Y hoy me siento motivada, con fuerzas, pero un poco angustiada, me doy cuenta que soy capaz de extrañar, que soy capaz de apegarme, de querer estar cerca de situaciones, personas, lugares. A pocos días de alejarme de aquel lugar que decidí llamar hogar, de aquellas personas que se transformaron en amigos e incluso amores, empiezo a sentir una fuerza invisible que me empuja, como si el corazón me latiera más fuerte en queja a esa distancia, como si hubiese una parte de mi que se quedó y que esta que me acompaña quiere recuperar.

Este viaje termina siendo más educativo de lo que me esperaba. Me está permitiendo encontrar dentro de mi algo que no había sentido antes, al menos no con esta fuerza, un sentido de pertenencia.

Nuevamente, la vida me pone en caminos de crecimiento, de reconocimiento.

Nuevamente, gracias!

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