Jugándome la vida

Cierro y abro los ojos. Intento irme, irme lejos. Donde no sienta esta presión. Pero no, me encuentro aquí, con miles de personas gritando. Parece que ninguno quiere aclamarme, solo hay gente de un lado. Del otro, las gradas vacías, en las que imagino, y veo ahí a mi gente, con sus miradas alentadoras, con sus ganas de acompañarme…

Un sonido de silbato parece despertarme y que vuelva al lugar del que nunca me tendría que haber ido. Todos están como locos, yo no sé qué puedo hacer, yo no sé porqué tengo tanto poder… Silban, gritan, ya ni siquiera sé que pensar, yo lo único que tengo claro, es que que sí o sí soy quién define, soy quién marcará algo real.

Otra vez me toca estar acá, sabiendo de que si hago este gol, ellos se quedan afuera y nosotros seremos punteros. ¡Qué bien se siente! Seré el rey, seré el amo, mi foto se compartirá en todas las redes, los diarios me nombrarán, en todos lados hablarán de mí… Pero, ¿Si no lo hago? ¿si la pelota va afuera? ¿si acaso me desconcentro? ¿Si mi tiro es agarrado por mi rival? ¿Qué pasaría? Está claro, que todos me culparan! seré los memes de las redes, seré la burla. ¡Qué tan rápido cambia todo en cuestión de segundos!

¿Acaso nadie piensa en mí? Porque tan sólo yo soy quién sabe lo que es llegar a otro país desconociendo el idioma, alejado de todos, perdido entre tanto ruido citadino, cegado por mi desconcierto, sin saber que hacer más que solo entrenar.

Porque entrenando comprendí que la ciudad del amor era mi lugar, que lejos habían quedado las rayas celestes y blancas. Fue desde ese momento que creí que ya todo se había acabado y que había encontrado la paz. Sin embargo nada resultó así porque hoy estoy en un estadio que no es el mío, con esta que no es mi gente, con mi familia mirándome a través de la TV.

¡Tengo que lograrlo me digo! Nuevamente cierro los ojos y vuelvo a suspirar justamente cuando alguien me toca y me pide que me apure. Hago por impulso la señal de la cruz que alguna vez me enseñó la vieja, focalizo, tomo un poco de distancia, mi cuerpo está inmóvil porque hoy el pibe de barrio, el que llegó joven, el que ya no sabe que hacer, hoy tiene que ser, hoy tiene que ser el toro el que todos vieron alguna vez vieron crecer.

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