Escuche su voz a través del teléfono y sentí que podría,
dije lo que me había guardado y comencé a llorar, su voz
cambio y se escuchaba preocupado, ahí estábamos en la
misma habitación oscura, la historia parecía repetirse,
puesto que cada vez que decidía presionar el botón y
llamarlo sabia como terminaria todo, me puse de cuclillas
y golpee mi cabeza contra la cama, las lágrimas quedaban
en las prendas que habían en ella, me detuve y la luz se
encendió ahí está ella mirándome preocupada, no quise
mirarla y arrastrarla conmigo, le grite y las lágrimas
salieron de nuevo, y si, solo me quede ahi sin decir nada
más, solo podía pensar en lo que era para ella y para
él, las lágrimas secaron en mis mejillas pero mis labios
parecian de piedra, no podía mostrar nada más que
dos flores marchitas, respiraba lento y mis ojos
comenzaron a cerrarse, vi las pestañas bajar y quedarme
dormida.
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