Las heridas mentales escuecen, ya no me creo nada, no me fío de la vida, has de saber que la vida me dejó caer, dame una razón para seguir, si sigo perdido, cada día el miedo al futuro se hace más grandes, cada día hablo más de lo que he hecho y no de lo que voy ha hacer, cada día examino más minuciosamente mis fallos para no rectificarlos, cada día escribo menos y peor, cada día me acerco más a la mayor justicia, a la muerte.
Si quiero proteger a los que quiero, pero no puedo, si necesito un abrazo y solo lo recibo con un puyazo de regalo, se quedó tristeza, llego melancolía, cansado de luchar, soy de carne y hueso, a veces los humanos luchamos como Dioses, otras veces somos ejecutados como ratas, ahora comprendo porque siempre se rompe, un día tu amor se tuerce, te miro pero no puedo verte, otro día tus amigos dejan de hablarte, “has cambiado” dicen, dos días y te ves en la nada, es solo un ciclo, hay veces que no aguantas tu propio cambio de piel y aprietas el gatillo , apuntando a tu sien, de golpe, de humano pasas a un objeto, un cadáver, en unos meses te pudres y al final, polvo, nada, esperáis de mi que sea algo que ni he sido ni soy ni seré, lo intento pero ya estoy muerto, dejad de buscar ese chico perfecto si la mayor parte del tiempo lloró sin lágrimas.
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