Muerte en el Silencio

Muerte en el Silencio

soo doucefee

08/12/2018


Las palabras están embrujadas entre paredes de cristal, que a cada susurro dejan marcas de mentiras y de falsa bondad.

Entre estas el resplandor de una profunda lágrima, se asomó entre dos voces escondidas a lados paralelos que se buscaban.

Aquellos sonidos rebotaban en los oídos, confundiendo mensajes y dejando motivos a la deriva.

La luz accidental que se refractaba por aquel vidrio del medio, impidió a que a 2 seres les llegara el lucido entendimiento.

Las palabras se tergiversaron en humildad y al final se transformaron en mediocridad.

La agonía y la desaparición de 2 corazones los perseguían y los dejaba como si cada uno fuera solo víctima de sus acciones.

Ignorando las intenciones y aquellos deseos que anhelaban, al final, se perdían entre la tristeza de simples pensamientos, y la confusión de lo que se querían decir, pero que nunca se hablaban.

A pesar de todo, sus ojos no mentían, eran los únicos que daban razón de su sentir, como ventanas de vidrio a punto de romperse en llanto

A punto de suspirar, no queriendo intentar y dejando un adiós acordado, las dos almas antes de sentirse más derrotadas, de correr por el camino desbordado, de caer, de rendirse, de hundirse más, de quedar en el suelo,

Decidieron no levantarse y de aferrarse al dolor, prefirieron callar en duelo, y como siempre, sangrar y dejar de ver todo color.

Pero algo cambio, un susurro apareció resonante, un “perdón” tembloroso y desconfiado se daba paso entre el vacío que los dividía, sin entenderlo, sin planearlo, solo dejando rebotar aquellas perplejas palabras en los muros.

Levanto su mirada el dueño de esa voz y de aquella desconfianza, se desato en llanto con gritos eufóricos que le liberaban al fin de sus cadenas.

Se dio cuenta de su soledad, de sus errores y de sus lamentos. Tal vez no era perfecto. Pero aquellas dos almas tenían también momentos de apuros

Se miraron fijamente sonriendo y diciendo al mismo tiempo “Adiós”. Ya no había más lágrimas para llorar, ni secretos. Ya no era necesario ocultarse en aquel cuarto oscuro.

Se levantó un cuerpo y salió de la habitación. Al cerrar la puerta se escuchó a alguien del otro lado que preguntaba ¿Con quién hablabas? A lo cual solo se dio una risa como repuesta y se escuchó unos pasos alejarse

Paso el viento, se levantó polvo, y el reloj contaba los segundos expectantes. La puerta se empezaba a abrir con precaución, sin embargo; la curiosidad buscaba saciar la duda y llenarse

Se voltio el cerrojo, y se abrió la puerta, pero solo hubo un suspiro decepcionado ante los hechos, las circunstancias que precedían

Se volvió a cerrar aquella puerta, y se volvieron a oír pasos alejarse. Una vez más aquel cuarto grande y oscuro quedaba solo, solo con el espejo que reflectaba una pequeña luz. La luz de la esperanza, de nuestro propio reflejo.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS