A todos les parecia hermoso aquel llanto,

Todos la tenian pricionera, sonreian al escuchar su llanto, todos amaban su canto.

Yo pasaba por ahí un día y la escuche cantar,
No entendí su cantar, pero senti su angustia,

Era igual que sus ojos, todos llenos de lagrimas, añorando volar lejos, donde no la vieran más.

Enloquecio aquella ave, y canto sin parar,
Hasta que le falto el aire,
Y nadie más la volvio a escuchar.

Pobre ave cantora,
Pobre sus alas cortadas,
Que lastima decian todos los que la hicieron cantar, los que la hicieron llorar.

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