Resulta curioso, divertido y un tanto vergonzoso pensar en todas esas veces en que un malentendido nos ha metido en una situación indecorosa. Un juego de palabras, una mirada mal interpretada, una sonrisa amable que podemos confundir con un gesto un poco mas atrevido.
Muchas veces le damos demasiada importancia a gestos insignificantes que para otros no pueden significar nada y para nosotros lo es todo. Tan jodidamente solitarios, tan aterrados de nuestra realidad, tan cansados de estar varados.
Una vez tuve un gran amor, un chico fiel, sincero de quien me enamoré perdidamente. Nunca he sabido medir cuanto tengo que dar y cuanto guardar para conservarme en caso de que, ya saben… ocurra algo. He sido una chica que quiere con pasión y lo da todo y piensa en todo por ese pequeño momento de felicidad conyugal, que lo da todo por esa persona.
Debido a ciertas circunstancias lo nuestro acabo, y yo nunca lo logre superar del todo. Siempre seguíamos hablando y escribiéndonos, claro con un trato diferente. Con esa vaga mentira que nos decimos al final, que seremos amigos. Obviamente siempre sentía la ilusión de un continuará… pero no fue así.
La escena que narro es sobre la ultima vez que lo vi, me lo encontré por casualidad en un lugar donde yo frecuentaba y él lo sabía, un lugar donde nos abrazamos, besamos y nos jurábamos amor eterno.Cuando lo vi una serie de sentimientos encontrados me invadieron, un poco de felicidad y nostalgia que mi cuerpo no podía procesar, así que fui cortes y le sonreí, me acerque y todo iba bien hasta que note que llevaba consigo un ramo de flores.
Recién paso mi cumpleaños pensé yo, en mi egocéntrico ser, ¿serán para mí?, ¿querrá volver?, ¿Qué debo hacer?, ¿Cómo debo responder? Me la pase imaginando escenarios convenientes mientras prolongaba la plática dándole tiempo para que el reaccionara y efectuara su movimiento, si es que lo iba a hacer… Sin embargo, después de un tanto hablando, lo note un poco incomodo, algo ido, empezó a dar excusas para zafarse, para irse y así lo hizo. Yo quede sin flores, sin escena romántica, con el orgullo y el corazón en las manos. Que tonta he sido.
OPINIONES Y COMENTARIOS