murió el amor, al verte vive.




Partiste, no tardes ya más procura

Amortajado por haberte ido

Descansa mi corazón sometido

Al tiempo y soledad en tortura.


Partiste y al ver tu hermosura

No faltará alguno que atrevido

O tal vez un falso acomedido

Que diga que te ama con locura.


No te querrá otro como te quiero

De eterna llama mi candelario

Te alumbra en mi pecho entero.


Y a tu esperar, si es necesario

Te esperaré al día postrero

Sentado en mi lecho funerario.




A la virtud del buen tiempo espero

Que al mundo lo haya merecido

Y con saber para que he venido

Con más gusto cargaría mi madero


Dicen que no hay el mundo entero

Un hombre que en vano haya nacido

Y si alguna vez hemos sufrido

Fué por prueba de poner esmero.


Aquél que con fe y afán procura

El encontrar su cualidad ferviente

La encontrará que es ley segura


En tanto que sigo constantemente

Buscando entre esta espesura

Abrirme el paso entre la gente





Pléyade


De la vida se observa escasa

La huella por este mundo al paso

Que nos deja del tiempo el repaso

Sobre esta innumerable masa.


Cuando con su lente mira y pasa

Escoge los que se ven por escaso

Escribe sus nombres en el ocaso

Y con trenzado lauro les abrasa.


Un pájaro alígero blancas plumas

Lleva laureola con gracia externa

Copos de cielo y blancas espumas


Y el tiempo en su figura paterna

En esta ceremonia de galas sumas

Les da por siempre la vida eterna.




Dejó una estela luminosa

La estrella al pasar por el cielo

Haciendo no vano a mí desvelo

De esta noche clara y armoniosa.


El aura vaga ufana, misteriosa

Alas se agitan en manso vuelo

De las musas cautas de blanco velo

Que se muestran a mi dicha ansiosa.


Tal

Tal descripción no llega la palma

Es mescla de sueños y luz celestial

Evade al cuerpo la rebelde alma.


Me dicen a su suave voz en calma

Tú llevas algo dentro que es especial.




A la partida de un hijo


Te daré el valor, el albedrío

Esa luz de llama incandescente

Que te ilumine constantemente

Y te abrigue cuando haga frío.


Que en el yermo, lóbrego, sombrío

No tiemble tu espíritu valiente

Y si nequicia llega de repente

Hazle pagar su caro desafío.


De tu paso muy cercano seguiré

En el crepúsculo dorado tiño

Colores envueltos donde te veré.


Y si mi pecho hinchado de cariño

Llora por dentro yo lo ocultaré

Es hora de partir mi grande niño.




“Que linda que es”, cuando la miro

Mientras la veo callado diligente

En ese momento yo me inspiro

Aunque para ella sea indiferente.



Pasará mucho tiempo de repente

Ese largo tiempo del que respiro

Y la recordaré estando ausente

Y será del recuerdo otro suspiro.


Luminosa aura siempre le rodea

Como de aquella lejana estrella

Y con la mirada busco que me vea.


En tanto me da su mirada bella

Y su sonrisa gentil puede que sea

Mas no me mira como la miro a ella…




Aquí donde confías tu inocencia

Que tanta virtud haya esperado

Si colmé el honor de tu paciencia

No culpes la dureza de mi lado.


El error se muestra a mi impotencia

No sé qué puede haber hallado

Este mal que me sigue su presencia

Déjame a tus brazos ocultado.


Nada con más temor yo tuviera

O miedo causado que me asombre

De ver la soledad si te perdiera.


Y con un beso dijiste mi nombre

Entonces cual si fuera luz primera

Me sanas para ser un nuevo hombre.




Contemplo de noche en tierna hora

O es la hora de tarde ya avanzada

Cuando tarde y noche ya mezclada

Dan esa luz, la que mejor decora.


Y veo siempre que en el cielo mora

Una estrella de puntual llegada

Cuando a sus ojos veo y semejada

Hay otra estrella que atesora.


¿Es del cielo de la estrella el color

Lo que mayor cautiva en su proeza

O son sus vivas perlas de esplendor?


Y al alzar nuevamente mi cabeza

Va diciendo un mirlo murmurador

“a sus ojos no hay mayor belleza”.




Sus ojos me alumbran cual dos faros

Por mares que remo o por los ríos

Contemplo la luz de sus ojos claros

Y no temo a corrientes ni desvíos.


Si alguna vez por temporales raros

Pudiera chocar con otros navíos

No hay más cura o remedios caros

Que sus ojos miren hasta los míos.


Alzan rumores las nereidas bellas

Que no hago caso a sus melodías

Y lenta se apaga su voz con ellas.


Ni mares fieros ni aguas bravías

O del cielo las fugaces estrellas

Me distraen ya de sus ojos guías.




Vibran los redobles que a manera

De aplausos encerrados que golpea

En tambores cual ave que aletea

Sacudiendo sus alas de madera


Y de notas ya viene la primera

Al viento se expande y coquetea

Y la ataviada pareja zapatea

Haciendo un reloj de marinera


El galán viste poncho y sombrero

La dama un vestido de dos colores

Que agita ondulante con esmero


Y de entre la gente unos señores

Gritan: otra vez como el primero!

Y se oyen nuevamente los tambores.




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