Aún recuerdo como si fuera ayer

Cuando te esperaba en ese parque con las ansias infinitas de conocerte y de encontrar en ti la protección y el apoyo que tanto deseaba, solo era un niño con los ojos llenos de esperanza y con las manos frescas para recibirte, entendía tus conflictos tus problemas tu ausencia de años y tal vez simplemente la entendía porque eran más mis ganas de verte que cualquier racionamiento que pudiera permitir mi edad.

Aún recuerdo cuando me hacías promesas de grandes cuando me decías que terminarías tus estudios y que pronto tendrías un buen trabajo, con el cual apoyarme, aún recuerdo cuando decías que por ahora te era difícil pero algún día lo conseguirías, para mí no importaba cuando porque cualquier día para mí era perfecto cualquier año, cualquier momento y tal vez en ese momento pensaba que a cualquier edad te esperaría con la misma fuerza.

Ese día me regalaste un ajedrez, algo pequeño y adecuado para mi edad era de plástico piezas blanca y negras magnetizadas para no caer del juego, de este juego de la vida que apenas comenzaba a entender, en ese momento eras uno de mis orgullos más grandes veía en tus ojos fortalezas sobre tus debilidades, concebía que mi mundo era completo solo porque existías, solo porque te conocía y podía ver tu rostro, un rostro que hoy se desvanece con los años.

Fueron pocos minutos, tenía poco que contar, mi edad solo me permitía escuchar y aprender, basto solo un par de minutos para aprender tus gestos, para entender tu amor por el arte, por la pintura, y por todo aquello que escupe el alma.

Te despediste llenando de promesas los vacíos de mi alma, desde ese día me prometí ser un buen ajedrecista, con el tiempo me convertí en un magnifico ajedrecista, al punto que hoy lo odio un poco, detrás de las medallas y los reconocimientos quizás solo esperaba tu presencia, en un ciclo infinito que no para con los años.

Cultive cada uno de tus gustos, o bueno los que me permitiste conocer, ame cada pintura cada nota musical y cada fragmento de poesía, justificaba mi amor por el arte apelando a mi juicio y culpando la genética por esta curiosa elección, leí cada libro que cayó en mis manos, escribí cada estupidez que cruzaba por mi mente y plasme en cada lienzo esa pequeña pasión detrás de la cual se escondía la esperanza, una esperanza de volverte a ver , una esperanza de encontrar ese promesa cumplida, una que materialice en mi mente una ilusión en la que curiosamente te construí de pedazos y de fragmentos de recuerdos…. Bueno la verdad ya no distingo muy bien pues mi mente de niño fabrico algunos eventos que de tanto contarlos hoy no los diferencio de la realidad, la verdad te concebí como un héroe un héroe de papel que coloreaba cada vez que se ponía borroso.

Con el tiempo crecí y la esperanza se volvió amarga, ya no se saboreaba de la misma forma que en la niñez, ya constaba un poco más que pasara por la garganta y prefería no saborearla pues aun no entendía porque seguía ahi, sin pensarlo dejo de ser amarga para ser insostenible y ese sabor que un día de niño tanto ame hoy no era más que la savia amarga de un árbol viejo que dejo de crecer o que tal vez solo creció.

Aun en ese silencio de sobras y de ilusiones perdidas brillabas en los días más desérticos, brillabas en esos donde desearías que alguien te tendiera la mano, y en esos días aun detrás del abandono transmutado en odio recuerdas que tienes un padre brillante y que algo de su genética debe existir en ti, en días como esos acudes a cualquier excusa, solo para darte aliento, solo para perfilar una nueva historia donde simplemente apareces y te logro conocer.

Son tantos ya los intentos y las oportunidades perdidas que mis historias llegan a su fin, un día vi una película de cine europeo llamada “carácter”, y en ella contaban la historia de una niño que crece sin su padre y que junto a su madre sufre humillaciones atropellos para finalmente conquistar la cima, pero antes de hacerlo sufre el flagelo de su progenitor, sus maltratos su indiferencia y su orgullo, ese pequeño niño de la película ya luego de 1 hora y 15 minutos tendría cerca de 30 años y descubre un padre moribundo con un puñal clavado en su integridad y en el final de una conversación tan frívola pero tan anhelada le dice a su criatura “ hijo todo lo que pasaste, cada sufrimiento de esta tierra que te pueda haber causado, valió la pena solo por descubrir y formar tu carácter” , jajajjajajjairónico verdad aun espero que en tu final digas algo positivo, aun espero queesta película llamada vida tenga un reverso diferente. Pero bueno al final son solo mis deseos detrás de tu concepto de realidad. Una realidad que aun trato de entender un concepto de libertad que te hace frio, un ideal de vida que deja cicatrices en cuerpos ajenos. Lamentablemente hace mucho no se de ti y carezco de toda posibilidad para preguntarte que es aquello que tanto amas, como hago para aprender esa última lección donde me olvido de todo y dejo atrás este maldito rencor esta maldita esperanza, esta idea absurda de que, aunque no fuiste un buen padre serias un buen abuelo, pero desafortunadamente hoy sigues dejándome en claro que las fichas más importantes de tu ajedrez son un alfil y un caballo.

Hoy crece mi hija llena de ilusiones y de esperanza, trato de que nunca observa los vacíos de mi alma, la nostalgia que me habita, la normalidad con la que aparento vivir y aun en lo extraño de esta partida de ajedrez sueño con que su abuelo le enseñe de pintura, le lea cuantos y le declame algo de poesía y descubra en ella la reina de 6 años de su tablero de ajedrez..

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