La pregunta era cómo definir el sentimiento, cómo encontrar las palabras conjugadas de manera prudente que pudiesen tomar las sensaciones y racionalizarlas; pero la verdad es que he decidido declararme incompetente, por una sencilla pregunta ¿será sensato semejante atrevimiento con las emociones? porque se les hará difícil ser tomadas para el juego del raciocinio, es más, creo que se les haría desleal. Porque ¿cómo hace una para pensar en esos instantes y lograr explicarlos? si es que en cada espacio de tiempo contigo no soy yo quien controla los desvaríos que producen tus miradas y tu sonrisa, sino quien se entrega a ese torbellino de explosiones. Así que no, no me llames a las precisiones, no me invites a entregar significados escuetos sobre algo apenas soportable. En cambio, exhórtame a la desfachatez que puede ser alejarse del argumento, que yo te ofrezco el éxtasis resultante de un lazo poco anudado.

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