Las Noches y sus Cielos

Las Noches y sus Cielos

Juan Pablo Bassi

24/08/2018

Las Noches y sus Cielos

Como me colma ese rato, par de horas quizá, en que puedo disfrutar de mi mismo, fumando el cigarro del día, oscura la noche pese a tantas luces del barrio, tenues las estrellas de tan olvidadas. Dicen que se mantienen aún con vida, por obra de la energía consciente que emanan aquellas personas, que aún siguen hablando con el Cosmos.

Basta con irse unas noches a la pequeña Villa Dos Arroyos para ver que hay otros cielos, otro verde, otras caras, bondadosas. Una mujer murmuró una vez que en aquellos árboles moraban hadas y duendes. Es el valle encantado. Como aquel entre Río Negro y Neuquén pero en Traslasierra. Y aunque la urbanización intenta engullirlo el Valle domina desde lo alto, desde los rincones más escondidos del Champaqui y sus serranías, incluso desde la copa de un árbol.

Un pájaro de plumaje marrón se mira allá en el fondo, en la esquina más sombreada del terreno, en un vidrio espejado y también de tinte terracota. Por momentos florea sus alas, baila frente a su par, hasta que ya no soporta esa corta distancia sin rozarse los picos y es entonces cuando se lanza hacia adelante y golpea, ya por enésima vez, contra el espejo.
Por estos tiempos se tejen lazos a uno y otro lado de la Ventana, un peculiar capricho de los Dioses; quizá marcando el camino, futuro sendero de los nuevos peregrinos que andarán tejiendo redes y uniendo pueblos.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS