Joven, con una hijita recién nacida y sin ayuda de nadie, te quedaste cuando una guerra fraticida te arrebato a tu esposo.

Momentos duros y difíciles te tocaron para salir adelante cuando todo se te ponía cuesta arriba y aun mas viviendo en un pueblo. Tuviste que ser todo en tu casa donde por si era poco también tenias a una madre imposibilitada como en aquellos tiempos se decía.A las tareas de tu casa se le sumaban las de conseguir dinero para mantener a tu familia.

Trabajabas en tareas de campo como un hombre, manejando los utensilios propios de esos trabajos, tenias que recoger leña y trasportarla sobre tus hombros para tu casa. Pues era necesaria para calentar la casa y hacer las comidas pues en aquellos tiempos no existía otro medio de combustión. También tenias que ocuparte de criar y cuidar a los animales caseros que te reportaban huevos y carne para todo el año. En el poco tiempo que te quedaba libre asistías a una casa de gente de bien como se denominaba por entonces a los que gozaban de buena posición económica y social, para atender y amamantar a un hijo de los señores. Pues `por aquel tiempo aun tenias leche en tus pechos de amamantar a tu hija y la repartías para los dos.

Un día recibiste la triste noticia por una carta desde el mando de la Legión, en la que te hacían saber que tu esposo había muerto en combate. Desde ese momento te hiciste más dura que lo que eras y tu vida seria dedicarte a tu hija y a los tuyos. Serias el paraguas de todos los de tu sangre que necesitaran de ti. A la vez serias el azote implacable de todo aquel que no te respetase a ti o a los tuyos. Te hiciste una mujer dura, con un corazón de hielo, pero con mucho amor y sacrificio para quienes amabas. Y no fueron hombres pues el resto de tu vida lo consagraste a tu hija y a su familia que era la tuya.

Durante tu vida fuiste el pilar de la familia en todos los sentidos. Tus consejos y conocimientos regían las vidas de todos los que bajo tus alas resguardabas. Siempre le inculcaste el respeto a los demás y a la ley. La buena educación y los modales asi como el amor a la famila y su unión.

Gracias abuela, allí donde estés se que me sigues protegiendo y tu amor aun lo siento sobre todo cuando estoy triste, noto esa caricia y ese beso sentándome en tus rodillas como hacia cuando necesitaba de tus mimos.

T.h.

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