Una que otra cana adornaba tu cabellera,
tu prestigioso caminar moviendo las caderas
como la Doña de aquella novela
y una mirada tan verde,
que tu Polar negra parecía Solera.
Disculpa mi torpeza,
aquel derrame de cerveza
que por poco moja todo en nuestra mesa,
prejuicioso por naturaleza
llegué a pensar mal
por lo insegura que estabas de tu belleza
»La noche apenas empieza» dijiste
y entre chistes
terminamos en la parte donde te desvistes.
Tus ojos parecían de fuego,
tal vez por el hambre que me tenías
más lo que fumaste luego.
Tu blummer era lo único de tela, y
me pregunstaste si pensaba
que eras mujerzuela,
pero nunca te vi como una mujerzuela
sino como la Maga
que describió Cortázar en RayuelaTodo valió la pena, pensaba
mientras besaba la cicatriz de tu pierna
te dije »boba, recuerda, prefiero ser amado
por una loca que amarra’o por una cuerda»
Mis manos desplazándose por tu esbelto cuerpo
perfecto
que parecía diseñado por arquitectos
Mis manos desplazándose por tu esbelto cuerpo
perfecto
que parecía diseñado por algún maestro.
»Y es que tú y yo
tú y yo
tuvimos que ser amantes en nuestra vida anterior»
sólo eso explicaría la simetría
con tu pelvis con la mía
cuando hacemos el amor…
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