No es posible poner tanto dolor en palabras, te quedas muda, quebrada, con apenas tu tortuosa respiración acompañándote. Me hundí, hasta lo más profundo. Sentí morirme, morí. Sangré y me cosí mis propias heridas sin ningún alivio. Y se quedó aquí el recuerdo, el peso. No es posible ¿cómo lo hago? Si la propia vida se vino en mí contra, si cada latido se me hizo tan pesado que sentí cada hueso romperse. No sé cómo estoy aquí, no soy tan valiente. Me sostuvo el viento, el mismo que me arrastró.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS