-¡Apestas! – me dijo
-¿A que?- le pregunté
– apestas a soledad, a tristeza, a suicidio, llevas un amor podrido dentro del pecho,
Yo pregunté con la voz quebrada
¿Asi de mal huele mi alma?
-si contestó, así de fuerte es tu dolor
, en otros tiempos habría arrojado a almas como las tuyas a las fauces de mi olvido
Pero hoy, que el tiempo y la experiencia me han golpeado y me han herido,
Ese olor a suicidio, a tristeza y soledad, me embrujan, me hechizan me excitan.
así que al menos por mi parte no te dejaré jamás me dijo
Y acercándose a mi cama tiernamente me besó.
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