Conociendo a un amigo

Conociendo a un amigo

Elii Martinez

03/09/2018

Giga era una gata muy pequeña, que vivía sola en las calles, mientras que Teo era un perro muy vivaracho quien vivía con sus dueño de forma ostentosa.

Mientras Giga podía morir de hambre, Teo disfrutaba gustosamente de tres comidas al día, sin embargo, siempre sentía que algo le hacia faltaba.

Una tarde el dueño de Teo lo saco a pasear, todo parecía un día normal, el dueño de Teo llevaba una galletas en su bolsillo, para darle bocadillos a Teo mientras este se divertía, Giga se percató de esas deliciosas galletas y se acerco; ella quería probar una, solo una…Así que mientras el dueño de Teo estaba distraído jugando con él, Giga se escabullo para tomar una galleta, para su mala suerte Teo la vio y le dijo:

-!Oye, oye! detente ahí ladrona de galletas.

Giga se espantó mucho; por un momento creyó que Teo se abalanzaría sobre ella, pero no fue así, Teo la miraba y se acercó lentamente.

– Estas muy flaca- dijo Teo; Giga respondió: – Eso es lógico porque yo vivo en la calle.

– ¿Cómo puede ser eso posible?- Preguntó Teo

Así es la vida… aunque no entiendo por qué tú no me ladras ni me correteas como otros perros lo han hecho– No lo sé, cuando te vi robando mis galletas quise hacerlo, pero después vi esa tristeza en tu cara y me surgió un sentimiento extraño, pero no sé qué es…

El dueño de Teo se acerco para acariciar a Giga – Que hermosa gatita – Dijo -Has de tener mucha hambre y frío, te llevaré a casa, no creo que a Teo le moleste.

!Excelente amo! tal vez ahora tenga con quien jugar- Exclamo Teo con sus ladridos; así fue como Giga consiguió un hogar.

Cada noche ella iba y se acurrucaba al lado de Teo para descansar y por las mañanas le encantaba jugar con la cola de Teo, mientras que a este le fascinaba tener a alguien nuevo en casa, sabía que cuando se sintiera triste ya no iba a estar sólo, ahora tenía con quien jugar, con quien reír y con quien disfrutar sus malos y buenos ratos, alguien con quien compartir, a pesar de las peleas entre gatos y perros, ahora sabemos que no siempre suele ser así.

– Me alegra haberte conocido, ahora somos como una especie de familia– Dijo Giga

– ¡Claro! Es eso, ¡Ya sé que sentí cuando te conocí! – Exclamó Teo – Es aquel afecto que los humanos llaman… “amistad”.

FIN

Eli Martínez

+

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS