The Dark King Of Magic Blood

The Dark King Of Magic Blood

James Miller

02/12/2018

Capítulo 1. El primer paso de un largo camino.

Parte 1

-Traed una botella más de licor, la noche es para los que no podemos dormir y el día es para los búhos como yo- grito un hombre desde el fondo de una cantina. El hombre a la vista de los demás comensales ya estaba más ebrio que todos ellos juntos. En su mesa estaban numerosas botellas de bebidas, una más añejada que la anterior. Aun cuando el hombre parecía no poder dar ni dos pasos delante de él, no tenía la pinta de tal. Cualquiera que entrase al bar y lo mirara pensaría que apenas ha llegado, era un hombre bien vestido, con su cabello ligeramente largo, pero bien peinado, test blanco, sin ninguna arruga, bello, o algo que arruinara su rostro.

A su alrededor estaban algunas posaderas, que de la mitad trabajan ahí y las otras solo habían venido para mirarle. Aun cuando el hombre había llegado hace relativamente poco, rápidamente había llamado la atención de todo el pueblo, por sus rasgos en extremos finos. Nadie conocía quien era o de donde había venido, solo sabían que llego caminando por eso de las 3 de la tarde y que se la había pasado hablando con las mujeres del pueblo hasta ya muy entrada la noche. Esposos, padres hermanos e hijos fueron a buscarlas, las que se marchaban morían de tristeza al alejarse de tan particular personaje. Claro más de un conyugue celoso intento golpearlo, a lo cual el hombre solo detenía los golpes con su mano derecha, sin tan siquiera moverse de la silla.

Un soplido del hombre era suficiente para mandarlos a volar a otra mesa.

-Tranquilo, no te la voy a robar. Solo me gusta admirar las flores que tienen los ogros.

Cuando un cuarto de la mitad del pueblo (hombres) llego al bar enfurecido. El hombre se levantó, haciendo que todas se pusieran detrás del el, saco unas cuantas monedas de plata, las lanzo hacia otra mesa donde estaba un grupo de músicos y con una sonrisa triunfadora dijo- Tocad algo para la ocasión, que hoy me siento con ánimos de no dormir.

Los músicos sin mayor problema comenzaron a tocar en una de las esquinas del bar a un lado de la puerta por si tenía que ejecutar una huida de ahí. El hombre se levantó las mangas, mostrando sus brazos blanquecinos, ligeramente ejercitados. Las mujeres movieron las mesas para que tuvieran más espacio para pelear.

El hombre se veía confiado.

-Alcemos nuestros porrones de cerveza y brindemos por la golpiza que le van a dar a este pobre infeliz-decía un hombre que estaba tirado en el suelo abrazando un barril de cerveza.

Los demás rodeaban al hombre, el hombre solo dio un ademan con las manos y los músicos comenzaron su orquesta. Un golpe, lo esquivo con facilidad, una silla, lo detuvo sin problemas, una botella rota, lo eludió sin mirar. El hombre más alto del lugar cogió una mesa, el hombre con risita le quito una mascada a una de las mujeres, mientras toreaba al titán que tenía delante.

-¡No me estés jodiendo!, maldito bastardo- gritaba el titán mientras coria a gran velocidad con intención de embestir al hombre contra el muro y la mesa.

El hombre solo se hizo a un lado. Mientras los demás que observaban golpeaban las mesas, silbaban y reían y a gran pulmón gritaban- ¡OLE! – Se escuchaban flautas, violines, guitaras y demás instrumentos musicales, el ruido había atraído a más de uno que sin dudar mucho se unió a la fiesta, con alcohol, música o simplemente gritando. Lo que comenzó como una tarde en una cantina se había convertido en un verdadero espectáculo en el pequeño pueblo de Green leaf en los límites del reino de Night fire.

Paso cerca de diez minutos cuando el espectáculo se había salido de control. El hombre que ya había humillado a todos sus oponentes, salió del bar con dos jóvenes camareras en cada mano, las acompaño a sus casas, robándole un objeto a cada una. A una le robo un arete, a otra un pañuelo, a otra una cinta para el cabello y a la última una pulsera. Más de una le insinuó que se quedara esa noche con alguna, sin embargo, él se negó con la excusa de que tenía otro asunto entre manos.

Al pasar por el bar de nuevo, la música seguía, pero esta vez con un ritmo más vigoroso. Podía ver por la ventana a algunos que estaban en el suelo y al titán con el que jugaba al torrero en medio del bar bailando con dos hermosas señoritas. Le sonrió desde lejos y se marchó del pueblo.

-Me habría gustado estar un rato más divirtiéndome- decía mientras se ponía las manos en los bolsillos.

-No tenemos tiempo para eso Julius Fredrick- respondía una voz que salía desde lo alto de un árbol.

-No sé cómo tú te diviertes, pero nosotros los mortales nos divertimos como podemos.

-Todos somos mortales e finitos. Solo quiero vivir una vida donde no tenga remordimientos o culpas en el día de mi muerte. Cuando muera, quiero sonreír y saber que me marcho de una forma honorable.

-Me agrada esa actitud, pero no comparto tu idea de morir. Yo no quiero morir y no me pongo a pensar en ese momento y tampoco quiero hacerlo. La muerte es un limitante de la belleza. Si muero, quiero que mi cuerpo sea incinerado o congelado, de ese modo mi cuerpo tendrá dos dignos finales y no seré alimento de asquerosos gusanos.

-Eso es nuevo en ti, saber que le temes a algo más que la muerte.

-No confundas terror con repulsión mi querido amigo.

El hombre del árbol le arroja un sombrero de copa a Julius.

-Como también hay una diferencia entre hacer cosas tediosas y hacer cosas sin querer hacerlas.

-En este momento tenemos que hacer ambas.

– ¿No se suponía que el héroe aquí eras tú?, Pouger -Lo decía mientras le lanzaba el arete con el laso, la pulsera envuelto en el pañuelo que robo a las cuatro muchachas.

Aun con la negrura del bosque Pouger pudo saber lo que era. Lo inspecciono un momento, mientras bajaba del árbol de un salto. Pouger era un joven de compleción notable, rostro sagas y serio, con cabello corto, una túnica blanca que solo mostraba parte de sus pantalones y botas blancas, sin embargo, el movimiento del viento mostraba una empuñadura de espada en su cintura. Julius bromeaba diciéndole ocasionalmente que parecía más viejo que él, por la cara de seriedad que siempre tenía.

Aquella noche sin luna, era una de tantas que había con frecuencia, la brisa de la noche movía las ramas más pequeñas de los numerosos árboles que les rodeaban, la luz más cercana para ellos dos era la del pueblo.

-Yo solo trabajo por el orden de las cosas-Repuso Pouger mientras abría la bolsa- Con que esto es, es tan simple y común que nadie se daría cuenta de lo que tiene dentro. -Pone todo en el suelo- ¿Cuantos más crees que haya?

-No lo sé, hace un par de meses me topé con uno por casualidad. Hace un año me topé con algo parecido en una vieja herraría. No se por cuánto tiempo haya estado esa cosa hay.

Julius saca una daga de su manga.

-La encontré luego de que un muchacho casi la fundía con hierro que se diría a una de las fortalezas fronterizas. Si hubiera llegado más tarde, habríamos tenido un serio problema entre manos.

En uno de sus viajes de autoexilio de la capital, Julius Fredrick se había paseado de un lado a otro en lo que él decía “vacaciones sabáticas” las cuales se había extendido 4 años desde un malentendido que tuvo con una cuenta en un bar de la capital. En sus viajes se paseó por toda la nación, cruzando bosques, subiendo montañas, cruzando desiertos y caminando por decenas de ciudades, pueblos o villas. Más de una vez había cruzado a otras naciones como Ice Light al este y Fertildeath al norte. Sin embargo, aun cuando la gente de Ice Light eran personas reservadas y con poco interés en los extranjeros y menos en alguien como Julius, eran personas atentas y a su forma amables.

Las tres naciones que antes se les conocía como el tridente del diablo tenían una historia de amistad e enemistad muy frecuente, aun cuando los tres habían dejado de atacarse uno al otros desde hace más de un siglo. Las montañas que separaban a Fertildeath de Night fire se había vuelto un lugar donde se le conocía como las montañas de las sombras y las voces, en ese sitio en particular muchos decían ver algo, podían pasar días en esa montaña y volver a escuchar nada, podías pasarte horas mirando desde el pico de una montaña y no ver ninguna sombra, y salir del lugar con una sensación de que cuando no mirabas te observaban y cunado hablabas, ellos hablaban contigo.

Más allá de las montañas del norte estaba el reino de Fertildeath conocido por sus vecinos también como el reino sin rey, ya que se solía cambiar de monarca cada cierto tiempo, un rumor tras otro corrían por las demás naciones un rumor peor que el anterior de la nobleza cambiante en los últimos 400 años el lugar había tenido más de 25 reyes distintos, el más largo fue de cinco años y el más corto fue de cinco minutos( el pobre infeliz ni siquiera tuvo tiempo de probar un banquete digno ).Los rumores de Fertildeath no terminaban con los reyes, sino también con cosas atroces que pasaban dentro del lugar. Al no existir una autoridad definida era complicado que se cumplieran ciertas leyes. Decían que la gente tenía un pasatiempo de derrocar a la nobleza, encarcelándolos, exiliándolos o matándolos. En algunos casos los reyes de hace más de 5 lugares se encontraban con sus sustitutos en las cárceles ¿quién los derrocaba? Una pregunta valida, lo hacían entre su propia familia daba el caso algunas veces de que bebes de no más de 3 años se volvían reyes con un auspiciante que estaba en las sombras, se dio también el problema de que un rey fue escogido más de una ocasión.

La nación de Fertildeath pasaba con uno de los reyes más prometedores (el hijo del primo del sobrino de la tía de uno de los que antiguamente era rey, lo que daba a pensar si en realidad se le podría considerar como un candidato valido para el puesto) Una joven de cabello corto que fue encontrada dentro de una mina buscando refugio de una tormenta, se la encontró titilando sola con un anillo que había pasado de generación en generación en su familia. Era un anillo que pertenecía a un rey antiguo de esa nación que tenía el escudo en su centro, el águila volando por las montañas y debajo del él un par de espadas cruzadas.

Ice Light era un sitio donde la nieve era demasiado frecuente. Los conflictos con su vecino del oeste cesaron hace 50 años cuando el bosque fronterizo que los separaba había sido congelado de un día para otro. Podías estar tranquilamente pescando sus ríos o largos, escalando sus montañas o admirando el paisaje, mientras sentías el cálido pasto en tus pies. A un lugar que muchas veces llega a los -10 grados, la mayoría de las personas se lo atribuyo a un grupo de magos que quiso que haya un límite fronterizo, lo cual solo hacía que hubiese más disputas políticas de a quien en verdad le pertenecía dichas tierras, a la nación donde parecía que todo siempre estaba bien o al lado donde casi la mitad del año nevaba. Más tarde al no encontrar una solución, ambas partes decidieron que esa tierra seria tierra de nadie, borrando ese lugar de los mapas modernos de cada nación.

Y si no he profundizado más en su forma de gobierno es que es un gobierno totalitario. Donde el estado controla la mayoría de aspectos de la vida de su gente, hace más o menos 200 años se había dado un golpe de estado. De un grupo de personas y una gran armada. El resultado, decenas de muertos, donde a la monarquía anterior se le dio el lujo de elegir entre ser apedreado, desmembrado por caballos, ser quemado o suicidarse públicamente. Lo cual para los nobles cada cosa era peor, eligieron el suicidio, sin embargo, sus cabezas habían sido congeladas y se habían mantenido así. De las doce cabezas congeladas, del rey, sus hermanos, padres e hijos. La cabeza de la reina y sus dos hijas habían sido vendidas a un burgués del reino de Night fire por una buena cantidad de dinero, en los años siguientes se solicitó la devolución de las cabezas. No obstante, el comprador y sus hijos jamás tuvieron interés en devolverlas. Su familia había adquirido un cierto apego muy insólito y vehemente por las cabezas.

El gobierno totalitario-militar. Era comandado por un grupo de personas de diferentes posiciones y clases sociales. El país había tenido un auge económico notable por su revolución en cuanto en armamento y milicia. No era raro escuchar en estos días de que la nación de hielo hubiera conquistado algún pueblo o región en cuestión de días. Sin embargo, aún no eran lo suficientemente fuertes como para declarar una guerra a sus antiguos aliados. El escudo del que estaban tan orgullosos era una mujer de cabello blanco extendiendo la mano y en sus dedos una mariposa, en sus alrededores rosales de color blanco.

Los tres estaban de cierto modo listos para cuando iniciara una guerra, aun que había un factor que también consideraban antes de comenzar una guerra, “los que estaban en medio” era un nombre que se les daba a una peculiar población, que podría cambiar el flujo de una guerra si decidían participar o aliarse con alguno de los tres.

Mientras caminaban Pouger y Julius por el bosque, miraban las cosas que habían encontrado.

-Alto, ya no podemos cruzar más allá de este lugar.

-Claro que lo sé- replico Pouger mientras arrojaba una vez más las cosas al suelo .

– ¿Crees que tengamos que decir algo ante esto?

-Creo que lo mejor es que regreses a la capital y le informes al rey de esto. Algo realmente malo está pasando. Antes de que hagamos algún movimiento en falso, quisiera asegurarme antes de que no sea solo una broma para secuestras chicas. ¿Sabes lo molesto que estaría la orden si resulta que hacemos más ruido del que debemos?

-Eres demasiado meticuloso, pero tienes razón, aun que te anticipo desde ahora que no creo que sea ninguna broma. El que hizo esto tenía todas las intenciones del mundo de dañar a alguien. Sera mejor que los destruyamos pronto.

Pouger saca su espada, con un rápido moviente clava su espada en cada cosa. Que en un segundo se vuelve cenizas y se marcha con el aire. Antes de que destruya el arete Julius lo toma.

-Disculpa amigo creo que necesito esto. Debo llevar alguna evidencia para respaldar nuestras teorías. No te preocupes, bloque su percepción, no puede activarse a menos que yo quiera.

-Si tú lo dices.

-Suena a que no confías mucho en mí. ¿cuándo te he dado motivo para desconfiar en mí?

– ¿Te hago una lista?

-Escucha Julius- Dijo Pouger mientras levantaba su espada y apuntaba a Julius- el hecho de que algún día tu y yo fuimos amigos no significa que nuestro destino no sea pelear algún día. Cuando ese momento llegue no tendré ni una duda en mi corazón para matarte si te metes en mi camino.

-Que miedo- repuso Julius, mientras le lanzaba una sonrisa burlona y sínica-Descuidad mi querido amigo. Yo no tengo ningún interés en morir, me parece de los más desagradable y asqueroso, me revuelve el estómago el solo pensar que mi hermosa cara sea devorada por asquerosos gusanos. Si yo muero, me iré de la forma más hermosa posible y sin dejar ningún rastro de mi cuerpo.

Lo decía mientras sacaba un espejo y comenzaba a verse. Pouger se acercó para romper el espejo con la espada, haciendo que el rostro de Julius se viese fragmentado.

-Yo no estoy jugando Julius.

Julius ya molesto puso su cara un poco seria.

-Sabes, no me gusta enfadarme o gritar. Ya que eso provoca arugas. Pero lo que acabas de hacer, si me molesto de gran manera.

El viento había pasado de una leve brisa a un rugido invernal. Las ramas se movían con gran fuerza, como si fuesen a caerse en cualquier momento. Ambos se miraban tentados a entrar en batalla, no obstante, la luz cadavérica de la luna los detiene de golpe. Sus miradas eran menos intensas, pero el deseo de pelea seguía en sus mentes, mas ya no en sus cuerpos.

Ambos se marcharon del lugar. Julius guardo el arete en un bolsillo de su chaqueta. Al regresar al pueblo, ya todos se habían marchado del lugar. Lo único que había en el camino eran algunas botellas y un par de vagos durmiendo cerca de donde estaban unos cerdos comiendo. Regreso a una posada donde horas antes había dejado sus cosas. Al mirar que estaba cerrada la puerta, de un salto fue hasta el tercer piso de su habitación, sospechando que algo como eso podía ocurrir dejo la ventana levemente entreabierta-Fue más fácil de lo que creí- con un movimiento de su mano creo una llama blanca, lo suficientemente fuerte, como para observar el arete.

Luego de un momento se hartó de ello. Guardo el anillo en na de sus maletas. Apago la flama con su puño y se recostó, en la dura cama de tablones viejos, que solo tenía algunas sabanas o eso creía que era, no quería asegurarse, por miedo de hacer alguna mueca innecesaria. Con una mala actitud se recostó, mirando a la ventana y pensando en lo que pasaría de ahí en adelante. Al dormir podía sentir como el viento pasaba por los bordes de la puerta. De cómo su paciencia era puesta a prueba. Al hartarse, extendió las manos dio un aplauso y al alejarse una pequeña luz naranja se había creado, esa luz tomo la forma de un feto, luego se podían distinguir facciones como una nariz, ojos y orejas de un animal. Abrió la ventana saliendo y creciendo más, al principio era un cachorro, que saltaba divertidamente por el aire, luego creció más y más, hasta transformarse en un lobo. Un lobo de pelaje alvino, casi dorado, su pelaje brillaba con las luces de algunas lámparas de la calle. Movía su cola, mientras esperaba a su amo.

Julius arto de todo, tomo sus cosas, dejo el dinero acordado y salió fuera del lugar. El lobo había crecido casi algo más de dos metros. Se subió a él y se marchó, Coria tan rápido, que solo dejaba un rastro de un brillo amarillo, saltaba por los tejados como si nada, apenas haciendo un poco de ruido. Al ir en dirección a la capital reino, miro algo que lo llamo la atención.

-Espera un poco- el lobo se detuvo en medio de los árboles.

-Con que era eso.

Julius observa entre los arboles a unas criaturas enanas, jorobados y con una piel granuda, grasosa, sin pelo aparente, solo unas cuantas vellosidades amarillentas en gran parte de su espalda desnuda. Eran unos cuantos, no se podría decir con certeza cuantos. Murmuraban lo que parecía ser palabras sin sentido.

Capítulo 2.

Las montañas del este aplastadas y agrietadas en polvo fino como la arena de un desierto. Cenizas, humo y polvo toman terreno dentro de lo que anterior mente era un prado, un lugar donde los arboles orgullosos de miles de años se alzaban sin jamás mirar hacia el suelo, yacían tendidos en el suelo como si se tratara de simple mala hierba que muere entre estaciones. El olor de azufre, hierro y carne muerta es disipado por una brisa fantasmal que baja de las montañas.

Lo que era antes un orgulloso ejercito de mil hombres, ahorro solo era un puñado de cuerpos que eran apilados como si se tratase de simples trapos de color rojizo y café. Estandartes de orgulloso caballeros, eran usadas para avivar el fuego de una derrota devastadora. La sangre, fuego, hierro, madera y demás daban una espeluznante entrada a una derrota devastadora.

En el centro de la pesada niebla de humo y ceniza, se encontraba un hombre, bajo la tenue sombra de un árbol; cansado, sudado, una mirada perdida, ojos sollozantes, con lo que anteriormente era una armadura brillante hecha de hierro, era solo una negruzca indumentaria que se rompería con el más mínimo golpe. El hombre demasiado abatido para levantarse, mira al suelo, no obstante, sus ojos no hallan ningún consuelo, mira los cuerpos de los que anteriormente llamaba amigos y camaradas. Se quita su casco de golpe arrojándolo lo más lejos de él que pueda.

Pide al cielo que lo que sus ojos, nariz y oídos sienten, tan solo sea un amargo sueño. Que su cuerpo este dentro de un bar en una gran ciudad, pide que este dormido luego de algunas cervezas y que cuando llegue la cuenta del bar pueda despertar y estar agradecido de que lo hayan despertado de tan macabro sueño.

Los sueños siempre han tenido la peculiaridad de mostrarnos situaciones de las que podemos o no tener memorias de ellas. Por ejemplo, un hombre que sufre de incontables deudas, casado con una mujer de mal carácter y con hijos que poco o nada lo respetan. Despierta en su cama agitado, busca a su mujer para contarle lo que soñó, sin embargo, el hombre olvida un batalle, su mujer e hijos estaban muertos hace más de un año. Otro ejemplo más común seria soñar con una enorme fortuna, una casa cerca de una playa y con decenas de sirvientes, luego al despertarte recuerdas la cruda verdad, debes tres meses de alquiler de un cuartucho de quinta donde compartía el piso con ratas y cucarachas que, a diferencia de él, no pagaban la estadía.

Igual que una rata se sentía el hombre que descansaba bajo el árbol, quería salir huyendo del sitio y olvidar lo que había visto.

Su mente aun hecha un lio atino a pensar en una cosa.

-Debo regresar y contar lo que paso- dijo mientras jadeaba- Debo ir a la ciudad más cercana he informar lo que paso.

Aun con el dolor de un brazo y una pierna, se apoyó en una espada que no era la suya, usándola como bastón camino hacia el bosque quitándose el resto de la armadura a excepción de las botas, pensaba que si el enemigo lo miraba sin ninguna duda lo mataría, camino apoyándose en los árboles y sintiendo un dolor cada vez más insoportable, no lo había notado antes, pero al mirar su pierna izquierda, esta estaba sangrando su rodilla izquierda. Se desplomo poco después de haber avanzado unos cuantos metros, que para él fueron kilómetros.

Luego de unos instantes su mente intranquila se preparaba para morir, dentro de él no existían arrepentimientos o alguna razón en concreto para quedarse en el mundo de los vivos, no tenía una familia a la que visitar, jamás se casó o tubo una pareja estable, sus únicos amigos los había visto perecer no hace mucho. En sus últimos momentos de conciencia recordó su vida, solo conocía a su tío lejano el que le propinaba golpiza una vez a la semana cuando se embriagaba, paso también un día cuando se robó unas cuantas monedas. Su tío al enterarse lo golpeo y luego lo hecho de la casa a los 14 años.

En lugar de ponerse triste, tenía una sonrisa de oreja a oreja. En su cuerpo estaba una gran cantidad de moretones, pero dentro de sí mismo se sentía libre al no tener que regresar más a ese lugar, caminando, pensó que podría robarle un poco de dinero a alguien y comprar algo decente de comer, un sacerdote lo miro con un poco de lastima regalándole un poco de pan y leche. EL niño al ser alguien que pasaba solo en las calles sospechaba de su voluntad así que miro al hombre y le dijo de forma altanera-No me vas a engañas con esos trucos sucios viejo estúpido- y se marchó como pudo.

Al irse miro a lo lejos una alcantarilla donde sabía que encontraría refugio para descansar y pensó mientras le dolía el cuerpo – Ojalá esta maldita ciudad llena de porquería se quemara -. Al despertar a la mañana siguiente y salir de la alcantarilla, no podía creer lo que sus ojos estaban mirando- No jodas- dijo a manera de sorpresa. Los techos, casas, edificios, iglesias, negocios estaban en los suelos, al seguir caminando llego a la casa de su tío o lo que quedaba, al entrar, miro levemente horrorizado, estaba el cuerpo de su tío, aunque no había ningún rastro de su cabeza, tan solo una enorme mancha de sangre alado. Al avanzar más, miro una caja en el piso y aun lado un anillo, algo sucio y oxidado con una piedra blanca. Recordó que su tío lo guardaba con recelo, al tomarla sintió una gran alegría dentro de él.

-Mira lo que tengo mi mano, maldito bastardo- Se acercó al cuerpo en su cabeza tenía intención de golpearlo y patearlo como lo había hecho con él, su rabia se hacía cada vez más grande, cuando recordó una ocasión cuando lo golpeo has hacerle vomitar sangre. No obstante, cuando miro el anillo de nuevo, en su mente había algo, no era una voz, o una imagen, sabía algo dentro de él que calmo su furia y al tenerlo en sus pies, solo le dio un leve puntapié y se marchó guardándose el anillo.

Al avanzar por las calles, era un escenario igual de mórbido y espeluznante. El ya antes había visto más de un muerto, en lugar de aterrarse buscaba en los bolsillos de los muertos dinero o algo de valor, casi luego de una hora, encontró algunas cosas como; frutas, carne, pan y agua, su sabor estaba mezclado con ceniza, sin embargo, al chico no parecía haberle importado en lo más mínimo. Se paseó de un lado a otro robando y comiendo, había logrado un gran botín. No era ningún tonto, sabía que si alguien lo miraba estaría en problemas. Así que decidió esconder su botín en una iglesia, al entrar fue lo mismo que afuera, solo había muerte, habían sido quemados, degollados y algunos solo había extremidades y ningún rastro del resto de su cuerpo, pero sin lugar a duda lo que lo hizo estremecer fue ver a un tipo vestido de sacerdote encimada de un altar con los brazos extendidos, clavados con piedras, su cabeza o lo que en ese momento creyó que lo era, porque en realidad parecía que se la habían quitado y habían puesto un pedazo de carbón.

Siguió su camino ahorra algo más asustado, al seguir por una puerta que lo llevaba a otro cuarto, no fue la única cosa perturbado que vio. Miro a otros hombres sin ropa, apilados uno encima de otro, a un lado estaba una gran sabana que cubría algo que parecían ser bultos, algo dentro de él le gritaba que se largara y que no mirara lo que había debajo. Sus piernas avanzaron y sus manos temblorosas removían el manto, dando así el espectáculo que su mente no termino de tolerar. Salió del lugar, no sabía de donde había sacado fuerzas, pero su dolor corporal se había marchado, salió a la calle tropezando, al mirar hacia abajo, estaban un grupo de personas con armaduras, en su mente no pensó que ellos podrían ser los responsables.

– ¡Viejos, auxilio aún sigue alguien vivo! – Gritaba y agitaba las manos. Pero no le hicieron caso, se enfadó, tomo una piedra y la lanzo así uno de ellos, al darse la vuelta lo miraron sorprendido y algunos de ellos fueron tras él, al subir por las pendientes y escaleras, a unos metros cerca, corrió de nuevo a la iglesia, tenía miedo, pero quería que lo siguieran- Oigan idiotas es por aquí- Entro corío al cuarto trasero quito la manta, sus piernas se desplomaron se poco las mejillas, estaban llenas de lágrimas, no sabía desde hace cuánto estaba llorando. Al llegar los soldados, muchos de ellos se habían quedado a la mitad del camino vomitando o teniendo miedo, solo 5 habían visto lo que el niño, uno golpeo una pared, otro al igual que el niño se puso a llorar con una mirada perdida, otros apartaron la vista, solo uno de ellos seguía mirando.

Ese hombre miro al niño con templanza.

– ¿Sabes quién hizo esto?

-…………….

– ¿Puedes hablar?

-……………….

– ¿Eres de esta ciudad?

-…………………

Al no encontrar respuesta, ordeno a uno de sus hombres que lo sacaran de ese lugar.

-Ahhhhh.

-¿?

-Ayu……da…….la

-¿Qué?

-Ayudala – Dijo el niño con una voz temblorosa y rota- sigue viva.

Apunto como pudo a uno de los cuerpos que estaban debajo de la sabana. Todos sabían lo que había pasado antes de que los mataran y el hombre se sacó su capa, envolvió a esa niña con cuidado, y salieron del lugar cerrando la puerta, dejando atrás más de un crimen.

Un poema tiempo después escribió al visitar la ciudad.

De norte a sur, se oía un silencio ensordecedor, acompañado de un hedor inconfundible. Moradas de hombres, nobles, ricos y pobres por igual, en el suelo. Rocas quemadas y partidas por el lugar, sombras oscuras por los alrededores. La reina de todo había pasado por la ciudad, inmisericorde, impiadosa, con su manto hecho de sombras, su paso silencio y lento acompañado por gritos temerosos de millones de espectros del más allá, cobraban 20000 nuevas almas para su ejército de la oscuridad. La dama del vestido oscuro, ciega no distingue ni edad, ni género, solo conoce su trabajo. Muerte.

Del escrito ahí algunas versiones que se extendieron de un lugar a otro cambiando según la localidad, se conoce como el incidente de El rey oscuro de la sangre mágica, su historia era muy reciente, sin embargo, el título de “el rey oscuro” era un título que otro ya lo había ocupado, un ser que tenía a esbirros por miles y miles en medio de la nación de Fertildeath donde era conocido como la tierra del fuego desde que El rey oscuro había tomado ese territorio hace 300 años, el reino no pudo hacer mucho contra él ya que tenía problemas con la monarquía y las leyes (el orden de sucesión inestable) .

El rey oscuro según una leyenda surgió de luego de una explosión volcánica, que su rostro y cuerpo eran iguales a los de un volcán en erupción, con ojos de roca y juego, dientes de roca, su lengua roja y brillante, por sus venas recorría el mismo magma fundido. Cada vez que caminaba dejaba solo roca fundida y manchas de carbón, con un toque de su mano derretía los metales, dentro de sus dominios solo existía eso fuego, calor, azufre y ríos de lava ardiente donde solo sus heraldos podían caminar.

Su palacio era una fortaleza admirable. Lágrimas de lava surgían de la montaña. Nubes oscuras, rojas y naranjas, cubrían el cielo a su paso y su azul había desaparecido por completo. Nacido de un volvían moribundo rodeado de ceniza y lava, donde la felicidad se había convertido en una leyenda de antaño, alzo el rey oscuro, un palacio de horrenda arquitectura. Era un palacio sombrío de oscuras rocas, altos pilares de roca negruzcas y de un hedor más que nauseabundo. Había logrado perforar un volcán actito y convertilo en su palacio, eso quiere decir que era un lugar enorme, su entrada estaba compuesta por dos puentes de roca, sobre un gran rio de lava, seguido de una serie de escaleras negruzcas, posteriormente, una gigantesca puerta de unos 30 metros, donde se podía observar gradado una boca de un dragón que decía encima de ella.

«Los que había venido ante mi boca son admirables adversarios»

Consiguientemente, se creía que The dark King era una mera leyenda, pasaron cien años y su poder era reconocido hasta en otras tierras, su ejército era numeroso y poderosos, por lo que los otros reinos habían puestos ejércitos en sus fronteras con el temor de que el algún día los atacara, cosa que había pasado anteriormente, aunque a una escala menor. Sin embargo, sabían que tenía el poder suficiente para mandar a sus esbirros a ciudades cercanas a las capitales vecinas. Todos se preparaban para una guerra más violenta y complicada que las anteriores.

Batallas se habían librado con ejércitos pequeños al principio. Todo era cuestión de tiempo para ver quien preparaba su primer golpe y mirar como respondía el otro.El territorio del rey oscuro era rodeado por una gigantesca muralla de unos 50 metros de alto, que siempre estaba vigilada por centinelas sobre, delante y detrás de ella.

En su superficie había decenas de arqueros, cañones. Atrás catapultas. Delatante decenas de guardias. Los guardias de la primera línea de defensa, eran seres monstruosos con armaduras opacas que les cubrían casi todo el rostro, a acepción de una pequeña parte que mostraba un espacio vacío donde debería estar su rostro, ellos manejaban espadas. La segunda línea de defensa eran gigantescas formas licántropos- humanoides, cubiertas sus piernas de una gruesa armadura, su pecho y brazos descubiertos, dejando ver su pelaje rojizo o negro, con sus bocas cubiertas por un casco. Armados con gigantescos garrotes, espadas, lanzas y escudos.

La línea superior, pequeñas criaturas veloces, que corrían de un lado a otro, su aspecto verdusco, jorobado, casi sin pelo con algunos bellos amarillentos en su cara y parte de su cuerpo, vestían una armadura que solo les cubría el pecho, se movían como bestias, algunos en dos patas y otros en usaban sus manos y piernas, equipados con dagas y arcos.

La línea trasera, seres con matos sombríos, que parecían flotar como fantasmas en la noche.

Al pasar las murallas y sus centinelas, se presentaba una ciudadela y consiguientemente el palacio del rey oscuro.

Se había logrado recopilar información por parte de espías sumamente sigilosos de otros reinos, el que más lejos había llegado y regreso vivo, tartamudeaba en ocasiones y en otras parecía haber perdido su alma. No obstante, sus dibujos eran los más interesantes, había dibujado cosas sumamente atroces que solo una mente enferma y retorcida podría imaginar. Algunos decían que había perdido el juicio por una larga tortura y que sus dibujos, no eran más que las alucinaciones de un enfermo mental y otros apoyaban lo que miraban en esos extraños dibujos.

En el año 1015 del calendario del dragón. El rey oscuro fue vencido por un mago, un espadachín y un mercenario que se ganó el nuevo título del Rey oscuro. Las tropas del anterior monarca se disiparon bajo tierra, otras desaparecieron sin dejar rastro. Del antiguo soberano no quedo nada, se dice que en el asedio al palacio en el volcán en medio del encuentro el señor de la oscuridad le dejo una marca en la espalda del mercenario que lo proclamaba como su asesino.

El tiempo siguió hasta que el déspota mercenario luego de adquirir su título como El nuevo rey oscuro se le aumento. El rey oscuro de la sangre mágica, por su amplio conocimiento sobre la magia, decenas de otros mercenarios, caballeros, magos, guerreros intentaron hacerle frente, sin embargo, no importaba cuantos lo intentaran, no podían vencerlo sus poderes estaban a otra escala. Lo que sabían de él era, apareció en el año 1010 cuando se dio a conocer, luego de haber masacrado a una ciudad con más de veinte mil personas sin ninguna piedad en una noche y que se paseaba por el reino de Night fire matando por dinero y que tenía bajo control la mal llamada “Ciudad de los ladrones” en esa ciudad fue arrestado y enserado, donde se confirmó que él fue el que asesino al antiguo rey oscuro, tenía una mancha de quemadura en toda su espalda en forma de un ojo de reptil.

Lo que no sabían al capturarlo, era que en realidad estaban haciendo era hacer lo que él quería, al llevarlo con los grandes jueces para determinar su forma de ejecución. Llego el día, fue llevado con cadenas, con la cara toda golpeada y en estado anémico, los que estaban ahí se reían de él o gritando insultos, otro le tiro una piedra. Cuando llego delante de los jueces.

Uno de ellos le hizo una pregunta.

– ¿Cómo te llamas?

-No tengo un nombre y si alguna vez lo tuve, ya no me importa.

Luego antes de que alguien pudiera decir algo, mato a uno de los jueces. De un salto había llegado al balcón donde estaban mirándolo. La gente no podía creerlo, él se dio la vuelta, destruyo las cadenas con facilidad y mato a otros que estaban presentes. Ellos rogaban por piedad, sin embargo, el no tuvo ninguna. Las sonrisas de burla y satisfacción se convirtieron en muecas de horror y miedo.

Paso un año, él se había apoderado de la ciudad, caminaba como si nada por las calles influyendo miedo, los que se le oponían, no sabían con la clase de bestia con la que se enfrentaban. Fue hasta el verano del 1020 cuando la llamada “Encarnación de la diosa” le hizo frente en una batalla que termino en las afueras de la ciudad en un bosque.

La historia lo decía así, que esa noche de luna llena, la diosa, asesino al rey oscuro devolviendo la paz al reino, no obstante. La historia tiende a tener ciertos detalles que solo unos pocos saben. Que en realidad en ese bosque si hubo un asesinato, que la diosa salió convida y que el rey oscuro desaparición, sin embargo, habían ocurrido ciertos eventos que alteraron la leyenda.

Año 1020 un enemigo del norte a atacado a una pequeña ciudad en el reino de Night fire. Antes de que se pudiera dar algún mensaje. Los enemigos habían avanzado rápido y demoledoramente. Un ejército ministerio había hecho acto de presencia. Solo quedando un joven mal herido que intentaba moverse de cuando en cuando.

Al desmayarse por la falta de sangre y energías. Su cuerpo solo esperaba a que algún animal llegara y acabara con todo, sin tener que pasar largos días, muriendo de hambre o teniendo miedo de que los que atacaron su grupo pasaran por ahí. No tenía nada por que vivir o nada para seguir caminando, hasta ese momento llegaban sus ganas de vivir.

Destino ¿ qué es destino? O ¿qué creen las personas que representa el destino?, el destino es acaso ¿la dicha?, ¿la desdicha? O solamente una mera palabra sin significado que es interpretado de diferente te forma según la persona que la pronuncie. Como, por ejemplo, al suceder alguna tragedia de la vida esperamos una respuesta en el cielo, esperando un consuelo o algo que nos llene de fe y ¿qué pasa con los que no miran al cielo?, nada, eso sucede. Los engranajes del destino siguen su rumbo.

El destino o sus engranajes continuaban en su marcha. Aunque en lo personal, prefiero la palabra “casualidad”, suena muy común, no es lo suficientemente profunda como para dar esperanza, sin embargo, es lo suficientemente esplendida como para no perderla. La casualidad solo pasa por que sí, no existe mayor respuesta o telaraña mística.

Parte 3.

Una sombra, no, son muchas sombras, caminan como humanos sin serlo, hablan como ellos sin tener boca, nos miran sin tener ojos ¿qué son?

Un camino distinto, el comienzo de una nueva etapa. Una oscura tarde de verano, un cielo nublado, ramas de árboles a la vista, no muy cómodo lugar donde dormir, una gota de agua despertando de ya por si un sueño nada agradable, para volver a recaer en una pesadilla que muchos le llamaban vida. -Camino empedrado con algunos baches notables, no podía ser más que el camino real que te lleva a la ciudad de Capital, pero la ciudad mas cercana es Terra, la ciudad era conocido por el reino de la fertilidad como el lugar donde se adoraba al dios de la tierra dado el nombre de la misma ciudad y del dios eran el mismo, ya que alrededor de esa ciudad no crecía nada, solo bancos de arena.

El camino real, creado hace más de 100 años por uno de los reyes que duro un año en el poder, creo una vía más rápida que unía las seis principales ciudades del reino de Fertildeath, era un camino rodeado de árboles enormes con abundante vegetación, donde nadie podía crear ninguna edificación, un camino realmente ancho de 20 metros y kilómetros y kilómetros de largo, era la ruta más utilizada, sin embargo, la más costoso de cruzar para la plebe, que tenía que optar por caminos secundarios más peligrosos y desérticos, por sus numerosos bandidos o las repentinas tormentas de arena. ¿Cómo se construyó el camino real?, con magia en la vegetación, que consumía el triple de lo que suelo y su alrededor podía darle, si esa es la razón de la creación de los bancos de arena.

El joven al despertar, mira a una chica de cabello corto, no podía distinguir muy bien qué tipo de atuendo vestía, un manto de color morada cubría su cuerpo, se dio cuenta de que estaba dentro de una careta con un montón de cosas o chucherías que no le importaban a un lado de él estaba otra chica, con un cabello largo que le cubría parte del rostro, sin embargo, podía ver que una pequeña marca salía de su mejilla izquierda.

-Te podría solicitar que dejes de mirar a mi hermana- dijo ella de una manera cortes con un tono arrogante y descortés.

-No tenía ninguna intención de mirarla, solo desperté y la vi.

-A, entonces te pido que no me mires con tus ojos de asesino en serie. Aun si eres un caballero, no dudare en cortarte la garganta si le pones una mano a mi hermana o a mi , espero que mi explicación haya sido clara para usted, señor.

-No sé de lo que hablas, no me interesan un par de niñas como ustedes.

Ella ligeramente molesta se dio la vuelta, revelando una mirada llena de severidad y hostilidad.

-Me temo que no logro comprender su idioma vulgar señor, no obstante, me ha dado la impresión de que me acaba de deshonrar a mí y a mi hermana. Aun cuando no podía esperar una manzana de un huerto de papas.

– ¡Oye!, no te dicho nada malo para que me digas huerto de papas.

-Si tiene toda la razón señor, me disculpo con el huerto de papas, por insinuar que usted estaba a su nivel, por lo menos las papas son deliciosas, comestibles y dan un gran agregado a la comida, por otro lado, me temo que usted aspira a demasiado si las comparo a usted con ellas. Claro está, sin el más mínimo sentido de ofenderlo a usted y mucho menos a las papas.

La expresión de severidad y sarcasmo en sus palabras reflejaban todo lo contrario de lo intentaba decir.

-¡Maltita mocosa!

– Si, me temo que estaba en lo correcto. No tiene la suficiente clase como para estar con una dama, así que deduzco que por la tosquedad de sus palabras y la forma en la que ha elegido su vestimenta de tan mal gusto, puedo jurar por mi vida que hasta he observado a granjeros que tienen mejor gusto y mayor comportamiento social. Mis expectativas al hablar con usted eran lastimosamente altas, ahora no se si comprarlo con un gusano, aunque si me pongo a analizarlo detenidamente, los gusanos sirven para dar compostaje a la tierra, o debería comportarlo con una roca, no hasta las rocas pueden servir como sillas, mesas o para detener una puerta rota.

La chica que estaba acostada a un lado no puede aguantar la risa, así que estalla en risa.

-María- dijo riéndose e intentando calmarse – deja de ser mala con el señor. No dijo algo tan malo como para que lo discrimines de esa manera.

-…………

Ella solo se calló y volteo la mirada al camino dirigiendo la careta.

-Lo lamento señor, mi hermana suele ser algo hostil con las personas extrañas y más si tienen una cara como la suya.

El hombre no sabía cómo reaccionar, ella auténticamente parecía que no quería ofenderlo, sin embargo, sus palabras habían sido más directas que la otra.

Al decidir no ponerles atención, miro a su alrededor, no había mucho que ver, arboles de un lado a otro, a lo lejos una colina, del camino real existían algunos secundarios más estrechos para que se pudiese diferencia del principal. Descendían por una colina, sin decirse nada, cada uno mirada a un lado de la careta.

– ! ¿Por cierto, señor a dónde vas?¡- dijo rompiendo el silencio la chica de pelo largo- Nosotras vamos a Terra, fuimos a la ciudad de alado para conseguir unas encomiendas de nuestro amo.

-No lo recuerdo del todo.

-Ahh- dijo a forma de suspiro la chica de pelo corto- Me parece demasiado conveniente, no rectifico, diría sospecho. ¿No será usted señor ,algún tipo de ladrón? Me parece un poco extraño que con sus heridas y el lugar donde lo encontramos siga vivo, aun si mi hermana trato sus heridas, debería estar muerto.

– ¿No te caigo bien verdad?

-No sé en qué basa sus fundamentos para hacer esa pregunta, si me he dirigido a usted con la máxima educación que usted se merece.

-Ya basta María.

-Como digas Mery.

-Bueno, señor volviendo al asunto. ¿No recuerda hacia donde se iba? ¿ qué es lo que recuerda?

-No, sabría decirlo con certeza- dijo mientras miraba al cielo, en una de las tantas extrañas formas de las nubes, puso distinguir una con la forma de una espada- es verdad, soy un soldado del imperio, mi batallón estamos recorriendo la zona cercana de las montañas de las sombras.

– ¡Lo sabía!, sabía que eres un soldado o caballero, por eso llevabas la armadura y la espada ¿qué hacían en las montañas oscuronas?

-No lo recuerdo, pero creo que ya no hay nadie en ese lugar. Lo más posibles es que alguien nos atacó por el camino.

-Y seguramente en el batallón, solo hubo una baja –dijo María, mientras miraba de reojo al joven.

Su camino continuaba, aun cuando el camino era más concurrido, podían ver unas cuantas caretas que venían desde el otro lado, un par de curiosos los miraba. En la otra careta se notaba que llevaban espadas, se podía ver el mango saliendo de entre las cosas que llevaban. Las nubes se alejaban, revelando el sol de la tarde, las sombras de los altos árboles se inclinaban, haciendo una reverencia a los viajeros que pasaban por el camino real.

El hombre, se hecho en la careta a descansar, podía sentir que sus heridas habían sido tratadas, no obstante, no sabía cómo decirlo, sin que la hermana de cabello corto dijera algún comentario acerca de él. Paso un rato mientras el miraba el cielo, las hermanas parecían estar hablando de algo, no obstante, él no quería tener ningún problema, así que las ignoro.

Noto que el camino de repente se volvía más violento, al incorporarse, miro que el bosque y la posición del sol habían cambiado. -Es un camino secundario al camino real.

-Sí queremos llevar antes de que oscurezca es más rápido ir por aquí.

-Sin mencionar que nuestro capital ha decaído drásticamente en el último día, por haber realizado algunas compras que no estaban del todo planeadas- comentaba María- Sin olvidar que el costo de las cosas a aumentado drásticamente y el costo de las cosas baria entre ser bajo o ser muy alto, la economía sí que ha recibido un duro golpe, por la inutilidad de nuestros monarcas.

– ¡Basta María! – decía en voz baja Mery, mientras observaba al joven que les acompañaba.

-No te preocupes, no me importa lo que digan de los monarcas -decía el joven con una leve sonrisa- a decir verdad, me uní al ejercito sin tener muchas opciones, no tenía familia o amigos a los cuales recurrir. Este país es un desastre, cabíamos de rey cada vez que la gente quiere, nos la pasamos peleando entre nosotros y haciendo lo posible para vivir.

– ¿Con que usted también? – lo miro Mery – Vaya el mundo es más cruel con los que ya sido cruel. Mi nombre es Mery Gamobin- lo decía con una sonrisa, mientras estiraba la mano- ¿me podría decir el suyo?

-Me llamo Farith Megular – respondía el joven con algo de cansancio y pesar en sus palabras, se recostó un momento, miro una espada entre las cosas de las hermanas, pensó en que seguramente era para protección, dentro de sí, creía que ninguna de las dos tenía la apariencia de una guerrera, sin embargo, tenía sus dudas. Aun si no parecieran fuertes, podrían ser rápidas y más avilés de lo que creía, tenía que actuar con cuidado, ya que eran unas desconocidas y no sabía si había alguna cosa de la que no le hubiesen dicho.

Llego la noche azul fuerte y fría. Farith y Mery hablaban de cosas como la caiga del antiguo rey y de cómo se alzaban nuevos grupos y estandartes que planeaban un nuevo cambio de monarca. En la actualidad del reino Fertildeath contaba con cinco facciones opositoras a la monarquía actual y querían poner a sus propios candidatos en el prono que ya de por si era discordante e impreciso.

En el camino real que conectaba las 6 principales ciudades de Fertildeath había una facción que dominaba ese territorio desde las sombras, todos en el conocimiento de la gente. Tres de los seis grupos existían desde hace 100 años, en los cuales se habían dado el lujo de crear castillos cada vez más notables. Algunos de ellos habían logrado antes una victoria sobre el trono, sin embargo, la suerte, junto al destino son traicioneros, hecho que al más minio descuido fuese retirados del poder y que tuvieran que comenzar de nuevo.

la monarquía actual no tenía apoyo de ninguna de las demás cinco facciones, lo cual los tenía en una mayor cólera. Ya que consideraban un insulto a su esfuerzo, que alguien que no había participado en las demás batallas del reino hubiera ascendido porque si, esperaban con paciencia el siguiente movimiento del otro para luego el, dar un golpe más eficaz y certero, sabían que la próxima batalla por el trono de Fertildeath posiblemente seria la pelea final y que los perdedores tendrían que obedecer sin remedio al ganador, aunque, esto solo pasaría si uno de ellos cinco lograba la victoria.

al oscurecer más, miraron desde lejos las murallas de Terra tan grandes como montañas se alzaban imponentes, dando la bienvenida a los viajeros, por encima de la muralla se podía ver a algunas soldadas patrullando con lámparas en sus manos, veían como las personas entraban apresuradas por la enorme puerta de Terra. Las hermanas y Farith cruzaron el camino secundario al principal. María que solo había volteado dos veces hacia atrás, cerca de la puerta le entro un tic nervioso por mirar atrás cada vez que se acercaban más. Entraron en una larga fila, luego de una media hora llego su turno de cruzar. Un hombre de estatura notable se puso delante de ellos, tenía una armadura negruzca en su pecho estaba el símbolo de la ciudad y por lo tanto de la facción que los dominaba, un dragón calaberico que rugía.

Él les pidió su pase de viajero o su identificación de residentes. Mery se puso alado de María y dijo con toda la calma del mundo- Venimos desde las montañas de las sombras, trayendo un soldado del imperio que viene a hablar con el amo de estas tierras, el cual es tu señor y el nuestro, ambos sabemos que mi hermana y yo trabajamos para el gobernante de Terra y el dudar de nosotras es como dudar de él.

El soldado retrocedió un poco y empezó a murmurar con sus subordinados, luego de un rato de espera regreso muy molesto ordenando ver alguna prueba de que Farith era un hombre que servía al ejercito real. María molesta por esta petición le hecho una mirada de enfada y molestia al soldado- ¿te atreves a dudar de las palabras de mi hermana? ¿acaso tenemos que traer a nuestro señor aquí para que hable directamente contigo? – dijo con gran fuerza y severidad. El hombre estaba tentado a sacar su espada, pero siguió mirándolas y decidió solo ignorarlas y dejarlas pasar sin más, sin antes decirles de mala manera su presencia.

En la ciudad todo parecía normal, niños correteando de aquí allá, algunas personas cerrando sus negocios, las personas caminando de un lugar a otro, lo más notable, era la gran presencia de ancianos, abundaban más personas de la tercera edad que los propios jóvenes. Se podía ver a uno que otro mendigo tirado en una parte de la calle extendiendo la mano calaverita en busca de dinero o alimento, otros parecían dormitar sin más

María y Mery parecían haberse olvidado de Farith que estaba sentado en la parte de atrás de la careta, a su alrededor podía ver casas y otros edificios como iglesias, tabernas bancos y etc. Subiendo por una colina, dejando a un lado el camino real, avanzaron más y más al ritmo que avanzaban parecía que las casas mejoraban un poco más. Al principio solo eran unas cuantas flores a las afueras de las casas, luego jardines colgantes, las casas eran más grandes y más bellas, hasta que llegaron al final del camino, donde se alzaba la mansión más imponente de todas.Una fortaleza semejante a un castillo, que estaba rodeada de guardias de un amplio jardín, la mansión tenia toques renacentistas, sin embargo, dominaba en su mayoría un estilo grecorromano, lo cual era notable en los pilares de la entrada, y los detalles de las numerosas ventanas.

Un grupo de sirvientes estaban esperando en la puerta. Al acercarse las hermanas volearon y miraron a Farith un tanto pensativas. Al acercarse un mayordomo a María y Mery ellas bajaron de la careta y entraron a la mansión a toda prisa. El mayordomo que les había hablado antes, se acercó a Farith y le dijo con una voz cortes que lo siguiera, que su amo le estaba esperando.

Naturalmente él estaba desconcertado por lo que dijo el mayordomo ¿ que alguien me espera? Y que explícitamente le esperaba a él, hacía del asunto aún más confuso, el intentaba excavar en sus memorias del por qué él había dicho eso. De lo único que conocía al dueño de la mansión era de una serie de historias que recorrían las lenguas de los viajeros y sus compañeros en la capital del reino. Él sabía que el señor que administraba la ciudad de Terra era un hombre peligroso, muy inteligente y de palabras muy peligrosos, por lo cual se había ganado lengua de serpiente (Que combinaba a la perfección con el símbolo de la ciudad y del pequeño ejército que administraba).

Al no tener más opciones bajo de la careta y lo siguió, los otros sirvientes se dispersaron ordenadamente por diferentes partes de la entrada. La vestimenta de las sirvientas era en su totalidad abrigado, era un largo vestido donde predominaba el color blanco con ligeros arreglos azules hasta sus zapatos, sus mangas solo dejaban ver sus manos y en su cabeza solo su rostro era apreciable, su cabello era oculto por el resto de su ropa, en cuanto a los hombres era un traje, aunque elegante, era discordante en algo que Farith – elegante, pero simple- según sus propias palabras.

Al entrar, noto que las cerraduras tenían forma de bocas de dragón. Una luz inicio el enorme pasillo. Al seguir avanzando, llegaron a una sala donde colgaba un enorme candelabro, si se lo miraba desde una posición exacta, era como si estuviera un enorme monstruo mostrando sus dientes. La gente parecía haber desaparecido a medida que avanzaban.

Al subir unas escaleras y mirar algunas pinturas de montañas y bosques, donde un dragón volaba cerca, sabia de su peculiar gusto por ese tipo de criaturas. Al seguir, el mayordomo abrió otra puerta. Donde había un rimero de ropa bien organizada, era ropa de mayordomos y sirvientas–Sea bienvenido señor – decía Mery vestida de sirvienta, sin embargo, ella al igual que antes tenía el lado derecho cubierto con su cabello. El otro sirviente se inclinó y salió del cuarto dejándolos a ellos dos solos.

-¡Oye! Que ¿de qué diablos trata todo esto? – decía a medida que el dolor en su cuerpo regresaba, en su mente recordaba de a poco lo que había pasado de lo que los había atacado en la mañana de las decenas de muertos que dejo a su paso cerca de las montañas del silencio y como había quedado solo tras la batalla de como 1000 hombres habían sido vencidos.

Mery lo observo con una mirada más seria.

-No te encontramos por pura casualidad, en realidad tu eres una pieza fundamental para los deseos de mi amo. Para serte sincera dudamos mucho encontrar a un solo sobreviviente, antes de que algunos curiosos te encontrasen ¿qué fue lo que viste?, ¿cómo escapaste?, aun que esas preguntas no debo hacerlos yo. Te pido que te quites la ropa, lo que hice para tratar tu herida no funcionara mucho tiempo más.

Ella se acercó a él, mientras él estaba rememorando en su mente, el fuego, los gritos, la asquerosa neblina provocada por la ceniza y el nauseabundo olor a hierro y sangre. Era tal su concentración, que apenas sintió cuando ella curaba sus heridas con unas extrañas hiervas, que al contacto con la piel dejaban un gran dolor, semejante a la picazón de decenas de abejas.

Al regresar en sí, su abdomen tenía una enorme sensación a ardor, cuando por instinto llevo su mano a ahí, tenía puesta otra ropa y sentía los vendajes cubriendo su herida.

-Tienes otras heridas menores- comento Mery, mientras le ponía los pantalones y zapatos nuevos a un lado y ella se daba la vuelta- pero, mis funciones solo llegan hasta salvar o extender tu vida, mas allá de esa línea no estoy dispuesta a hacer mucho más por ti.

Su cabeza aun hecha un lio, obedeció, se equito lo último de la negruzca y pesada armadura de sus piernas, sentía un enorme alivio al hacerlo. Se puso los pantalones y zapatos, mientras Mery ya se había dado vuelta, solo lo observa sin decir nada. –Muy bien, sígame, lo llevare con el señor de la casa- indicaba, mientras recorría hacia otro pasillo, siguió sin mirar atrás. Al llegar a una puerta más grande, suspiro, abrió la puerta de par en par, hizo una reverencia con su vestido.

-Lamento mi demora amo, le hemos traído como pidió usted a uno de los soldados supervivientes del imperio.

Él sabía que estaba ante alguien importante, así que también se inclinó levemente antes de ver el rostro de la persona que lo esperaba. Al levantar su rostro para verlo frente a frente, observo los ojos verdes de María, ella lo miraba de una manera que señalaba desaprobación, ella estaba de pie a un lado de un hombre que estaba sentado al final de una larga mesa sosteniendo una copa de cristal en una mano y apoyado el mentón en la otra. Era la viva imagen de la arrogancia, con una sonrisa que exponía preponderancia, un rostro bien afeitado, con cabellera corta con una ropa de colores muy interesantes con la intención de ser el centro de atención.

-Mi intención al traelo a usted, mi querido caballero, se debe a que usted fue presente en primera fila, de algo que me llama demasiado la atención. Lamento si le sueno muy directo, sin embargo, he estado esperando muchas cosas todo el día y eso ha provocado mi enorme impaciencia.

Su voz intentaba buscar un tono formal, mientras parecía intentar controlar algo en su lenguaje.

Mery le movió una silla para que se sentara frente a frente.

Me agrada lo que dice usted- expuso con un tono nervioso- Mi intención era de todos modos morir hoy, así que, si me mata luego de hacer lo que tenía planeado, no importara mucho. Pero es urgente que le diga esto a la capital. El ejercito del rey oscuro se mueve de nuevo, eran decenas de trasgos que se ocultaban en las montañas oscuras.

– ¿Cuantos eran? – pregunto el dueño de la mansión con algo de hastío en sus palabras.

– No lo sé, nos atacaron desde las montañas, bosques. Nos rodearon de repente. Los más pequeños eran rápidos, tenían cuchillas que en casos normales no romperían las armaduras, pero ellos atacaban a las partes donde se movía la armadura, donde no estaba protegida.

-Mmmmmm…………Trasgos. Son criaturas realmente molestas, hace una semana un grupo de mis hombres me contó que había escuchado de parte de algunos campesinos que vieron a una cosa parecida a un árbol cubierta de musgo que se movía cerca del camino real que pasa a un lado de las montañas oscuras. ¿el cómo sobreviviste es un misterio no te parece?

-Logre sobrevivir luego de que creyeron que estaba muerto, se marcharon de repente a las montañas. Los soldados y yo estábamos en busca de ……….

– ¿Jörmundgander, la serpiente gigante? – expresó mientras su mirada parecía más y más perdida- Yo también me entere de eso hace unas semanas, pero al igual que muchas cosas más, al final, solo es un mito. Al igual que yo, una vez mire algo en el horizonte, no sabía lo que era, sin embargo, quería tenerlo.

Dejo caer la copa al piso, mientras bajaba más la cabeza, luego de un momento María lo ayudo a ponerse de pie, ambos se marcharon por otra puerta. El señor de las tierras, había estado bebiendo desde la tarde, al enterarse por otros medios de que los trasgos estaban cerca. Mery se disculpó con Farith, ninguna de las dos sabía que estaba ebrio. Luego Mery escolto a Farith a la cocina, donde ceno con los demás sirvientes, no hablo con ninguno, la comida era decente o mejor de lo que creía.

Mery le dijo que lo mejor era que se quedara esa noche a descansar en una de las habitaciones de los sirvientes, según creía en la mañana comenzarían los reales problemas cuando el señor de la casa despertara. Los sirvientes sabían que una batalla estaba cerca, pero no sabían en contra de quien seria. El resto de la noche fue algo lenta, dentro del sabía que no era buena idea quedarse, no obstante irse tampoco era un buen plan.

Así que solo durmió, hizo lo mismo que había hecho desde hace 10 años, dormir y esperar la muerte.

El manto de la noche había comenzado. Una estrella se había ocultado en el horizonte desconocido, fuerzas del más allá comenzaban sus canticos de las tinieblas, mientras los susurros de bestias del infierno se movían entre los arboles de las montañas. Un viento recorría la nación en espera de una nueva guerra.

En la capital Lourier donde estaba el actual monarca de la nación. Ella a su corta edad era totalmente consiente de que una nueva guerra civil comenzaría.

La última guerra por el trono, tardo más de tres años en establecer a un rey adecuado para que lograse controlar la situación en contra de sus numerosos opositores que existían en esa época. De esa guerra hace 20 años, donde los dueños de las diferentes tierras no lograban decidirse de qué lado ponerse o como crear una estrategia para ver sus sueños cumplidos. A lo largo de los cien años hubo alianzas, traiciones, matrimonios por conveniencia que resultaban poco favorables. De una de esas tantas bodas fallidas apareció la actual reina de la que no saben mucho, ya que ella era descendiente del señor de lo que actualmente se conoce como la ciudad maldita.

La ciudad maldita, antes conocida como la ciudad de Rose, era un lugar gobernado por la familia Rudbeck desde hace 150 años, era una ciudad reconocida por sus hermosas flores y una flor muy peculiar que se abría cada 15 años mostrando un matiz dorado y plateado. Sin embargo, la ciudad estaba en esos momentos abandonada, luego de que el rey oscuro de la sangre mágica masacro a todos en la ciudad, incluyendo a los señores que la administraban, los cuales también querían la posición del trono para ellos.

El emblema de la familia Rudbeck era la misma flor que crecía exclusivamente en ese lugar, ellos creían que esa flor era una señal de que ellos por decreto divino eran los que debían gobernar. Sin embargo, al parecer los dioses le concedieron el trono, de una manera que ellos nunca se lo esperaron. La sexta hija de 8 hermanos se alzaría como reina 5 años más tarde de la aniquilación de su ciudad, la sexta hija al asumir el poder, desconoció totalmente a su padre y al resto de su familia, negándose a poner el estandarte de su familia a un lado del de el emblema de la nación alegando que-Una rosa muerta no puede gobernar un pias, pero una rosa con espinas puede herir a un dragón aun si no tiene petalos-

La vida le dio el lugar que muchos se peleaban por tener, luego de que ella hubiera escapado de su casa después de tener un altercado con su padre y hermano mayor. Se la paso vagabundeando en otra ciudad y cuando ella se enteró de que la ciudad había sido destruida fue a mirar con sus propios ojos lo que contaba la historia. Al llegar una semana más tarde miro como la fortaleza que había construido su tatarabuelo había sido destruida por completo, reconoció de entre los escombros las ropas de sus padres y hermanos, mirándolos con desprecio al igual que ya habían hecho otros, empezó a saquear, sin embargo, solo se llevó lo que podía cargar en sus bolsillos. Sin darse cuenta de cómo había llegado un viejo anillo a sus manos siguió vagando en una ciudad cercana robando y evitando ser transgredida por diferentes hombres.

El título de la corona real comenzó su conflicto en el año 565 del calendario de la tormenta o como le llamaban Ice Light la caída de los dioses y Fertildeath lo denominaba como el lamento de los demonios. En el año 565 cuando las tres naciones eran una y no eran ni la quinta parte de lo que sería dentro de unas décadas, existió un rey que gobernaba con gran autoridad y puño de hierro que ascendió al trono luego de unos años, el rey tubo un sueño profético que un futuro desconocido su tercer vástago seria quien cambiaría el mundo como lo conocen.

No obstante, el rey en esa época aún no estaba siquiera casado, su reino aun cuando era próspero y veía un gran futuro por delante. Tenía 21 años cuando comenzó su campaña de conquista a través de los otros reinos que lo rodeaban, su nombre fue Jerome Soleil de Glacet, quien, con ayuda de su ejército, inteligencia y perspicacia, logro la conquista de otros 3 reinos en 25 años. Ya para el año 590 se había consagrado como alguien invencible, algunos atribuyen su éxito al equipamiento de su ejército, no obstante, otros lo imputaron a su clarividencia, en ocasiones el rey veía o escuchaba cosas en medio del campo de batalla o cuando simplemente dormía, aunque los demás decían que su conquista de los demás reinos se debía a las criaturas de hielo que le había regalado un grupo de brujas en su niñez de las cuales jamás volvió a ver ningún rastro.

Cuando era un niño el rey tubo un presentimiento de que debía ir a un bosque lejano, cruzo ríos, lagos, subió cordilleras, cruzo valles, escalo una montaña donde jamás había estado nadie o eso creía en ese momento, luego de subir por la nublosa montaña cruzo una cueva, hasta llegar a un nido, donde miro a un grupo de brujas a un lado de lo que parecía ser un estanque, cuando las brujas miraron al niño se rieron y se desvanecieron como la neblina. Cuando el niño se acercó, el estanque estaba vacío, pero había 6 rocas que parecían huevos.

Dos de ellas eran parecidas a la aguamarina, las otras dos eran de color succino, la quinta tenia aspecto y coloración semejante a la aventurina y el sexto un color oscuro morado, era la más bella de las 6 era una piedra amatista, todos tenía una gran firmeza. Aun cuando todas eran piedras preciosas, el niño jamás tuvo la intención de romperlos o llevárselos de la cueva, pasaron los meses hasta que uno se movió, el niño lo vio luego de que había bajado para buscar alimento, al regresar miro a una criatura saliendo de la piedra aventurina, no sabía si lo que salía era una pata o un cuerno, el huevo se movió y la extraña criatura salió.

Era una cosa difícil de describir, tenía cuatro patas, tres cuernos en su frente, era de piel rosada y con algunas partes de su huevo en su espalda. El niño lo miro asombrado y comprobó su teoría de que en efecto no eran piedras, en realidad su naturaleza eran las de huevos. Se acercó a la criatura que tenía el rostro rugoso y entrecerrados los ojos, se acercó y al tocarlo tubo una visión o una sensación de que debía llevarlo a un lugar donde hubiera agua, con un trozo de su ropa lo ato con cautela a su espalda y bajo con cuidado la gran montaña, las semanas lo había hecho un experto y había memorizado la mejor forma de subir y bajar. Luego de horas había logrado bajar, corrió con la criatura en brazos hasta un rio, lo acerco con cuidado, mientras temblaba de miedo, porque creía que le caería en cualquier momento, el animal bebió el agua con gran paciencia hay se percató de que lo que tenía en la espalda no eran resto del cascaron, sino era su propia espalda.

Más tarde ambos regresaron a la cueva, el chico estaba exhausto, no sabía si podría cuidarlos bien. Encendió una fogata con los restos de madera que había subido los anteriores días, miro a la criatura y entre pensamientos decidió darle un nombre- Etienne el primero de una corona-

Pasaron los días y la criatura había desarrollado pequeños dientes con las que trituraba hojas y se hacía un poco más grande, al principio no era más grande que un gato, ahora parecía un perro. Luego de una semana se abrió el segundo huevo de aguamarina e hizo lo mismo que con el primero, no obstante, el primero había tenido tanto cariño con su amo que intento seguirlo, casi cayendo por la montaña. Así que tuvo que ingeniárselas para llevarse a ambos en su espalda, era difícil bajar con ambos en la espalda por su peso y además las telas posiblemente no aguantarían hasta abajo .

Lograron llegar, sin embargo, la tela decayó en el último segundo. Los tres caminaron hasta el rio, la segunda criatura fue la más singular de las dos, demostrando que ya podía correr corta distancias, lo nombro Mélissandre.

Pasaron los días y antes de que un tercer cascaron se rompiera el joven príncipe decidió que lo mejor sería hacer otra cueva un poco más abajo, tomo los cascarones rotos y noto que eran tan duros como las piedras. Pasaron semanas hasta que hubo un indicio de que otro huevo se rompiera, pero una noche antes de que se abriera el niño tubo una visión de que debía recoger pescado, se levantó temprano y se fue al rio a pescar, el rio no era muy profundo, apenas llegando a las rodillas al niño. Etienne y Stéphane lo acompañaron los tres estaban jugueteando en el agua, mientras recogían el pescado, al regresar los huevos se estaban rompiendo, los tres se acercaron y observaron que en esta ocasión eran los dos huevos de succino los que se fragmentaban dejaron el pescado a un lado de ellos.

Dos soles se rompieron desde su interior, un sonido igual que un trueno lento se escuchó, dos estrellas gemelas salieron de su prisión, ambas con miradas pensativas, piel escamosa brillante como la miel recién recogida, semejantes a lobos delgados con gran apetito por viajeros del agua, ojos iguales a las hojas secas del otoño.

A uno le puso Colette y Edmond.

Stéphane era el que más rápido había crecido llegando a medir la mitad del niño, las pequeñas piedras que tenía en su espalda se había convertido en aerolitos puntiagudas de 5 centímetros de altura de su característico color aguamarina, en cuanto a Etienne en sus patas habían crecido pequeños pedruscos de aguamarina.

Los cinco vivían tranquilamente esperando a que el resto de huevos se abrieran.

El niño se dio cuenta de que ya habían pasado años y de que debía volver a casa, sería difícil, luego de algunos ensayos y errores logro con la ayuda de muchas ramas hacer una soga y amarar los huevos a la espalda de Stéphane y partir de regreso. Pasaron más semanas subiendo colinas, rodeando montañas, cruzando bosques, valles, ríos y lagunas. En el año -65 antes del inicio del nuevo calendario el joven príncipe llego a un nuevo pueblo donde antaño estaba una pradera.

Los pueblerinos tuvieron pánico de las criaturas que acompañaban al joven, se escondieron y pudieron avanzar, cuando se alejaban del pueblo una lluvia de flechas callo sobre ellos, no obstante, Stéphane cubrió al príncipe, las flechas se rompieron al entrar en contacto con su espalda. Por otra parte, Colette y Edmond corrieron en dirección de dónde venían las flechas, atacaron sin ninguna reserva. El infante quedo estupefacto, los pequeños que él había criado y cuidado había matado a personas de una manera atroz. Al retorno de Colette y Edmond manchados de sangre sus patas y hocicos, no supo reaccionar, luego pensó que ellos lo único que querían hacer era protegerlo.

Para que esto no volviese a ocurrir pasaban por bosques rodeando los caminos, pueblos, billas y ciudades. Al por fin llegar a la capital, lo había hecho en un momento crucial. Una tropa estaba matando, quemando y violando a las personas de la capital.

Orgullosas murallas impenetrables yacían en el suelo, miles de susurros exclamando misericordia y muerte. Polvo, paja y roca eran arrastrados por el viento, polvo de lo que en mejores tiempos eran residencias del vulgo, una danza acompañaba los coros de lamentos, un baile de fuego. La ciudad de Wilfried había caído en manos de los barbaros del norte.

Al chico al mirar lo sucedido sin importarle fue a toda prisa al castillo, Etienne y Stéphane molían los cuerpos yacidos en el suelo como si fueran simples plumas, apartaban piedras, casas y personas, nada podía frenar su avance, en la mitad de la plaza estaban poste de madera. El olor era nauseabundo miro un letrero encima de uno de ellos que decía- El antiguo rey ha caído.

Al llegar al castillo decenas de soldados enemigos rodeaban la fortaleza, no obstante, no fueron rivales para el grupo del príncipe, que de un golpe tiro la enrome puerta, la misma que se necesitaban de 6 hombres para abrirla. Entro al castillo subió las enormes escaleras de piedra hasta la sala del trono, tiro la subsiguiente puerta y a los guardias que la custodiaban. Al entrar miro a un hombre con un grupo de mujeres encadenas y maltratadas, antes de visualizar bien la escena, con una señal de manos les ordeno a Colette y Edmond que lo despedazaran.

Antes de que el profanador pudiera siquiera tomar un arma, ellos ya estaban desgarrando sus extremidades como lobos hambrientos. Gritos de desesperación eran callados por el sonido de huesos quebrándose, órganos y venas explotando. Al acercarse el joven montando en Etienne mira algo que hace que entre en llanto, a un lado de los despojos de piel del usurpador estaba la cabeza reducida de su padre.

Una de las mujeres se acercó para agradecerle con mucho miedo. No obstante, su miedo le hizo retroceder.

Los demás guardias irrumpieron en medio del minuto de confusión del chico. Stéphane se ponía delante como defensa mientras Colette y Edmond atacaban a cualquiera que entrar en la sala del trono, paso una hora hasta que el pequeño regreso en sí. Tomo aire y les dijo a las mujeres- Ya son libres- luego se marchó montado en Etienne a la plaza del pueblo.

Toma aire y grita.

-Soy Jerome Soleil de Glacet, hijo del rey muerto. Soy el que acaba de asesinar al invasor de nuestra joven y demacrada nación- algunos con miedo se acercaron a escuchar. Sin embargo, otros dudaron, decían que el segundo hijo había desaparecido hace años y al mirar a un chico harapiento y sucio no lo creyeron. Algunos lo cuestionaban, a lo que el pequeño pidió un cubo de agua, al traer y limpiar su rostro miraron asombrados su rostro que era igual a uno de sus hermanos fallecidos.

Le tomo 6 años recuperar en totalidad la nación que perdió. La gente lo llamaba el jinete de roca o el caballero real. Comenzó con un modesto ejercito de 500 soldados y sus amigos, a los 21 años ya tenía un ejército de 10000 hombres en los que estaban soldados de otras naciones que había traicionado a sus países para servirle al domador de bestias divinas.

La quinta bestia fue despertada un día después de que el rey tuviese la visión de su descendencia. No obstante, el sexto jamás miro la luz del día.

Don montañas de hielo, ferrosos y leales como ningún hombre, caminaban hacia la guerra, reconociendo solo a un ser como su amo y señor. Con espaldas mas afiladas y letales que lanzas, cuernos que partían rocas como la espada más fuerte del mundo, criaturas nobles.

Una quinta estrella caminaba por la tierra como bestia cualquiera, ojos de esmeraldas. Al nacer de su boca emanaba brisas cálidas de invierno, al madurar como sus hermanos escupía vientos de gemas molidas que acaban con ejércitos y que talaban arboles con su enorme rabia.

El sexto huevo se perdió poco antes de que el rey muriera. En su lecho de muerte le otorgo a su tercer hijo las cinco bestias que él había cuidado y ellas a él. Su reino se extendió más allá de las montañas en las que encontró a sus amigos en huevos. Su reino se limitaba a las tierras de la nada al este, el más al oeste y al sur, y las tierras de hielo mucho más al norte.

Luego de la muerte del rey, inicio el año 1 luego de que los otros dos hermanos celosos del tercero, lo engañaron para dividir su ejército con la excusa de que se habían visto enemigos al otro lado del océano y que para proteger su reino era necesario construir fortalezas y preparar cualquier protección en contra de los hostiles, años más tarde en un territorio virgen alado del mar se construyó las torres de fuego. Un castillo compuesto por cuatro torres de vigilancia que observan a los cuatro puntos cardinales, cuando los enemigos llegasen campanas y fuegos artificiales resplandecerían en el cielo.

4 demonios centinelas eran alzados a un lado del mar, con voces de miles, decenas de ojos y bocas que escupían fuego y hierro. Miraban al infinito horizonte el espacio entre el cielo y el mar, aun lado de sus hijas más pequeñas, atadas a una tierra nueva. Los 4 centinelas dormitaban con la brisa del mar y la luz de la luna que bañaba su piel roja escarlata.

Al norte más cercano se llevó la mitad del ejercito con sus familias con el pretexto de brindar un ataque sorpresivo y de brindar un mayor apoyo desde las montañas del norte.

Pasaron los años, mientras los dos hermanos repasaban una forma eficaz de deshacerse de su hermano. Sin embargo, con lo que no contaban era que el rumor de su traición a había llegado a los oídos de su hermano, en los años había enviado a decenas de especias para colarse en las torres de fuego y en las montañas norte, pocos habían regresado para confirmar los rumores.

Encolerizado pensó en organizar el resto de su ejército y atacar primero a las torres del oeste, no obstante, su consejero, un mago que acompaño a su padre en los últimos años de su vida, le sugirió que lo mejor sería que fortalecieran la capital, para cuando ellos decidieran atacar les fuese imposible adentrarse en la ciudad.

El mago tenia don de las palabras, era un hombre delgaducho que siempre caminaba encorvado, con una voz rasposa que muchas veces una oración de su boca quedaba en la mente de las personas por días, los que lo escuchaban y recordaban decían que era un fantasma, ya que tenía la costumbre de salir por las noches, aparecer en los callejones donde no había nada y aparecer en un segundo. Era un susurrador de malagüero que contaba historias de extrañas de sueños y mundos que solo una mente enferma seria capas de ver.

En el año 15 cuando el tercer rey tubo 50 años se había encerado dentro de la ciudad, luego de que el mago le llenara la cabeza de ideas de que todos estaban confabulando en su contra y que si no hacía algo sus súbditos comenzarían una guerra contra él. En ese tiempo los tres hermanos habían desposado, el primero, que administraba el territorio de las torres de fuego tubo 2 barones, de los cuales estaba sumamente orgulloso, el primer hijo era un hombre fiel a su mujer y había mandado a construir otras ciudades en busca de alguna mina de la cual sacar provecho. El segundo hermano por su parte era un lujurioso sin remedio que cambiaba de espeso cada vez que se aburría de la anterior, por lo cual su descendencia fue numerosa llegando a tener 15 hijos, el segundo hermano no tenía muchas ambiciones, solo le interesaban las mujeres y las grandes fiestas donde se sirviera el mejor alcohol. El tercero por su lado solo tuvo un hijo, luego el mago le enveneno la cabeza de ideas de que ella le era infiel y en un ataque de ira y de locura la mando a matar.

Al decidirse a atacar a su tercer hermano, todo estaba listo para el ataque y la conquista del resto del reino sería fácil. Las numerosas tropas del norte avanzaron, fueron engañados con la excusa de que el rey había perdido la razón y que en su demencia se había encerrado en castillo y que si no hacían nada terminaría por hundir al reino con él. El gobernante de las tierras del osete alego que su hermano era débil y que no tenía el carácter suficiente para regir las tierras de su padre que solo el gobernante del oeste tenía el suficiente carácter para gobernar en su lugar.

De las montañas del norte se escuchaba un estruendo igual al de un terremoto o el llanto de una montaña solitaria, cien mil almas avanzaban a gran velocidad líneas de plata y bronce brillaban en las llanuras, un ejército decidido y preparado con sus banderas, caballos, armas y valor. Del osete las bocas de los demonios daban la señal de salida hacia el este, un ruido semejante al de mil rayos detrás de ellos marchaban por la noche, mientras el cielo se llenaba de colores, una tropa de diez mil avanzaba por los bosques y llanos.

Ambos grupos se encontraron cerca de una laguna donde planearon una forma rápida y fácil de asediar la ciudad.

En el treceavo día séptimo mes llegan a las montañas del este, donde el antiguo rey había encontrado los seis huevos. Para la sorpresa de todos, tanto los bosques y más allá de las montañas estaban congelados por kilómetros y kilómetros he hielo intentaron atravesarlo un grupo de los hombres del oeste, usando magia para que el viento cambiase de dirección, sin embargo, eran imposible, entre más se adentraban el clima era más brutal, podían sentir como sus cuerpos se congelaban, como sus mejillas se entumían, como sus dedos se enrojecían, para luego mirar como sus compañeros caían y eran cubiertos lentamente por un manto blanco.

Una buena parte de los hombres del norte por órdenes del segundo hermano, fueron obligados a buscar un camino secundario rodeando las montañas y así poder llegar a la capital, no obstante, su suerte no fue mejor que el grupo del oeste, una de las montañas se había derrumbado por encima de ellos o eso decía la mayoría cuando no regresaron, sin embargo, en una nota de la historia decía- Las nubes negras como el carbón salido de las calderas de los hereros se posaron encima de las montañas de hielo, se escucharon gritos semejante a los de cerdos en el matadero-

Cerca del bosque y de las montañas a unos cuantos metros de donde iniciaba el gélido paisaje se organizando construyendo campamentos y haciendo que los animales descansaran.Ambos grupos restantes no sabían que hacer o si debían rodearlo por el lado del mar, sabían que era imposible que esa barrera fuese tan lejana. Sin saberlo cerca de la madrugada las montañas se incendiaron al inicio eran pequeñas fogatas, más tarde eran enormes bolas de fuego que bajaban a gran velocidad.

Los magos del oeste pudieron detener algunas y los hombres del norte resistir muchos impactos, pero era evidente que si había otro ataque de esas mismas proporciones su ejército no aguantaría mucho. Los magos al servicio del primer hermano invocaban vientos y nubes, mientras los soldados del segundo los cubrían con sus enormes escudos. Rápidamente vino una lluvia en su llamado. El fuego se marchó, suaves cortinas de agua caían sobre el campo de batalla, el bosque y las montañas. Desde las montañas se escuchaba la caída de enormes piedras, un viento sobrenatural les llegaba hasta el ellos. Una sombra se alzaba de entre los escombros, un rayo ilumino el cielo, en un instante miraron dos bolas de juego en el aire, no obstante, eran de un color verdoso semejante a una mirada.

Todos asustados por lo ocurrido ordenaron una retirada sin importa si alguien se quedaba atrás, lo importante era salir de ese lugar. Sin embargo, ese fue uno de sus más grandes errores, mientras la lluvia avanzaba, un banco de niebla empezaba a formarse en cuanto entraron a uno de los bosques del oeste, los árboles y la confusión no les hicieron dar cuenta a algunos que caían por un acantilado, otros daban vueltas sin saber dónde orientarse.

Cien mil bravos hombres, armados, muchos de ellos educados en el arte de la magia. La mitad callo antes del amanecer, una sombra mortal callo sombre ellos, en una noche como cualquiera. Sombras, sonidos y olores acompañaban a la niebla. Gritos de ayuda, huesos molidos, llantos desesperados, el sonido de espadas contra rocas, explosiones, luces de todos los colores.

La llegada del alba fue un enorme consuelo para los que lograron salir. Los primeros rayos del sol eran realmente cálidos, era como si un prisionero luego de muchos años por fin pudiera ver la luz del sol. Salieron, algunos esperaron, otros seguían corriendo o cabalgando sin detenerse, mientras salían, algunos lloraban, otros gritaban, los demás les rezaban a las diferentes divinidades que conocían, pero lo más aterrador paso mucho después de la mañana, unos pasos gigantes retumban por los árboles, una sombra enorme se abalanzaba de un lado para otro.

-Les pido que sesén su ataque- dijo una voz entre los arboles- no deseo que allá más muertes por hoy, además si los matara, no podrían dar el mensaje a mis primos- una voz suave y cordial, a pesar de sus palabras no sonaba orgulloso o con un tono de prepotencia, era una voz calmada- soy el hijo del rey actual, el tercer hijo del gran rey que unió a las naciones de este continente, estoy al tanto de la traición de mis tíos a mi padre. Además.

Saco una bolsa de su espalda.

-De que han estado envenenado la cabeza de mi padre- tiro la bolsa y rodo la cabeza del mago que era el consejero de su padre- No estoy interesado en comenzar una nueva guerra por el territorio. Desde este lugar hasta las montañas será nuestro territorio, mas allá de estas tierras serán suyas. Mis tíos fueron capturados y encarcelados por traición, jamás se les otorgara una salida, tómenlo como un acto de buena fe de que, si intentan entrar a mis tierras, los matare sin ninguna consideración.

Los pocos rayos del sol que entraron al bosque mostraron el rostro de un joven de unos 17 años que al igual que su abuelo estaba montado en Stéphane, una criatura de dos metros alto y tres de ancho, con sus características piedras en la espalda de color de la piedra aguamarina. Con los años Stéphane había adquirido un aspecto más impotente y un rostro más amenazador.

El inicio de la guerra de los 1000 años (fue así como se le llamo al conflicto que duro más de 800 años) había comenzado. Fortalezas se cerraban y se destruían en busca de recuperar a las personas que los habían liderado, la contienda que paso de generación en generación un ataque mutuo entre las tres nuevas naciones, no obstante, luego de los siglos cada nación comenzó a tener sus propios asuntos de los cuales eran más urgentes ocupar, que una vieja hermandad rota y olvidada. Los invasores del otro lado del mar por parte del oeste, el reyo oscuro y sus tropas al norte, y extrañas entidades al este.

Un pacto de no agresión, lo que decía que por ningún motivo el otro se metería en los asuntos de los otros dos.

Parte 3.

La trigésima segunda reina del imperio de Fertildeath, subió al trono a los 14 años. De familia noble, había empezado a mejorar un poco el estilo de vida de la nación, las pestes y plagas que asolaban al país en ataño habían disminuido, le dio mayor libertad de expresión al pueblo. De carácter frio y apático, una cabellera corta de color negra que le llegaba hasta los hombros, de estatura pequeña 1.50 centímetros, una expresión inalterable.

Sentada en su enorme trono de plata, escuchando los problemas interminables de sus predecesores, que entre muchas cosas habían subido los impuestos de tal forma que la gente no sabía qué hacer, se habían suicidado, habían robado, matado, caído en vicios para olvidar sus problemas. El dinero de las bodegas reales estaba en numerosos rojos desde ya hacia bastante tiempo, aunque ella sabía dónde podía estar ese dinero. La nación no había avanzado mucho desde hacía 1000 años, y los numerosos rumores de la monarquía anterior salían con cada vez más frecuencia. Ya no se podía dar el lujo de subir los impuestos aun si quisiera, la muchedumbre ya estaba totalmente hastiada de cada cosa mala que ocurría en sus miserables vidas.

La gente era raptada, abusada sexualmente, robada, engañada, estafada y una considerable parte era inculta. En otras palabras, eran vulnerables a ser engañados con facilidad, sus enemigos al igual que los antiguos reyes, eran los demás gobernantes de sus tierras sin olvidar la religión que tenía un enorme poder y control sobre las masas.

Al finalizar de escuchar a un campesino como habían robado su ganado, ella se comprometió a mandar a soldados a buscar al ladrón, apresarlo e enjuiciarlo. El granjero parecía contento a su modo, le intento regalar algunas hortalizas a la reina, sin embargo, ella se negó, diciéndole- Aun en tu miseria intentas regalar algo, eres un hombre admirable, guarda tus cosechas para ti o tu pobre familia que seguramente te están esperando asustados, buscare a tu ganado y tendrás noticas tan pronto como me sea posible.

El granjero salió de la enorme recesión con una pequeña sonrisa de alivio.

-Lo mismo de todos los días- dijo mientras se estira hacia atrás en su trono- ¿hay alguien más que tenga un problema importante?

Un hombre a su lado sentado en una mesa de madera, con una enorme lista le hizo una seña con los ojos incrédulo de la pregunta que le había hecho.

– ¿Tenemos alguna ejecución para hoy? -expresaba ella con un tono de molestia.

-Un grupo de bandidos y extorsionadores que habían sido perseguidos por mucho tiempo – anuncio el hombre tras mirar otra lista- pero si quiere también hay un violador que abuso de más de 6 mujeres y también un asesino que mató a por lómenos 4 personas ¿a quién se le apetece matar hoy?- manifestó el hombre con un tono de ironía.

-No tenemos dinero para encerarlos, sería un desperdicio de comida y de tiempo de los soldados, vigilar a un montón de imbéciles que lo único que hacen es quitar cosas y no aportar con nada a la nación.

-Pero su majestad- interrumpió el hombre mientras se incorporaba de su silla- ha mandado a matar a más de 200 personas por cargos que no han sido de todo confirmados y algunos se quejan de que entre los que mando a ejecutar había inocentes.

-No tengo muchas opciones Hendrickson o hago algo ahorra a todos ellos me acusaran de que no hago nada por nadie. ¿Por cierto?, cuando llega esa estúpida bola que les pedí a los idiotas del sur?

-Llegara esta noche en una embarcación a través del rio del cielo- declaraba mientras revisaba un cuaderno entre sus muchos papeles- pero, si la gente se entera que ha estado haciendo negocios con las otras naciones.

-Una cosa más una cosa menos eso es lo de menos Hendrickson- decía la reina mientras se ponía de pie de un salto de su trono- si resulta ser verdad su utilidad, mi trabajo, no el de todos será más sencillo. Pobre saber quién me miente o quien en verdad es culpable de los delitos que se le imputan, ¿no te parece maravilloso? Además, sería mejor llamarlo “inversión”.

Salió de la sala del trono, afuera fue escoltada por algunos soldados, mientras ordenaba que sacara al violador y al grupo de ladrones (además de que les pidió a los que esperaban que regresaran en otro momento ya que la ejecución iba a dar comienzo).

Fueron a la plaza de la capital, donde la gente comenzaba a aglomerarse dejando a un lado su vida rutinaria.

Subía las escaleras hasta una enrome guillotina. Miro a la gente desde arriba, cada rostro sucio y temeroso. Tomo aire, mientras escogía su mejor tono de voz.

-Mi querido pueblo de Fertildeath. Un día más, otro día en el que reafirmo los nuevos tiempos que han llegado y anuncio buenos tiempos venideros. El temor, incertidumbre y el miedo de lo que podrá suceder mañana es justificado. No tengo todas las respuestas a sus dudas, tampoco tengo el poder para cambiarlo todo, carezco de muchas cosas, por lo cual dependo de cada uno de ustedes para seguir adelante, he quitado muchos de los impuestos de mis antepasados, dinero que vilmente les fue quitado de sus bolsillos, impuesto que cobraban hasta por el aire que respiramos, he apoyado la educación de cientos de niños, solo el conocimiento nos sacara del poso de nuestros temores. Hemos salido del infierno, conocemos un pedazo de cielo, sin embargo, hay un azul en el infinito que nos falta por ver ¿o enfrentamos el miedo que nos consume cada día o nos ahogamos en el pozo de nuestra miseria?

La gente grito de apoyo a la reina, mientras retomaba el aliento, mientras los soldados traían a los encarcelados encadenados y algunos parecían golpeados.

-La única cosa buena del día- dijo la reina entre susurros y con un tono irónico, mientras tomaba aire nuevamente- ¡Mi querido pueblo, leal y gentil! Hoy les he traído a un grupo excepcionalmente lamentable. Un grupo de ladrones y asesinos, y un tipo tan abominable que no hace falta su presentación, en este día, mientras las nubes cubren el cielo, ejecutaremos a uno de ellos excepto a uno. He visto que entre los ladrones hay dos niños y un anciano, los cuales dicen no pertenecer al grupo, sin embargo, sus compañeros dicen lo contrario que ellos son tan culpables como los demás, hoy, ustedes decidirán a quien salvar, ¿a uno de los niños o al anciano?

Volteo a tomar aire.

La gente estaba confundida, miro al grupo. Había dos niños, unos alto y moren, y el otro pequeño de color blanco. Ambos eran delgados, tenían los ojos llorosos e intentaban gritar, sin embargo, el terror no les permitía hacerlo. La mayoría grito y apunto al segundo chico, con un movimiento de su la mano hizo que lo soltaran y se lo llevaran.

-Bueno, ¿con quién deberíamos comenzar hoy?

Sin pensarlo mucho ordeno a los soldados poner al abusador en posición para ser decapitado, un ruido se escuchó, luego solo silencio. Lo demás de la tarde fue igual, uno a uno pasaban sus cuellos bajo la guillotina y se reunían con las demás cabezas de los días anteriores. La reina ordeno que al violador se le llenara la cabeza de aserian y que lo pusieran en las picas como los demás.

La muralla de la capital de Fertildeath eran pequeñas a comparación de su castillo, en las paredes de los muros exteriores estaban las cabezas de decenas de personas, en las cuales existían epitafios. Los epitafios narraban una historia, una palabra o grosería que describía brevemente su crimen, buitres vagaban en las noches en busca de las nuevas cabezas que adornaban el muro, en el día era un espectáculo terrible de mirar. Los muros de Valkia eran horribles de presenciar, cabezas sin carne, otras con cientos de moscas y las demás con carne a pedazos.

Los demás cuerpos eran llevados a las afueras de la ciudad a un enorme agujero donde les prendían fuego con grasa y aceite, para que las ratas no se acumularan en la ciudad. Para eliminar a la mayoría de las ratas que abundaban en antaño se promulgo una ley que se les pagaba a los que atraparan las ratas y las llevaran al agujero donde entre más llevaras más dinero tenías a cambio. Al principio era una buena idea, los vagabundos que morían de hambre tenían una forma segura de sustento, ya que conocían a la perfección los lugares más oscuros donde se alojaban los roedores, pasaron los años y la gente parecía más vigorosa que nunca, sus cosechas habían mejorado, los roedores ya no eran una molestia, las enfermedades habían decaído gradualmente, muchos mendigos habían abierto negocios, la educación estaba comenzado a dar sus primeros pasos, las calles eran más seguras.

No obstante, estas leyes también afectaban a las demás ciudades, la reina había enviado sus decretos y a personas que vigilaran que se cumplieran, sin embargo, muchas veces llegaban avisos de desapariciones de los vigilantes que mandaba, el dinero se perdía. El monarca no era idiota y sabia a la perfección que les había pasado y quienes habían sido. Las otras ciudades y sus gobernadores, los cuales estaban en su contra, no podía abandonar la capital, por miedo a que hubiera algún golpe de estado mientras estuviese ausente, tampoco podía enviar tropas a vigilar, ya que la mitad del ejercito les pertenecía a las otras ciudades, no podía atacar o atarle.

En años anteriores se había reunido con los gobernantes de las demás regiones donde pasaba el camino real, en esas reuniones ninguno de ellos tenía intención de unirse a ella o obedecerla, sus miradas denotaban arrogancia y disgusto.

El deseo más grande que tenía la reina era empalar sus cabezas y escribir sus epitafios ella misma, sabia cuáles eran sus delitos y que estaban claramente conspirando en su contra, por lo cual una de sus mejores medidas fue crear terror entre la capital y las demás ciudades poniendo las cabezas de criminales en los muros la ciudad, evitando una rebelión de los ciudadanos y anunciando que estaba preparada para una batalla, donde no mostraría ni la mínima de las compasiones.

Al regresar al castillo por la noche, estaba un grupo de monjes esperándola en la sala del trono, los miro con una expresión de fastidio y de molestia, al acercarse más, los miro con una leve sonrisa y los saludo de la forma más cortes que pudo- La mayor de las bendiciones tengan en esta hermosa noche, mis queridos enviados del señor.

En su interior quiso golpearlos, sin embargo, la gente los apoyaba y matar a uno de ellos sería como ponerse una soga al cuello de la que sería difícil escaparse. La religió había ayudado a los antiguos reyes a gastar la fortuna y a encubrir sus fechorías, las cuales estaban registradas en libros que denunciaban lo que habían hecho. Sin embargo, había lideres con los que había llegado a acuerdos con los que a cambio de dinero se les instruiría a los niños, pero en el fondo quería matarlos unas ves que ya no le fueran útiles.

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