Soñé cosas,
ahora las necesito escribir.
Eras viejo,
tenías arrugas
y estabas lleno de cicatrices.
Tus heridas
habían emergido
a tu rostro.
Eran tantas.
Casi no te reconocí.
Te hice todas las preguntas
que nunca me dejaste decir.
No sabias que contestar,
y yo ya sabía todas tus respuestas.
Al fin y al cabo
era un diálogo
conmigo misma.
Sentí alivio.
Sabía que había sido
mas por vos
que por mi.
Tus sombras son el problema.
Te lo dije y te reíste.
Yo también reía.
Todo se había vuelto un chiste.
Abrí los ojos
y entendí
que la última vez
había sido cuando me dijiste:
Hasta la próxima.
OPINIONES Y COMENTARIOS