– relato superación –


Un día de 1952 – vísperas de Navidad.(autobiográfico)

Vísperas de Navidad: niño de 7 años feliz por la mañana, por la tarde comenzaría largo derrotero. La temperatura ambiente comenzó a relacionarse con la corporal, viaje e internación : sueños truncos…y un mal propio de época: poliomielitis. Quirófanos, rehabilitación…años tan extensos, densos que evitaban calendarios. Nuevamente caminar, ortopedia sería eterna compañera: hasta guardametas tras una pelota…con aparatos tan pesados como sueños incumplidos.

Educación, estudios superiores, barreras incontables…final de una etapa. Trabajo, realización profesional, la propia familia parte del sendero a recorrer. Un hijo es verse reflejado en el espejo de la vida, pentagrama que trasciende al canto de los pájaros.

Vorágine impredecible, años sin memoria y un reloj imaginario que se extiende silencioso…voraz.Como buen humano las utopías sobrevuelan etéreas, livianas de equipaje. Distancias, pérdidas y el amor de una compañera que se hace golondrina, hueco y soledad. Los golpes nos vuelcan a la realidad: estamos vivos…un despertar, caricias, hilos de plata sobre el trigal.

Caricias, amor, entrega, ausencias, pérdidas…todo ello y mucho más: vivir, disfrutar, superar mares y obstáculos: ser feliz también es convivir con secuelas y palabra tan “temida” pero real: leucemia: volver a comenzar. Ciudades hoy lejanas: Patagonia paraíso terrenal, energía, viejas historias, reencuentro con aquel niño en vísperas de Navidad.

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