Eres mi faro.

Mi océano.

Mi isla desierta.

Eres mi primer sonrisa del día, y también la ultima.

El primero de mis cigarrillos, el que mas se disfruta.

Eres mi ropa de trabajo, mis zapatos, y el momento en que los ato.

Eres la frase «hacé que lo bueno sucedo», colgada en mi habitación. La que a veces miro con un poco de rencor.

Eres mi vista obnubilada ante la gente que mira como aireada.

Eres mi balada.

Mi dríada.

Mis prosas de persona enamorada.

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