Cansado y cabizbajo paseaba por la vereda junto al rio, cuando el canto de un pájaro hizo que mi mente volviese a la realidad y ese cantico del pequeño pajarito me transportase a otro momento y en otro lugar.
Me vi paseando por una alameda llena de arboles y numerosos canticos de diversos y variopintos pájaros que utilizaban su trinos para enamorar a sus hembras. Era precioso el lugar y mi presencia allí era de una cómoda y sosegada estancia. Al oído mientras escuchaba los trinos llegaban unas palabras que escuche al oído y de tus labios en ese mismo paraje. Comencé a recordar los momento tan gratos y tiernos que pasamos sentados sobre la hierba en ese lugar, y las promesas que nos hicimos si sospechar en aquellos momento que quedarían en el aire y entre aquellos arboles porque de allí nunca salieron para hacerse realidad.
Todo eran recuerdos muy gratos y visiones que llenaban mi mente haciendo que fueran tan reales que hasta el olor de tu perfume mezclado con el olor de las flores y los arboles llegaba hasta mi olfato.
Por unos instantes creí tenerte delante de mi con aquella sonrisa y el brillo en tus ojos que hacían que el tiempo se parase cuando me miraban. Por unos instantes escuche tus palabras y veía aquellos labios dispuestos siempre a decir una palabra hermosa y a dar un beso lleno de vida e ilusión.
Estaba en otro mundo, en mi mundo, cuando un sonido mas estrepitoso que el de los cantos de los pajarillos hizo que volviese a la realidad. Mi móvil sonó y mi sueño termino.
Tito h.
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