«Dime qué es»

Dime qué es»

Dime qué es, si no es amor, sentirnos así en la distancia, tener la certeza al vernos, de conocernos hasta lo más profundo del ser.

Dime, contra todo convencionalismo, si lo que nace del alma es mentira, o si hay error alguno, en el sentir de esta forma, con esta certeza que nace, desde lo más genuíno, desde las entrañas.

Anhelo tu ser desde todos los tiempos, me desespera unirme a tí, me quita la calma, y, no puedo evitarlo.

Algún día entenderás, por qué, un día sin saber, al menos unas palabras de tí, causa este tormento indescriptíble en mí.

Aunque sienta en la distancia, lo que siente tu corazón por mí, desde siempre, y así tenga, la más clara constancia de tu amor, que pueda existir… entenderás cuando te llegue este momento, como a mí…

Porque es mútua esta locura, este sinvivir, porque me lo dice tu alma en sueños, en el día, y a cada momento, que me llamas, desesperadamente, sin hablar, sin palabras, solo este sentimiento en el pecho, que me asfixia, que es tu sentir.

Tú, solo puedes ser mi alma gemela, luchando desde todos los tiempos, por estar junto a mí. Y, es tan fuerte tu latido, que llega hasta mi pecho, y me aturde, al juntarse con el mío, con este corazón, que está perdido, desde que supe que existías.

El alma grita desesperada, el dolor de no habernos encontrado antes, mi sangre, mi vida, mi amor, mi alma… te amo hasta la muerte, donde todo se comprende.

Vivamos juntos esta vida, para ser uno, al fin, tras solo Dios sabe cuanta búsqueda del otro. Soy tuya antes de verte, de besarte… de oírte decir… mi amor. Nuestras almas embriagadas del otro, cuando nos acercamos, lo saben. No me abandones jamás.

Tu sonrisa y mi sonrisa, se reflejan en la sonrisa de nuestros ancestros, y en los que viven, en los que nos dejaron. Y, es verte, y verme a mí misma, mi esencia en tí. Me vibra toda la sangre por las venas, de amor.

De amor de mi sangre, de mi alma, y de esta vida también. De todos ellos juntos. Me sobrepasa el ser, tanto sentir.

Estáte muy cerca siempre, no dejes morir mi alma de angustia, lléname de tí, para soportar la insoportable distancia hasta verse, cada vez…