CAFÉ A MEDIA TAZA
Sobre la silla en posición recta
en la acera de enfrente, se le ve siempre igual,
papel, tinta y un café a media taza.
Grano de tostado obscuro como la noche, sus ojos esperando.
Letras, pensamientos danzando al ritmo del viento,
el tiempo no regresa, solo transforma las promesas olvidadas.
La taza vacía, cenizas en el piso, respira café fresco, otro café.
Siempre igual, esperando
el humo dibuja su figura, humedad en sus ojos.
Vuelve a mirar, solo el movimiento de las hojas en el piso, captan sus ojos.
Lo observan ahí, pasa la gente
saben que mañana estará ahí esperando
con papel, tinta y un café a media taza.
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