Un viejo soldado viudo y sin hijos, no había tenido visitas en 5 añosdesde un incidente en navidad, en la que termino por andar desnudo y borracho mientras sufríauna crisis de guerra.
Antes de ese suceso él solía dar una fiesta antes de navidad en la que los vecinos del barrio colaboraban para pasar un momento en el que compartir con el prójimo, pero a esta fiesta no podían entrarlos negros, los chinos ni las personas gay; y a la gente del barrio les gustaba eso.
El viejo soldado no quería pasar solo esta navidad, pero por más que intentaba la gente no le quería hablar, esto lo llevó a una depresión tan grande que tenía pensado saltar de un puente, a la mañana siguiente se vistió con su uniforme y salió a buscar un puente alto pero cerca no había ninguno que le ocasionara la muerte.
De regreso a casa se encontró con un grupo de niños que intentaban arrojar a un niño en silla de ruedas por un acantilado,el viejo tomando aire gritó, “muchachos sin vergüenzas dejen ase niño sano y salvo o les juro que cogeré a cada uno de ustedes y les are a cada uno otro agujero para cagar”, luego de ello los niños salieron corriendo dejando al muchacho en silla de ruedas
El viejo se acercó a ver si el niño estaba bien, se dio con la sorpresa de que era una niña, una pequeña damita, ella le preguntó su nombre, el respondió con una sonrisa y su saludo militar, “capellán Dito del cuerpo de marina”, a la niña le gusto como se había presentado así que esbozó una sonrisay le dio un beso en la mejilla.
El viejo conmovido le preguntó su nombre a la dulce damita y ella le dijo que se llama lían. El viejo enternecido decidió llevar a la damita lían a su casa, metros antes de llegar una mujer china histérica se acercó gritando en chino. La damita lían le habló en chino, entonces la mujer miró al soldado y le dijo “hola me llamo Kumiko, soy la madre de lían, ¿gusta tomar un poco de te?”
El soldado por dentro gritaba rayos y centellas, dudó en quedarse, pero en vista de lo que anteriormente pretendía hacer decidió quedarse, en especial por que la damita no dejaba de soltar su mano, realmente era increíble ver que alguien así aceptara esa tasa de té.
El viejo mientras tomaba el té y conversaba con ellas se dio cuenta que Kumiko le agradaba mucho, quizá fue una hora después que el soldado tuvo la intención de irse, en ello llego una mujer afro americana, la cual entro a la sala y le dio un largo beso a Kumiko.
El presenciar ese hecho dilató los ojos del soldado e hiso caer su quijada, su expresión era como si dijera “¡pero que mierda pasa aquí!”. Kumiko le dijo lo que Dito había hecho entonces ella le agradeció diciendo, “ya no hay personas como usted señor, gracias por salvar a lían desde que nos mudamos aquí nadie había sido tan amable…”, después de eso dijo otras cosas más, pero durante todo ese tiempo Dito mantuvo esa expresión.
La mujer afro americana decidió explicarle al viejo su relación con Kumiko, pensó que tal vez así dejaría de tener esa expresión, asi que dijo, “me olvide de presentarme, me llamo Sasha y Kumiko es mi esposa, somos lesbianas”, lastimosamente en vez de mejorar su expresión empeoro, y Sasha creyó que le daría un infarto al pobre viejo, pero el viejo se dio cuenta que debía guardar el decoro de un caballero, por ello borro esa mueca de su cara.
El soldado decidió quedarse y entablar una conversación con las dos, ellas le preguntaron sobre su vida amorosa y por qué tenía puesto su uniforme viejo. El soldado quiso ser impertinente con su respuesta para que lo echaran, así que dijo “pensaba en suicidarme, mi esposa murió, he vivido durante 5 años solo, la gente no me quiere hablar porque tuve una crisisy ande desnudo…” entre más decía esas cosas su intención de ser impertinente e insultarlas se iba.
Se dio cuenta de lo miserable que se sentía por ser excluido yse deprimió aún más, miro al suelo y quería derramar lágrimas, hasta que se dio cuenta que Sasha lo estaba abrasando.
El soldado mientras abrazaba a Sasha miro a Kumiko y lian entonces lloro con más fuerza dándose cuenta que en 5 años no había tenido un día tan bonito como ese, y que antes de esos 5 años tal vez también había hecho que otros se sientan tan miserables como él se sentía.
Dos meses después ya eran vísperas de navidad, el viejo desempolvo las luces de su casa, limpio el suelo y cocino el pavo; sonó el timbre, corrió a abrir la puerta y al abrir encontró a las 3 damas más importantes de su vida, sonrió, y se dio cuenta que había encontrado otra vez la felicidad.
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