Vos mucho habéis tenido que esperar,
pero nunca olvidé vuestra figura,
ni vuestros ojos ni vuestra holgura.
Con vos no logré dejar de soñar.
Hoy me encuentro frente a vuestro mirar,
deseando poder sentir la finura
que os reviste y me lleva a la locura…
No lo entiendo, no lo debéis dudar.
Mi vida, ¿un beso es tanto pedir?
no sois de él, dadlo de corazón,
sé que después deberé ya partir.
Tal rechazo ha parado mi latir,
no llego a entenderos, no hay razón,
me despido, por vos voy a morir.
(Por Cristina Marín Casino)
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