Leonardo Farías: “Postales de sangre y locura”
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Genero: Suspenso, terror, paranormal.
2018
enmaquetación y diseño de tapa por
@CletaEdiciones
Recomendaciones
Dentro de “Postales de sangre y locura” se
encuentran cinco historias diferentes entre si,
pero lo que las une son la sangre, la locura y
la muerte.
Se recomienda leer este libro musicalizado
con las siguientes canciones de la banda “My
chemical romance” ya que inspiraron con su
música algunas de estas historias.
1- honey, this mirror Isn`t big enought for
the two of Us.
2- vampires will never hurt you.
3-. Skylines and turnstiles.
1
RONOVE
Abrí mis ojos, desperté mareado y con
malestar, lograba ver pero fuera de foco; con
marcadas intermitencias. En ese instante la
reacción de la desesperación <<por no saber
lo que me ocurría>> hizo que cayera al
suelo. Golpeé mi cabeza con una silla y quedé
tendido boca arriba, intenté levantarme con
plena decisión, sin embargo sentía como si
algo me lo impidiera; y no era un asunto de
fuerza. Eso fue deberás extraño.
Reincorporado y una vez de pié, caí a cuentas
de que estaba en lo que parecía ser mi casa,
<<me corrijo y afirmo>> lo era, solo que de
aspecto más lúgubre: los objetos estaban
cambiados de lugar, las paredes
descascaradas, corría un ligero ambiente frio
y además; una especie de fetidez a como
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azufre quemado inundaba cualquier rincón.
Estando ahí, <<tal vez resulte
descabellado>> pero percibía sombras
moverse detrás de cada objeto, parecía estar
aconteciendo algo que no lograba entender.
Me visitaba el temor. Corrí las cortinas
gruesas estrepitosamente para que entrara el
sol, <<me asfixiaba de tanta oscuridad>> y
noté así que mi remera y manos estaban
manchadas de sangre. Estuve fracción de
segundos exaltándome y temblando como
una hoja, hasta que mis pensamientos se
silenciaron al oír un rugido grave; algo jamás
oído por mí. ¿Podría ser el balbuceo de un
demonio proveniente de las mismísimas
profundidades del infierno? ¿O acaso estaba
enloqueciendo?
Una fuerza invisible cerró las cortinas y otra
vez la oscuridad. Estremecido de miedo
después de voltear los ojos y la cabeza como
un maniático buscando luz; corrí hacia la
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puerta, pero esta no abría, mientras que los
rugidos parecían acercarse más y más a
donde yo fuere. La orquestación de mi
corazón parecía que iba a salirse de su lugar.
Aquello, <<fuera lo que fuera>> pronunció
fuertemente ¡yo soy Ronove! sentí una garra
que se penetraba en mi carne y luego esa
fuerza invisible; pero de real dolor, me lanzó
endemoniadamente hacia el centro de la sala.
Mal herido vislumbré la ventana, aunque
tampoco conseguí fugarme; no podía escapar
de él. Me arrastré como pude al baño,
mientras que los rugidos potenciados por
detrás de mí ya me lesionaban los oídos; cerré
la puerta con llave y me desplomé sobre la
bañera. La sangre no dejaba de brotar de mi
costado derecho, no sabia que hacer.
Acorralado adoptando a la demencia por: las
sombras oscuras que se aproximaban, los
susurros maliciosos incoherentes, los golpes
en puertas y ventanas, los alaridos, quejidos y
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más; hasta que de pronto todo se tornó calma,
se abrió la puerta lentamente y ahí lo vi.
Garras largas al igual que su horrible cola
escamosa, alas grandes que se agitaban
mientras posicionaba sus manos en el suelo,
su horrendo rostro de deformidad se presentó
ante mí con tripas babosas chorreando de su
boca; las escupió en mi rostro, me miró
fijamente y me dijo: “culpable es tu titulo
mortal, asesinaste a tu propia sangre”
¡bienvenido!
Primero lanzó el de mi mujer, segundo el de
mi hija Sofía; y por ultimo el de me hija
menor Brenda. Ese fue el orden en el que el
demonio Ronove arrojó los cuerpos.
Abrí mis ojos, desperté. Tal parece que todo
esto era solo un sueño horrendo. ¿O tal vez
no? con la respiración agitada distinguí el
entorno; me vi a mi mismo con un chaleco de
fuerzas, luchando, gritando y lo más triste;
encerrado. Ésta sí era la realidad. La inmunda
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realidad.
¡Yo no soy un asesino, el sirviente del diablo
me obligó a matar a mi familia! No soy un
desquiciado; ¡auxilio! Gritaba hasta desgarrar
mi garganta, pero nadie me escuchaba; y a
nadie le importaba tampoco.
Ronove: es un marqués y gran conde del
infierno, comandando veinte legiones de
demonios. Enseña retórica, idiomas,
proporciona buenos y leales sirvientes,
favores a amigos y enemigos. También es
conocido como un interesado por las almas
viejas; a menudo venía a la tierra para segar
almas de humanos decrépitos y animales
cercanos a la muerte
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LA SANGRE
Entendí en lo que me había metido cuando
me indicaron que para pertenecer totalmente
al culto tenía que llevarles tres litros y medio
de sangre humana, que no intente engañar
con la de algún animal porque pagaría con
mi vida; o con la de mi familia. Al igual si no
llevaba nada.
En ese momento ya no había vuelta atrás, es
justo ahí que dejó de ser un juego curioso,
morboso y divertido; ahora tenía que servirles
<<según decían ellos>> y no podía fallar.
Pensé en escapar, pero que sería de mi
familia, pensé en hacerlo; pero que seria de
mí. Pensaba en tantas cosas que me estaba
convirtiendo realmente en un maniático.
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Una semana era el plazo para conseguir la
sangre y; además, también debía irrumpir en
un cementerio de noche, profanar y obtener
un repugnante hueso de cadáver. Ellos
sabrían muy bien si llevaba esa actividad a
cabo, puesto que el cuidador del cementerio,
era parte aliada del culto.
Con mi cabeza alborotada y desconectada de
toda realidad pensaba y pensaba como
enfrentar la situación. ¿El culto sería así?
¿Eran realmente tan demenciales? ¿O solo
buscaban burlarse de mí? preguntas que me
conducían al insomnio y a la paranoia. Me
alegro que Karen se haya ido de vacaciones a
visitar a sus padres; no me hubiese gustado
que me viera de esta manera.
Lo admito, nunca fui stardard. Mi vestimenta
gótica, la música industrial, las películas de
terror y los comics ilustran un poco lo que
soy. Si me preguntasen diría que me
considero medianamente buena persona,
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<<aunque sé muy bien que eso deben decirlo
los demás>> con mis errores por supuesto;
cada quien carga su cruz, pero de ningún
modo busqué hacerle mal a nadie, todo esto
era cruzar una línea que ya no tenía retorno.
Ser aventurero y curioso no siempre esta
bien, aveces es mejor no buscar la verdad; no
saberla. Este es el caso.
Y así pasaron los días, quedando solo dos
para llevar a cabo mi acto principal; y me los
pasaba maldiciendo a Eric, quien me
convenció de esta, la locura más grande de
mi vida. Asimismo también me maldecía a mí
por idiota. Esa misma noche no pude más e
inhale 5 gramos de anfetamina, salí a la calle
y lleno de energía resolví ahí mismo ir al
cementerio de una buena vez y acabar con
todo esto.
Se me había ocurrido el modo de conseguir la
sangre, pero no podía evadir el cementerio.
“Resurrección 92” era la contraseña para
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entrar, el cuidador se sonrojó forzadamente y
me dijo: “ni si quiera sabes lo que eso
significa” hubo un silencio incomodo; y luego
me hizo pasar. Estando ya ahí con él, debo
decir que su cara anémica y mirada diabólica
me daba más pánico aún del que ya tenia,
<<me observaba como diciendo en su
interior, si no lo haces tendré que matarte>>
o al menos eso pensaba que él pensaba. El
estado de alerta puede causar que segundos
sean varios minutos.
Pala en mano cavé un buen trecho
frenéticamente; el miedo y las ganas de irme
se acrecentaban más. Cada vez que la pala
llegaba al montículo de tierra formado por el
desenterramiento, mis dientes rechinaban
como una especie de juego inconsciente.
Finalmente Bajé hasta que di con la tapa del
cajón, suspiré muy enérgico dos veces y lo
abrí; todo bajo la atenta mirada de ese
hombre <<si es que de un hombre se
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trataba>>.
El cadáver era de una mujer y su
fallecimiento según la placa fue en el año
1958. Mi cara se transfiguró un poco por el
hedor a putrefacción; intenté disimular
tranquilidad, pero por mis gestos de mala
actuación se me vieron los hilos; miré al
cuidador y me expresó susurrando “toda
tuya”. Desprendí el hueso de una de sus
piernas <<no lo podía creer>> lo agarré
firmemente por la tensión que sufría y salí de
ese encierro de muerte. “Debes llevarlo a tu
iniciación” <<comentó>> me palmoteó el
hombro y fraguó carcajadas siniestras;
mientras que al unísono los cuencos de sus
ojos se tornaban rojos. Al finalizar ese
espectáculo tan aterrador me dijo que me
fuera.
Caminé hasta conseguir un taxi; y al
abordarlo, el conductor me preguntó si me
pasaba algo, que me veía muy pálido,
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<<nada le respondí>>. Si supiera que vengo
del cementerio de desenterrar una tumba; y
que además traigo en mi bolso un hueso de
cadáver (que en paz descanse) creo que no
me creería; o se aterraría. Toda esa noche no
pude dormir por el hecho tremendo que
cometí, y aún faltaba lo peor.
Poquito a poco las drogas fueron
presentándose otra vez; a sabiendas de que
juré que nunca más lo haría, a pesar de saber
lo mucho que me costó estar bien y salir de
ahí, pero llegué al punto en que no daba más,
y las viejas amigas anfetaminas, heroína,
diazepam; estaban de nuevo en mí.
Tengo 23 años, soy hijo único. Mis padres se
llaman Sara y Orlando; los mejores del
mundo, al igual que mis mejores amigos
Leónidas y Oliver; son mucho más que
amigos, son los hermanos que elegí para
transitar la vida. Por supuesto nunca me
olvidaría de Karen; mi novia desde… que
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recuerdo. <<O más precisamente de tercer
año de la secundaria>> ella es para mí sin
dudas la persona que más me comprendió de
todas; el único y verdadero amor. Siempre me
apoyo en mis ocurrencias, divagues, locuras;
e incluso estuvo allí en mis peores momentos.
Aunque de seguro no con esto.
El cuidador también advirtió acerca de no
efectuar la misión, el costo que pagarían mis
seres queridos. Si pudiera volver el tiempo
atrás jamás hubiera accedido a tamaña
locura. Me quedaría solo con los objetos, los
videos, libros y nada más.
Averigüe por internet que una persona tiene,
dependiendo de la altura, el peso y otros
factores; entre 4,5 y 6 litros de sangre, y el
culto exigía 3 y medio; o sea una
esquizofrénica demencia. Querían
definitivamente que asesinara. La salida para
mi era esa, para ellos ese era mi comienzo.
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Eric es uno de mis compañeros de trabajo, yo
soy camillero en el hospital Santa Mónica.
Nunca le creí su historia <<hasta ahora>> a
menos que haya echo lo que estoy
exactamente apunto de hacer para “entrar al
culto”.
El banco de sangre de Graer era el lugar, ahí
se almacenaban litros y litros provenientes de
donaciones.
Hoy es el día, estacioné mi auto en frente del
banco desde la tarde para estudiar los
movimientos. Los ventanales nunca me
gustaron, pero a aquellos los adore al
instante.
La seguridad del banco no se veía tan
atemorizante <<un guardia en el hall central
sentado y otro que cada tanto; con un
marcado desgano, iba recorriendo los
pasillos>> eso es lo que logre ver, dos tipos
que buscaban pasar el tiempo a mi parecer.
Hablaban, paseaban, reían, como si
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estuvieran saliendo de la adolescencia. Quizá
estaban a prueba, o no sé, lo que sí tengo
claro es que no eran mayores que yo; eso
seguro. Lo cual era beneficioso.
Siempre fui un gran trepador, los arboles que
trepé de niño lo saben muy bien; utilicé esa
vieja habilidad y así logré entrar al primer
piso del banco. Una vez adentro debo decir
que me costó encontrar la ubicación donde se
encontraban los packs, pero al fin las tenias
en mis manos; ya faltaba relativamente poco.
La lección que aprendí ese día es que nunca
sonrías hasta estar seguro de que
efectivamente escapaste.
En la huida me topé con un policía que justo
salía del baño, <<ni si quiera sabía de su
existencia>> me arrojé sobre él cuando
estaba apunto de desenfundar su arma,
forcejeamos por un instante y de casualidad
su 9 milímetros cayó cerca. Pese a que no
quería, tuve que hacerlo. Le disparé en su
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pierna izquierda; todo se había complicado
excesivamente.
Recogí los pack que habían caído al suelo en
la disputa y seguí camino hacia la salida. No
sé como, pero ya había llegado la policía
<<dos patrulleros me esperaban afuera>>
era tarde; muy tarde. Miré para ambos lados,
tragué saliva espesa de la asfixiante situación;
cerré los ojos, decoré mi cabeza con el arma y
volvió a mi mente por un segundo el
recuerdo de lo decepcionada que estaba
Karen; al igual mis padres, y otra vez lo
mismo. Jalé el gatillo y acabé con todo.
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EL MEDIUM
Estando en la oficina recibí un mensaje de mi
amigo pablo, comentaba que caminando por
el parque Altec vio un cartel de una casa en
alquiler, preguntó a su dueña por el precio ya
que vivía al lado; ella muy atenta sin
desconfianza alguna lo invitó a ver su
interior. Aparentemente él salió de allí muy
obnubilado porque hasta me expresaba en
forma de broma que podía quedársela el
mismo. Me la recomendaba ya que le parecía
muy linda, buena zona y barata; que no
pierda tiempo. Su mensaje llegó a las 11 y 27
de la mañana.
Por ese entonces me quedaba poco tiempo de
contrato en el departamento y no buscaba
renovarlo. Le pedí a Pablo que me envié la
dirección, pero al cabo de toda esa tarde no
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me respondió, lo llamé varias veces y todo,
pero daba apagado. Me quedé con intriga ese
rato.
Saliendo de la oficina para almorzar en
restaurant de siempre, <<ese mismo día, el
11 de mayo>> miré mi reloj y eran las 13:27
minutos. Al llegar me senté y observé a la
mujer más hermosa que haya visto jamás,
pero mi sonrisa se desdibujo inmediatamente
cuando en su remera estaba estampada el
numero 11. Para desviar la atención de ella,
observé con atención el noticiero de la
televisión que anunciaba un choque de frente
entre dos colectivos; con el resultado de 4
personas muertas y gran cantidad de heridos.
Se trataba de la línea número 11 y 27, así es;
y además de tantas veces que había venido a
este lugar nunca reparé que se llamaba “once
perlas”. No sabía que pensar, si era bueno o si
no lo era.
Después de almorzar volví a la oficina
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absolutamente perturbado, continúe con mis
labores forzadamente hasta que por fin llegué
a casa; lo único que deseaba, me recosté en el
sillón por un instante y luego de unos
minutos escuché el sonido del mensaje de
pablo “Perdón, sé que estuviste llamando, es
que mi batería se acabó”. La dirección de la
casa es Av. Fañem 1127, ¡Suerte! El mensaje
llegó a las 17:27.
Los números repetidos eran el 11 y el 27; los
veía en todos lados. Por extraño que parezca
empecé a tener mucha suerte por aquellas
dos semanas, hasta que me mude
completamente a la nueva casa; la de la
numeración 1127.
El primer día ahí me sentí muy extraño,
pensaba que era por habitar una casa nueva,
por el cansancio de la mudanza, el trabajo;
etc. Pero conscientemente sentía que alguien
me observaba todo el tiempo.
El segundo día se prendió sola la luz de la
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cocina; me trataba de convencer en mi mente
de que simplemente eran descuidos míos.
Busqué no darle mayor importancia.
El tercer día soñé con una mujer, me
exclamaba a gritos espeluznantes que la
salvara; que yo podía hacerlo.
El cuarto día fue el peor de todos: se
rompieron vasos y platos, se movían los
muebles, las cajoneras estaban por cualquier
parte, las luces se prendían y apagaban. Lo
increíble de esa noche terrorífica es que los
vidrios de las cosas rotas formaron en el piso
un nombre; Ana.
El quinto día acudí a un sacerdote para que el
alma en pena que vagaba; Ana, encuentre
luz. A partir de ahí no volvió a oírse nada,
pero indagué con los vecinos y me contaron
que hace cinco meses atrás aproximadamente
vivía una mujer y un hombre <<los dos
treintañeros al parecer>> y que de la nada se
marcharon del barrio; nadie supo el porqué,
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ni a donde; lo cual muchísima más intriga me
dio.
El sexto día falté al trabajo. Sentía que el mío
ahora era tratar de hallar la verdad, asique
me dispuse a buscar exageradamente rastros
de lo que fuere. En lo último del sótano de la
casa me topé con un anotador y dos fotos a
medio quemar de una mujer que abrazaba a
un hombre. Era ella, Ana; la misma que soñé,
la que me imploraba ayuda.
En el séptimo día la resucite, la liberé. Tu
alma descansa en paz querida Ana. De todas
las opciones que se me ocurrieron, cavar fue
la correcta. Ana se hallaba en el patio del
jardín; dì aviso a la policía, sacaron sus restos
y le dieron digna sepultura. Nadie reclamó su
ausencia por todo ese tiempo; era de otro
país.
Tal parece que su esposo en el último tiempo
la tuvo cautiva dentro de la casa. La mató y la
enterró en el jardín; ese mismo que yo pisaba
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cada tarde. Lo interesante es que la policía
halló su documento junto a ella y lo que me
produjo un escalofrió tremendo fue su fecha
de nacimiento; 27/11/1983. Ana me llamaba,
sus números me llamaban.
Abandoné toda vida anterior, se desasieron
lazos familiares y de amistad. Algunos me
llaman loco y ni si quiera creen que esto
exista; y que pueda yo tener ese don. Me
convertí en un médium, ella necesitaba de mí
para poder hallar la paz; y yo de ella para
encontrar el rumbo de mi vida.
Lo que me faltó mencionar es que al otro día
de encontrar a Ana; mirando la televisión, me
enteré de una noticia: un hombre fue
encontrado asesinado brutalmente. Lo
hallaron ahorcado, sus ojos fueron
arrancados y además tenía dos números
escritos con navaja en su pecho; el 11 y el 27.
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Me llamo Cesar Andrés Figo y cambié
radicalmente mi vida. Soy un médium ahora,
ni más ni menos.
Médium: persona a la que se considera
dotada de facultades mentales paranormales
que le permiten comunicarse con los
espíritus del mas allá.
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LA POSESION DE ALMA
Hoy extraño el pasado <<la niñez más
precisamente>> cuando jugábamos con
Alma al carnaval en esos veranos eternos y
hermosos de los años ’90. Las bombuchas, la
pileta y los baldes de agua eran la gloria en
aquellas tardes. Nos divertíamos en demasía
la verdad, ambas éramos inseparables; hasta
podría jurar que casi una sola persona
aveces. <<La conexión que teníamos como
gemelas era genial>>
La extraño descomunalmente y es verdad lo
que me expresó ese ente diabólico; yo puedo
morir por ella.
Entre lágrimas; el día que nuestro padre
falleció, <<apartadas un poco de las personas
que vinieron a dar las condolencias y a
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despedirlo>> nos prometimos jamás
separarnos, pase lo que pase. Sin embargo la
adolescencia fue y será como siempre la
creadora de grandes cambios.
Alma ya no fue la misma después de la
muerte de nuestro padre. Se volvió rebelde,
depresiva, todo le importaba nada; e inclusive
su vida. Es normal de la adolescencia decían,
pero su dolor y su crisis existencial aguda nos
lastimaba mucho a todos. Una noche la
encontré en el suelo <<había intentado
suicidarse la pobre>> un lavaje de estomago
a los 14 años era demasiado. En el hospital,
con mis ojos vidriosos y estallados le pregunté
que a donde había quedado lo prometido;
<<lo de jamás separarnos>> ella se dio la
vuelta en su cama ignorándome sin respuesta
alguna.
A los 16 años se fue de casa y no volvimos a
saber de Alma. Mi madre había perdido las
esperanzas luego de tanto andar y luchar;
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creía que ya no volvería. <<Su teoría era que
la habían raptado>>, algo en mí sabía que
ella estaba viva; no en donde, si bien o mal, si
le faltaba comida, abrigo, techo, compañía,
pero sí que estaba con vida.
Ni siquiera una noticia, un rastro, una
llamada falsa, nada desde aquel tiempo; hasta
que el jueves 16 de junio de 2005, <<jamás
olvidare esa fecha>> luego de 5 años, Alma
regresó a nuestra casa. Lloramos un río de
lágrimas por la emoción, fue tan increíble
que estuviera con nosotras; la abrace como de
seguro no abrace a nadie en mi vida. Por fin
conseguía algo de paz, pero el destino puede
ser muy cruel cuando se lo propone.
“necesitaba escapar de todo y de todos” <<fue
su frase primera>> seguida de… “lo siento,
las extrañe demasiado”.
Nos contó que vagó en la calle, trabajo de
moza, conoció gente, viajó un tiempo como
mochilera, recorrió varios países; y hasta
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trabajó en un hotel. Un día decidió volver
porque ya no pretendía escapar más,
<<había sanado sus heridas>>.
Allí estaba Alma al lado mío, llena de
experiencias y cosas para contar, convertida
en toda una mujer. Debo decir que me
emocioné más tiempo de lo que estuve con
ella en realidad. Maldito destino.
La noche del regreso decidió dormir en mi
habitación como cuando éramos niñas, a eso
de las tres de la madrugada me desperté
bruscamente porque oí un grito espantoso
cerca de mi oído, me di vuelta pero ella
estaba ahí; durmiendo. ¿Oíste eso? Le
pregunte –Silencio- me le acerqué para
repetir la pregunta y de pronto comenzó a
balbucear entre dientes frases incoherentes
con una voz que no parecía ser la suya. Aún
con todo el miedo del mundo intenté
despertarla, y fue ahí cuando saltó de la cama
de una forma excepcional en dirección a la
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puerta. Un salto imposible. Vi su rostro
desencajado, de su boca colgaba una baba
blanquecina, sus ojos estaban desorbitados;
claramente no era Alma. Algo se había
apoderado de ella.
Me impresioné totalmente, no hallaba que
hacer; además no tenía como escapar. Agarré
unas tijeras que merodeaban por ahí y con
los nervios destrozados le pedí a eso por mi
hermana; y que nos dejara en paz.
Ansío un baño de sangre, ¡sangre de
pecadores!
Alguien debe morir, ¡y no seré yo!
<<Expresó>>.
Salió corriendo hacía la cocina, mientras que
yo quedé inmóvil sin entender lo que estaba
pasando; reaccioné cuando pensé en mi
madre. Salí en su búsqueda y la encontré en
el pasillo preguntando que pasaba <<no me
salían las palabras>>. “Endemoniada, Alma
esta endemoniada” <<le conteste con voz
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entrecortada>> me miró con cara de
incomprensión e incredulidad.
Empezaron a oírse ruidos de hoyas y de cosas
que se rompían en la cocina, me armé con lo
encontré a mano y fuimos hacia allá; cuando
encendimos la luz ahí la vimos <<o mejor
dicho>> ahí lo vimos a él; ese monstruo que
se apropio del cuerpo de Alma estaba al lado
de la heladera comiendo carne cruda con sus
dos manos; muy repugnante.
¡Alma basta! le gritó mi madre, pero fue en
vano; él siguió con su voracidad hasta que
acabó el corte por completo. Su cuerpo sufría
las consecuencias de la bestia. Las yemas de
sus dedos estaban cortadas, sus brazos todos
arañados con notable relieve, su rostro
enajenado y su boca destrozada bañada de
sangre.
¡No soy Alma! repetía una y otra vez mientras
se golpeaba la cabeza con sus manos.
Repentinamente cayó al suelo y empezó a
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sufrir un ataque parecido al de las
convulsiones. Luego de esa horrible situación,
el llanto nos reveló que estaba de nuevo con
nosotras, la condujimos hasta el baño para
que se limpiara; yo las abandoné por un
segundo para llamar al servicio medico; y
pasos antes de llegar nuevamente, oí la rotura
de un vidrio, seguido de un grito violento; era
el de mi madre. La vi desangrándose sin
retorno alguno. El demonio había roto el
vidrio del botiquín y le clavo un fragmento en
su yugular; la sangre llovía a borbotones, y
sin nada para hacer. Murió desangrada en
poco tiempo.
Con la bronca que me corría por la venas me
le abalancé y empecé a golpearlo, pero con la
fuerza descomunal que poseía me derribó al
suelo fácilmente, y hundió un pedazo de
vidrio en mi hombro izquierdo.
Yo te avise que iba a correr sangre, pero no
tengas miedo que a ti no te haré daño; tu sola
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te lo harás por Alma y por tu creadora <<me
expresó con lentitud al hablar>> agarró el
trozo de vidrio más grande y se cortó
profundamente el abdomen, el rostro y la
vena izquierda de su muñeca. Me dolía el
cuerpo y el alma; no logré hacer nada. Las vi
agonizar a ambas, no me puedo sacarme esa
imagen de la cabeza.
El desgraciado asesinó a mi hermana y a mi
madre, y lo que más ira me da es que tuvo
razón; ganó él; no puedo vivir así, no sé vivir
sin ellas. Aquí me encuentro en la bañera,
con un cuchillo en mi mano derecha,
mirando tiernamente mis venas. Ya no me
importa nada.
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NO TE PERDONO
Eva lloraba en la plaza mientras niños y
adultos que paseaban la veían en aquel
estado. El padre de uno <<de los tantos que
allí jugaban>> se acercó a preguntar si se
encontraba bien. Ella lo observó con un rostro
de antipatía, se secó las lágrimas negras de su
rímel corrido, miró el puño de su reloj, sonrió
plenamente y se puso de pié con una actitud
muy altanera. Se había tomado su tiempo; era
hora de enfrentarlo.
Llegó a su casa y al ver a Robi <<su
marido>> le arrojó las llaves, el florero y
finalmente el portarretratos. Su furia fue
producida por que lo vio a él con una mujer
<<y no cualquiera justamente>> resulta que
la estaba engañando con una ex compañera
de secundaria; algo que nunca terminó de
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concretarse en la adolescencia.
Eva lo siguió por situaciones varias de
desconfianza que no le terminaban de cerrar;
ahí lo corroboró, presenció cuando Robi con
su auto pasaba a buscar a su amante para
entrar “casi” secretamente al hotel royalty.
Eva podría haber hecho una exquisita escena
de furia allí, pero no; se marcho. Llorando en
la plaza es que decidió su venganza.
Después de una tormentosa discusión <<y de
una magnifica actuación por parte de Eva>>
vino la calma. Robi la abrazó dulcemente
intentando hacerla sentir contenida y ella le
dijo que lo amaba profundamente y que no se
iría de su lado por lo ocurrido, pero que
pasaría una semana en la casa de su amiga
Lorena para tomar distancia; despejarse y
poder sentirse un poco mejor. El dudó todo el
tiempo acerca de si regresaría.
Y así fue, Eva perdonó la infidelidad, <<con
unas cuantas condiciones>> y volvió a la
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semana como lo prometió, pero al hacerlo su
renovación era muy notable: se había
comprado ropa nueva, lucía un nuevo corte
de cabello, llevaba maquillaje; y boca color
carmín. Robi pocas veces la vio de esa
manera, ya que Eva en su cotidianeidad era
más bien simple en ese sentido. Todo era
parte del plan claro está.
En la noche se propusieron celebrar su
reconciliación, aunque para Eva todo estaba
muerto, ya ni en sus ojos se notaba amor ni
pasión, <<Robi continúo sin percatarse de
nada>>. Cuando estaban cenando le llegó un
mensaje a Eva <<ella no dijo nada, solo se
sonrojó>> él no preguntó, <<aunque quiso
hacerlo>> como al tercer mensaje se animó a
preguntar quien era el que escribía; ella le
respondió que se trataba del hermano mayor
de Lorena, quien había venido de vacaciones
a visitarla. También le comentó que se habían
hecho amigos cuando estuvo parando ahí; y
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que hasta quizá él le conseguía un trabajo en
una empresa. Robi manifestó en voz baja y
con tono de rencor: <<no sabía que Lorena
tenía un hermano, nunca lo comentaste>> a
lo que Eva mirando ciegamente el celular
respondió <<si, si>>.
Los días siguientes fueron parecidos; Eva
haciendo sentir celos a Robi en toda ocasión
que encontrara y de todas las maneras
posibles, hasta que consideró que era tiempo
de poner en marcha la venganza. Dejó el
celular a propósito en la sala mientras se
bañaba para que él leyera ese mensaje <<que
fue mandado por su amiga la cómplice;
Lorena>> haciéndose pasar por su hermano,
<<que de hecho ni si quiera existía, era una
farsa>>. Robi leyó el tono provocativo, la
hora, el lugar; buscó su calibre 38 bien
guardado y partió hacia el departamento de
Lorena.
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Por supuesto el llegó mucho antes al lugar,
pero no se animaba a subir. Quería confirmar
fehacientemente la situación de engaño
aquella.
Todo fue conforme el plan, Eva subió
reluciente y perfumada al departamento de
Lorena <<quien supuestamente no se
encontraba>> y Robi la siguió con el arma en
su mano por detrás, pateó la puerta con la
bronca que tenía buscando al “bastardo”, y lo
que solo halló fue la venganza; o sea a Lorena
y a Eva gritándole desaforadamente. ¿Ahora
sabes lo que se siente?, ¿Ahora lo sabes? Te
engañé como tú me engañaste a mí, el
hermano de Lorena no existe; nunca existió,
creé toda esta farsa para decirte que no te
quiero ver más, no me interesa saber nada
con de un hombre infiel. Todo el mundo va a
ver este video, todos van a ver tu verdadera
cara. Yo no perdono jamás.
Lorena estaba captando todo con una
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filmadora Nikon. Su percepción de ese
instante la llevó a soltar una risa débil de
disfrute, Robi la miró con rencor; corrió hacia
ella y la golpeó con el revolver en la nuca
varias veces hasta desmayarla; acto seguido,
soltó el arma, abofeteo a Eva, le quitó su ropa
violentamente; y contra su voluntad la violó.
Cuando se encontraba poniéndose el
pantalón, ella lagrimeando manoteó un busto
mediano de Beethoven hecho de yeso y se lo
partió en la cabeza; ese fue el tiempo que
aprovechó para salir corriendo media
desvestida por el pasillo del edificio. Al bajar
la escalera, Eva se topó con un vecino de
Lorena y le pidió por favor que entraran a su
departamento porque alguien la seguía; no lo
lograron. Robi baleó a ese sujeto al intentar
abrir la puerta, murió al instantáneamente.
Luego tomó del brazo a Eva y la lanzó por las
escaleras; fue a buscarla abajo, observó sus
ojos verdes, le apuntó, pero no pudo sesinarla.
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Soltó el arma nuevamente y se hecho a llorar.
A Robi le dieron 20 años de cárcel, pero no
cumplió ni si quiera dos meses ahí adentro
<<lo mataron en un Hecho confuso>>.
Cuando Eva se enteró de la noticia dejó caer
unas cuantas lágrimas, aunque después se
alarmó notablemente al ver una sombra en la
noche; y al detectar el perfume que solía usar
él. Robi no la dejará nunca, la mortificará
hasta que Eva llegue a la locura.
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FIN.
GRACIAS POR HABER LEIDO
POSTALES DE SANGRE
Y LUCURA.
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