Nuestra noche

Estoy nervioso. Estoy buscando en tus ojos o en tus movimientos ese nerviosismo también mas no lo encuentro,esperoen verdad que tú también estés nerviosa porque no quierohacer el ridículo en esta nuestra noche.

¿Cuantas veces nos hemos visto a los ojos a lo largo de nuestras vidas? Cinco o seis diría yo, la primera fue en mis sueños antes de conocerte, y el resto de ellas fue cada vez que te veía a la distancia, siempre en el mismo lugar, no sé si lo notaste pero si no fue así, entonces jamás nos hemos mirado, solamente he sido yo quien se perdió en tus ojos.

Vamos pues por la calle con destino a mi domicilio, sabes bien que vivo solo, apenas hoy te lo dije, me hiciste una sonrisa burlona y después aceptaste acompañarme por el resto de la noche, y yo sin estar muy preparado fingí una postura natural para no dejarme veransioso. Ahora con las prisas, lo único que se me ocurre es pasar al depósito de la vieja Calzada a comprar algunas cervezas y talvez dos cajas de cigarros porque he notado que fumas demasiado.

Caminas con tanta naturalidad que parece que sabes perfectamente a donde vamos a pesar de ser yo el único que conoce el camino ¿Entonces será tu forma de ser? ¿Será que por eso me sientoperdido y confundido? es verdad que he bebido demasiado y de repente doy algunos tropiezos pero estoy consciente, nunca dudes eso.

Me tomas de la mano y me jalas con un poco de agresividad, no sé si tú estés tan borracha como yo, no sé si tú disfraces mejor la condición de tu cuerpo alcoholizado que yo el mío, pero a mí solo siete cervezas me bastan para comenzar a perder el equilibrio de la sobriedad.

Llegamos a mi casa, me ayudas con mi morral mientras busco la llave — Cuidado, está pesado, con seis cervezas dentro puedes lastimarte esas lindas manos— me miras y sonríes, te gusta que me comporte como un caballero y es que realmente lo soy a pesar de lo que pueda ocurrir en esta nuestra noche.

Entramos a mi casa y no la observas, no miras las paredes ni los cuadros que de ellas cuelgan, no miras la televisión ni el estéreo que estoy seguro no sabes pero cuestan una fortuna. No miras la sala ni el comedor, ni siquiera miras la colección de monedas que tengo en el juguetero; no miras tantos lujos que con esfuerzo propio he logrado y que si tan solo mencionaras algo de lo que vez, con tanto gusto te hablaría de todo.

¿Dónde está el baño?—Sigue derecho, es la segunda puerta —te vas, te alejas porque necesitas ir al baño, talvez por eso no mirabas nada, talvez cuando regreses podamos hablar de mis cosas, de mi empleo, del como logro enorgullecer a mis padres.

Me quito el suéter, uno tejido que me hace ver más viejo pero no me hace perder el estilo, me quedo con mi camisa blanca y mi pantalón de mezclilla azul ¿Acaso hay otro color? me siento en el sillón y sin querer suelto el morral con las seis cervezas dentro, el morral cae al suelo y las cervezas se golpean pero ninguna hace explosión, las levanto y las coloco una a una en la mesa de centro, las observo, no las abriré, debo dejarlas reposar al menos media hora para que no me exploten en la cara.

Me pongo de pie y voy al juguetero, recuerdo una botella antigua de tequila que me traje de la casa de mi padre pero que nunca he abierto ¿Zauza? ¿José Cuervo? no lo sé, no conozco mucho de tequilas pero decía mi padre que era de excelente calidad.—Aquí estas, Zauza, eso es—tiene muy buena imagen y el color es precioso, tomo la botella y la coloco en el centro de mesa.

Camino al refrigerador y saco unos limones, justo a un lado está el trastero que alberga solo platos y vasos de cristal, mis padres nunca me enseñaron a comer en plástico y mucho menos me enseñaron a lavar mis trastes, lo que me recuerda que doña Ramona tuvo que haberse ido tarde de mi casa porque en la mañana que salí al trabajo la casa estaba echa un desastre.

Tomo dos vasos de vidrio delgado y voy a la mesa de centro a colocarlo todo, limones y vasos—ahora la sal, ¿Dónde está la sal? —Esta señora que todo me mueve de lugar y me hace perderme en mi propia casa—Aquí estas —en el comedor, creo que es lógico encontrarte aquí.

Me preparo un tequila en lo que sales del baño — ¿Por qué tardas tanto? — dos puños de sal, un limón completo y bastante retorcido — hay que sacarle todo el jugo a esta cosa — y solo un poco de tequila, un cuarto de vaso. Me vuelvo a sentar en el sillón.

La puerta del baño se abre, ahí estas, tan bella y un poco desnuda, solo en ropa interior, ahora entiendo que hacías ahí dentro, preparabas tu cuerpo para mostrármelo, te lo agradezco en verdad. Levanto el vaso y me vez a la distancia ¿Qué donde están las cervezas? — perdóname, tuve un accidente pero el tequila está sabroso —te acercas, me observas y con tus lindas manos preparas tu tequila, lo haces tan natural que me haces sentir un poco torpe a tu lado ¿Un cigarro?—por supuesto —lo tomas, lo enciendes y no sueltas el humo, bebes del vaso y después de esto soplas el humo impregnado de tequila por toda la sala. Eres fabulosa.

Te pones de pie y observo tu ropa interior: rojo ¿Por qué me excitará tanto el color rojo? Un bikini casi transparente y un brasier delgado que deja ver la figura exacta de tus pechos, te quitas los broches de tu cabeza y tus cabellos se suelta cayendo por tus hombros, dándole un toque más a tu cuerpo de calor para despedir.

¿Un brindis? — Claro que si —levanto mi vaso sin ponerme de pie y tú estando así, de pie, chocas tu vaso contra el mío y bebemos.

Algo me quema en el estómago — espera un poco — no puedo respirar muy bien, te asustas un poco pero no luces tan preocupada, necesito ir al baño, me levanto a prisa y caigo de rodillas ¿Qué si bromeo? ¿Por qué lo haría? En verdad me siento mal, ayúdame. ¿No lo harás? ¿Te iras? En verdad necesito ayuda ¿Por qué te vistes? ¿Tu dinero? Claro que te pagaré, solo ayúdame un poco, no estoy fingiendo para no pagarte jodida puta de mierda, solo necesito ayuda.

Un patada en las costillas, dos. En verdad te ofendiste, lo siento, esa no era mi intención. Solo te vas y ya ni siquiera me exiges tu pago, solo abres la puerta y sales a toda prisa, ¿Volverás? talvez lo harás con ayuda médica. Talvez volverás con alguien que me obligue a pagarte, no lo sé.

Estoy sangrando de la boca, no puedo respirar, me recuesto en el suelo. Todo es tan confuso.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS