lunes 16 de julio :
Una pequeña bestia invisible volvía en nosotros, ahogaba nuestro ruido en medio de la noche inpiadosa.
Ni balas ni golpes dibujaban heridas en su piel forjada de gritos y pálidas atmósferas.
Exumado en las imágenes que sangraban desde mis sueños, en su vigilia eterna y bajo el dominio absoluto de mis facultades oníricas, diseminaba un terror incansable que golpeaba mis manos durante largas noches.
Volvía en mi después de una tormenta extenuada, momento exacto en que ambos mundos implosionan.
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