Luego de haber sentido avalancha de emociones, de presumirme detallista, delicada, amorosa y enamorada; después de pensar que no había nadie que sintiera con esta intensidad del alma, capaz de tomarse en serio hasta el más mínimo detalle y recordar el momento exacto de la primera pausa de aquella casual plática… es imposible que más tarde, ya no sienta nada.

Ya recordar la traición, las mentiras, falsas promesas no me causan absolutamente nada, ni dolor, ni pena, ni enojos, ni decepción; solamente tener la extraña sensación de haber desperdiciado tanto tiempo de mi vida en eventos, planes y sueños que no llevaron a ningún lado, sentir únicamente la imperiosa necesidad de estar sola, disfrutar de una bebida frente al televisor, viendo mi película favorita, o un café con un buen libro, estando solo conmigo, no preocuparme por la presión social, caerle bien al vecino o no haber sido grosera con mi comentario; yo que siempre viví rodeada de muchas personas hoy no me interesa nadie.

Solamente, cargo el dolor de tener que seguir esta vida tener que seguir con esta disfuncional familia, aceptar dormir, despertar y vivir con alguien de quién ya no espero nada… y la peor parte es que ni siquiera existe un amante, algún otro que me llene de ilusiones, que me provoque sentirme como adolescente, sacando una sonrisa con aquel pícaro mensaje; no, no hay nadie, solo ya no tengo ese sentimiento de pareja hacia nadie, y hoy en día me pregunto por qué en algún momento fue tan importante para mí tener a un cómplice en mi historia para sentirme completa, no me explico qué buscaba, qué pretendía; si realmente es absurdo fantasear con un amor para toda la vida, eso no existe. Hoy me doy cuenta, un poco tarde, la verdad; ya soy la responsable de haber introducido a este mundo personitas por las cuales debo luchar, de quiénes no puedo esperar nada, porque un día harán su vida y no me tomarán en cuenta, personitas que hoy me culpan de no ser una familia de verdad, personitas que a veces siento que no me aman, por las que un día daba mi vida entera, hoy me han desmotivado; sin embargo, algo allá en lo profundo de aquella alma que hoy ha quedado hueca, emite un sonido retumbante haciendo eco en esa cueva oscura de mi ser, diciéndome: «no te des por vencida, ellos si valen la pena, no pierdas el amor, son tu norte».

Y en un impulso casi zombie, lo hago por ellos, aunque piense firmemente que al final no lo agradecerán, ni darán valor; pero es inevitable no luchar para verlos crecidos, realizados y con suerte, felices.

Quisiera poder desaparecerme sin dejar rastro, no saber de nada, que mi memoria sea borrada, que ninguno me recuerde, ni recordar a nadie; pero no quiero morir, solamente quiero una vida diferente, sin herir ni dañar a terceros, sin dejar pendientes.

Quisiera renacer y empezar de nuevo, con toda la experiencia que hoy he adquirido, para no cometer errores, pero no recordar nombres, ni rostros, para no tener remordimientos.

Tal vez estoy muy loca, tal vez recobré la cordura; solo espero vivir un día una vida diferente y esta vez tomar el control desde el inicio y no permitir que nadie quiera dirigirme.

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