Hoy te voy a dedicar esto a ti, sí a ti que has sufrido las peores derrotas.

¿Qué corto no? Parece un sumario de periódico, pero como el mismo, contiene las palabras necesarias para que sepas de que va exactamente esto que escribo.

¡Mira chico/a! Definitivamente debemos afirmar que la vida es demasiado loca; odio esa frase que dice «La vida es una montaña rusa de emociones», pero como es de cierta.

El factor hermoso, relativo, fundamental, abstracto y pare de contar palabras que lo acompañan, es el tiempo. En estos días me enfrascaba en mi cuarto, reflexionando con uno de esos cigarros que te consumen la noche, en que si bien es cierto que cuando estás enamorado el tiempo pasa más rápido es igual que cuando estás con el corazón roto. Es increíble, que, al tener el corazón roto el tiempo pasa muchísimo más rápido y esto afirma una teoría que acabo de inventar: cuando te encierras en esas cuatro paredes de dolor ¡El tiempo sigue pasando!

¡Wao! El descubrimiento del siglo, pero parece tonto que no tengamos consciencia sobre eso. No digo que encerrarse esté mal, que no sea necesario pero siempre debemos ser conscientes de que ese amigo está corriendo, de que va muy rápido, tanto así que no lo vemos pasar.

Entonces, no pierdas el tiempo sufriendo o llorando en vano, aprovéchalo, aprende de él. Hazlo tuyo, a tu disposición y no permitas que te pise como me pisó a mí. Que no me di cuenta y pasaron 4 años cuando abrí una puerta que no quería abrir.

Para cerrar, aprende para ser feliz, no para bloquearte: enamórate de nuevo, siente lo que es esa sonrisa espontánea, y todas las cursilerías que nos hacen reírnos a las 3 de la mañana. Porque él va volando, y no se detiene.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS