Me recuerdas cada noche lo que intenté

Desvestirte, utilizarte y manchar tu piel

Presos de la soledad, de un vacío fatal

Pero solo me marchité ahogado en tu ser


Me volviste esclavo de tus abrazos

Un misántropo refugiado en tu regazo

Susurras que no tendré escapatoria alguna

Cual torpe niño mimado quise heredar tu fortuna


Hiciste de mi vida un bucle infeliz

Me desvelo hasta que nace otro inicio ruin

Despierto hasta que nuevamente hay un fin

Sin embargo tus caricias me hacen sentir


Me besas cada noche en plena oscuridad

Justo en el génesis de una silenciosa ciudad

Manipulas mi existir buscando otra oportunidad

Siempre presente y consciente, cual si fueras deidad


Maldita manceba, ¿qué intentas inhibir?

Doblegas mi espíritu, el arte ahora hace de mí

Transcribí mi profundo odio, enamorado de ti

Y lo agradeces entre otras sabanas, triste sufrir


Quería que solo fueras mía; todo un obseso

Entonces cada que lo intenté, me logré herir

Me transformé; compulsivo escritor poseso

Pero incluso entre todo eso, aún me haces reír


Nahuel A. Pascuzzo

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS