Querer que algo cambie no basta sólo con quererlo, hay que hacerlo. Es tan fácil pensarlo, escribirlo, decirlo, pero tan difícil llevarlo a la práctica. Más aún cuando no se trata de un libro de ficción o de alguna serie de Netflix, sino que es algo con lo que se lucha día a día.
He tenido el pensamiento que todos, o la mayoría, ha tenido en algún momento: irme lejos y empezar de nuevo. El problema está cuando, por más que nos vayamos lejos, «eso» aún persiste.
Me gustaría estar escribiendo esto con un gran mensaje de superación personal, con las instrucciones de lo que hay que hacer. Instrucciones buenas, por cierto, no el «que no te importe el qué dirán», «lucha por lo que quieres», «tú elegís vivir la vida de tus sueños», eso ya lo sé, pero quiero saber cómo lo hago, maldita sea. Y dado que no tengo los pasos exactos de lo que hay que hacer, lamento decirte que no voy a poder ayudarte. O sí, sí lo que buscas es compañía de otra persona que no sabe qué hacer con «eso».
Espero logren entender el adaptable significado de «eso». Espero alguien esté leyendo esto. Por este último fin, decidí no llenar toda mi página de Word con un circulo vicioso que habla de «eso», hablando de muchas cosas y a la vez de nada (que frase tan cliché, pero cierta al mismo tiempo).
Dudo encontrar eso que quiero pronto. Creo que encontrarlo es todo un camino que nunca termina, pero me siento al principio del camino, por no decir que aún no encuentro ese principio. Y tengo miedo de no encontrarlo, apuesto no ser la única.
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