Odio las mentiras.

Todos mienten en todas partes, la ciencia, la política, la religión. Todos mienten sin compasión.

¿Qué es verdad y qué es mentira?¿Quién tiene la razón?¿De quién será la mano que nos indique la dirección?

Paso los días buscando verdades, y las busco en todas partes, en la gente, en las calles, hasta en el negro avismo de mi Ego Sapiens.

Vivimos rodeados de mentiras, mentiras blancas, mentiras negras y de de colores. Al final sólo mentiras.

¿Será también mentira todo lo que damos por verdades?

¿Desde el suelo que pisamos, el cuerpo que habitamos y el aire que respiramos?

¿Será de verdad lo que tocamos, lo que holemos, lo que vemos, oimos, comemos y notamos?

¿Acaso no serán esos sentidos un agujero de gusano?¿Una trampa?¿Una gran obra de teatro?

¿Acaso no seremos chispitas de conciencia recogiendo información, para una conciencia mucho mayor?

¿Acaso no seremos sólo pensamiento, viviendo juntos la misma ilusión?

¿Cuál es la verdad? ¿Dónde puedo encontrarla? ¿Por qué todos se empeñan en taparla?

Soy una rara, sí, y busco verdades, pero sólo encuentro falsedad y traición en todas partes.

¿Y para qué encontrarla?

Busco el interruptor que apague esta falsa realidad y nos muestre la verdad sin plantar batalla.

Esa verdad del ahora, del hoy y por qué no, del mañana.

Busco la luz al final del tunel, la mano amiga, la cálida caricia de una madre, la mirada sincera y la pastilla que nos despierte de Matrix.

Esa es mi verdad

Y la busco en todas partes.

Desde que me levanto hasta que me acuesto.

Desde lo que soy, hasta lo que siento.

Busco verdades, pero sólo encuentro mentiras en todas partes.

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