Nuestras pelvis en guerra,

nuestros labios buscando tregua

al ritmo de la lengua

y las manos explorando nueva tierra.

Arañas mi espalda

y el beso en mi cuello

es la bandera blanca

que se agita y me salva

Sujeto las olas obscuras que recorren tu pecho

hundo mi nariz en su profundidad,

ahogándome en su olor a frambuesa

mientras te declarabas vencedora en un orgasmo.

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