Un amarillo de mil sonrisas

Un amarillo de mil sonrisas

Fer Santander

09/11/2018

Capítulo 1

Buscando lo anhelado

Un miércoles cambio todo,después de meses, semanas de tristeza entre mezclada con gotas de una tibia alegría, tuve la oportunidad de poder a menos decir que podía comenzar de nuevo.

Esa fría mañana de julio, a penas escuche la perilla deslizándose hacia abajo por las manos que al momento de abrirse la puerta de mi habitación tuvo dueño, era mi mamá.

Me levanto muy eufóricamente por ser tan tempano, lo primero que me dijo fue – Bakú, despertate. Antes de si quiera preguntar el porqué de ello, me dijo nuevamente –Anda a la estación de autobuses y compra un pasaje, te vas a Santo Tome.

Yo aún no procesaba nada de lo que me había dicho, no tenía agudizado ningún sentido, solo quería seguir durmiendo aprovechando lo cálido de mi cuevita, de mi cama.

Ella se retiró, dejando la puerta abierta con el propósito de que la luz, haga algún efecto en mi para abandonar la habitación. Pasaron 5 minutos agarre el móvil y Salí, en busca de una respuesta a la razón de despertar.

Al final del pasillo al llegar y abrir la despintada y manchada puerta de color gris, vi a mis padres alrededor de la chimenea sentados mientras tomaban un café, como acostumbraban a hacerlo antes de que mi padre vaya al trabajo.

Pregunte -¿Qué paso? ¿Por qué tuve que madrugar?

A lo que mi padre respondió – te vas a la universidad. No preguntes por qué ni nada, solo te vas, lleva mi tarjeta y saca el boleto.

Me di un ducha con agua tibia casi helada, la leve ansiedad de saber que me iba, de alguna manera me daba un pisca de una dulce miel, después de tan amargo bocado de tanto días que no tenían sentido, o al menos para mí.

Cogí, una remera roja con el logo de “Maroon five”, un suéter gris, un desgastado jeans negro, que se tornaba gris de tantas lavadas, y una gorra negra. Tome mi cartera, plata para el bus y Salí a esperar el urbano, para ir a la estación.

Una vez en la estación, viendo gente que corría de acá para allá, fui a la boletaría, quise comprar el pasaje y paso lo obvio, no podía comprar el pasaje con la tarjeta, porque no era el titular. Inmediatamente, saque mi móvil y marque a mi padre, a lo que rápido respondió

–que paso?

  • No me venden el boleto, no soy el titular.
  • ¡Ahhh!, ya voy en camino
  • A lo que respondí esa es, en cuestión de un saludo, números y horarios, estaba hecha la compra del boleto.

Pasaron 15 minutos aproximadamente y veo su auto aparcando.

Me puse de pie, y mientras esperaba que se acercara lo veía llegar a mí con una cara sin emociones, sus marrones ojos no decían nada, su boca, mejillas y cejas tampoco. Solo se acercó diciendo – cuál es la boletería?

Agradecimos la venta, y nos fuimos al auto, giro la llave, arranco el motor y durante varios kilómetros, ninguno dijo una palabra.

Al parar en un esquina, porque el semáforo dio rojo,dijo y sin mirarme – Te mando a la universidad nuevamente, porque creo que así arreglo lo malo que hice. Sacare un préstamo para que te vayas, no quiero verte más en la casa encerrado sin hacer nada, más que dormir, llorar y quedarte aislado en tu habitación sin ver a nadie, sin hablar con nadie.

No quiero ver tu cara por las mañanas con tus ojos hinchados de dormir y llorar. Me canse, ese no es mi hijo.

El semáforo cambio de color, y el coche se movió. Hizo una pausa de lo que decía, miro a los lados, señalizo para el lado que doblaría y continúo con lo que me venía diciendo.

Yo lo escuchaba atento y sentía como de a poco se me anudaba la garganta, y se llenaban mis ojos de lágrimas. A lo que el recién me miro, y dijo – no llores porque te bajo del auto, no es para que llores, es para que reflexiones. No quiero que me digas nada, solo que escuches.

Sentía que a cada palabra que pronunciaba, mi corazón se partía y quería gritar todo lo que en ese momento cruzaba por mi cabeza, pero en vez de hacerlo seguí escuchando, mientras las lágrimas se resbalaban por mis mejillas hasta caer en mi suéter y dejar secuelas que algo paso.

Una vez que termino de decirme como estuve las pasadas semanas, y demás; Llegamos a mi casa , puso el auto en el garaje, paro el motor, baje y me fui a mi habitación.

Arme mi bolso, puse ropa, cosas de higiene personal y los papeles de que se necesitaban para la inscripción de la facultad, fotocopias del DNI, partida de nacimiento, entre otros papeles. Para las 13 de la tarde, estuve en mi habitación, estaba sonando “Sugar de Maroon five” y escuche el llamado de mi mamá – Bakú, ven a almorzar, ya está la comida.

A Lo que respondí – Ya voy.

Pause la música, para seguir más tarde. Fui a la cocina, estaban mis hermanos más chicos, Alejandro de 13 y Gastón de 10, ambos eran muy unidos a comparación de mi hermano mayor y yo , Ariel era muy superficial, solía mentir mucho, y por ello no teníamos mucho trato más que un “ hola” ,

“Bakú esto o Ariel aquello”, peleamos mucho por el motivo que yo era todo lo contrario a él, era más simple y callado, no solía hablar mucho con mi núcleo familiar, que nunca me dieron la confianza de contarles cosas importantes.Para las cosas importantes estaban mi novia que era mi confidente, mi amiga y mi persona,que para ese tiempo era mi ex porque cuando me fui a estudiar a corrientes capital conoció a otra persona, que le daba el tiempo y la atención que yo no le daba por estar estudiando a 390 kilómetros de distancia.

Por otro lado estaban mis amigos,que siempre estaban y me apoyaron cuando me fui, cada video llamada que hacíamos era como si los tuviera conmigo siempre, a pesar de los kilómetros, no se fueron, estuvieron firmes.

Cada uno tomo su lugar en la mesa, mi padre en la punta, mi madre a un lado, yo al otro y así con los demás. Almorcé sin decir una palabra como de costumbre, mientras miraban la televisión y comentaban lo que decían en las noticias.

En un momento hubo una laguna de silencio, donde de la nada se escabullo una pregunta hacia mí.

Mi madre dijo – Bakú a qué hora viajas?

A las 17:30 respondí y seguí saboreando esos sabrosos ñoquis con tuco que tan ricos estaban, sentía un orgasmo en la boca de sabores. Era mi plato favorito, el que más me gustaba.

El silencio se adueñó de la mesa, por uno segundos, mas hasta que Ale dijo – hoy me saque un 10 en lengua

Mis padres lo felicitaron y otra vez tenían de que hablar. Proseguí degustando mi plato, lo termine y me serví nuevamente. Terminamos de almorzar junte la mesa, acomode los platos en el lavabo y los lave

, al terminar, seque mis manos con el repasador y encare para mi habitación. Al llegar, se reprodujo el tema y seguí acomodando mi bolso y haciendo memoria para no olvidarme nada; pasaron 3 temas del álbum V (five) de Maroon , cuando entra mi madre y toma asiento en la cama que aun seguía sin arreglarse.

Comenzó a decir – Tu padre te abra explicado la situación de todo, así que anda viaja y hace de cuenta que es un nuevo comienzo, con compañeros, lugar y amigos. Disfruta y estudia, podes ser feliz de nuevo. No pienses mucho, solo anda y quiero que vuelva mi antiguo hijo, el Bakú feliz, lleno de energías, el que opina en la mesa, el que habla, ese era mi hijo no el que está encerrado triste, durmiendo y llorando.

Por segunda vez tenía el nudo en la garganta, los ojos hinchados por todas las lágrimas.

Casi al terminar, me repitió, “ es un nuevo comienzo” no tenes razones para ser frio, tenes que estar contento.

Se levantó y me dijo –ven, abrázame. Y fue, cuando me largue a llorar con toda la furia, sentí alivio, un leve desahogo. Estuvimos fusionados unos 30 segundos, al desprendernos, ella se fue a su habitación o al living, no sé con esa actitud.

Yo no comprendía lo que me pasaba, no sabía si estar contento o triste, cuando viene a mi cuarto Darío, mi padre. Me da el dinero para hospedarme en santo tome, mientras me ocupo de averiguar departamento y facultad. Antes de retirarse me dice, esto te va alcanzar, una vez que encuentres departamento márcame y te llevo la mudanza.. Ahh, y buen viaje, cuídate

Pasaron las horas yo ya estaba viajando, con mi mochila y bolsos, tenía el dinero , mi botella de agua y mis auriculares. Pasaban los kilómetros, llegaba a lugares nuevos donde bajaban y subían personas, y al instante otras lo abandonaban. Fui pensando durante todo el trayecto del viaje en ser una persona diferente yo mismo pero en mi versión anterior, tal como me dijo mamá.

Al llegar a la pequeña ciudad, que no pasaba los 60 mil habitantes, en la mayoría estudiantes que llegaban estudiaban, se recibían e iba a sus lugares de origen a ejercer su carrera tan soñada o a cualquier provincia o país si tenías un pizca de suerte.

Llegue cerca de las 21 pm, con las ideas acomodadas y pensando en lo que tenía que hacer al día siguiente.

Baje de la terminal, pedí un taxi y le requerí al taxista, que me lleve a algún hotel económico para pasar la noche.

Una vez en el hotel, solicité una habitación, me duche, cene algo y me recosté en la blanca y suave cama mirar en el móvil los departamentos que al día siguiente tendría que ir a ver. Puse el despertador a las 8 am en punto y sin darme cuenta, me atrapo el sueño.

Me desperté sin aire al día siguiente como ahogado, no llegaron mis sentidos a entender porque mi organismo reaccionaba como vacío, desanimado. No entendía nada, lo único que sabía que me esperaba u largo día de llamadas, negociaciones y corridas de un lugar a otro para llevar a cabo todo ello.

A penas sentí fuerzas, me levante, camine unos 6 pasos hasta el baño, corrí la vidriosa puerta, entre a la ducha, abrí el grifo y durante los próximos 15 minutos era el agua caliente, marroon five y yo.

Salí de entre el vapor, tome la toalla, me envolví en ella y fui a la habitación, me vestí tome mis cosas, pague la habitación en la recepción y Salí a enfrentar mi día. La universidad era lo primero que pasaba por mi mente, fui hasta la calle centeno que era la calle donde se encontraba, sabía que tenía que estar en la esquina de Centeno y Rivadavia, camine tres cuadras y mientras recorría cada una de ellas observa todo, autos,tiendas,personas,todo y decía entre dientes casi pensando en voz alta, acá voy a vivir,estova a ser i vida durante lo que dure mi carrera universitaria; en mi rostro se dibujó una leve sonrisa seguida de un suspiro de alivio, a partir de ese momento tome el día como una nueva historia, mi historia.

Al llegar a la universidad, pase por la puerta de entrada, a la derecha había un guardia, a quien le pregunte donde tendría que ir para inscribirme y me dio las indicaciones, le agradecí y fui donde me dijo.

Los nervios y la ansiedad se volvieron gotas de sudor, una garganta seca y miradas ciegas, que veían todo, pero a la vez nada.

Tome asiento en la segunda silla en la segunda fila de las cuatro filas que había, espere mi turno, la secretaria hizo una señal, como llamándome. Fui me presente, lo mismo hizo ella, pero sin señal de emoción en su cara, por lo casada que se la notaba, sus marrones ojos estaban

Hinchados, por lo que supuse que estaba llorando durante casi toda la noche; deje de mirarla tan detalladamente y entregue mis papales. Fueron unos clics, un par de palabras entre lagunas de silencio y presionadas de teclas y finalizo con mi inscripción.

Dijo-¡listo! Ya está. Termine con vos.

Le agradecí, me levante de la silla agarre mi bolso, abrí la puerta de vidrio y antes de salir oí

¡El siguiente!

Siendo las 9:00 am, analice mi siguiente movimiento. Después de ello, todo se volvió monótono, eran cortas llamadas, largas caminatas y negociaciones que no tuvieron mucho éxito, así fue durante lo que quedaba de la mañana y gran parte de la tarde, hable con tantas personas preguntando direcciones, y lugares para alquilar, hasta que alguien me ilumino. Me dio las indicaciones, llegue preguntando a otro buen grupo de personas y por fin llegue.

El dueño, del departamento lo estaba pintando, era un dúplex, 2 ventanas grandes y una arriba y otra abajo,puerta de chapa mal pintada y con señales oxido, señal del desgaste, contenía una escalera espira lada muy empinada negra con machas amarillas frescas por la pintura, arriba el piso era de madera de pino color roble.

Me presente, lo mismo hizo Jorge, el dueño. Hablamos un rato y después de negociaciones de precios y demás, conseguí ese departamento, y mi búsqueda finalizo con un apretón de manos.

Marque a mi madre, contándole que cumplí con mi objetivo. Eran ya las 19:27 fui hasta la estación compre un boleto que salía a las 20:00 horas, mientras esperaba compre un sándwich de milanesa de los vendedores ambulantes, que estaban en la estación, los disfruté de tal manera que compre otro, no sé si fue por tener el estómago vacío o por qué realmente estuvo delicioso.

Se acercó la hora, subí al micro, tome el asiento 37, me puse los auriculares y observando la nada misma, a medida que pasaban los kilómetrosiluminados por unas cuantas estrellas acompañados de luces de vehículos que iban por el carril contrario, me dormí.

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