“Al terminar un cuento me sentía siempre vaciado y a la vez triste y contento, como si hubiese hecho el amor (….) aunque para saber si era bueno tendría que esperar a releerlo el día siguiente.”
Ernest Hemingway
La tarde, como es de costumbre llegaba a su fin con su firmamento carmesí en la distancia, un son cubano interpretado por Buena vista social club acompañaba esta melancólica despedida, los aromas de café y anís se mezclaban con el tabaco, la copa en mi mano estaba por terminarse, mientras eso ocurría mi mente discutía con mi cuerpo en si debía pedir un poco mas o sencillamente ponerme de pie y marcharme. Afuera, en la calle, los pequeños cúmulos de agua que habían quedado de la lluvia de esta mañana dejaban entrever unos cuantos cristales regados y reflejados por el infinito. El invierno era evidente, pues a pesar de encontrarme dentro de un café bar, se lograban sentir las brisas heladas del agosto que había caído; al frente al otro lado de la ventana y sobre los cúmulos de agua, la gente afanada por llegar a sus destinos cruzaba de norte a sur y de oriente a occidente, parecían danzar en búsqueda de un destino desconocido llevando su cuerpo al ritmo de la vida.
Algunas veces solía imaginarme a donde iba cada quien, será que irá a casa a verse con su esposa y sus hijos o sencillamente llegaría a ver a su mascota y desconectarse del ruido del mundo por unas horas, o quizá también llegaría como yo lo haría, entrando a una habitación sin compañía alguna mas que el claro de luna que evoca a la soledad, me gustaba creer que todos teníamos historias que ocultábamos y que de una u otra manera escribíamos esa historia en la memoria de los que nos conocían de verdad, aún siendo cierto que nadie nos termina de conocer cuando pasan los años.
Por mi parte estaba en ese café organizando mis ideas y mis pensamientos, frente a mi una carta hecha a puño y letra de la persona que más había amado en la vida diferente a mi familia, la cual me dejaba entre la espada y la pared, entre el olvido y la eternidad, en pocas palabras sus letras simplemente me desarmaron. Sabia que esto tarde o temprano habría que llegar, pero jamás estaría preparado para lo que sucedería. Siempre había procurado tener el control en todo y ahora esto, entre la duda de mis falencias y el amor que sentía solo podía pensar cual sería la respuesta adecuada o que palabras precederían ese sentimiento. En la carta solo habían unas pocas palabras, pero estás eran lo suficientemente penetrantes para ponerme a pensar si mi deseo de seguir amando se mantenía o simplemente me resignaba a la soledad, la carta decía «Quiero que sepas que te amo, pero antes de seguir con esto, quiero que entiendas que lo que hiciste, que quien fuiste me dolió mucho más de lo que tu pensabas. En verdad deseaba todo contigo, mi vida, mi historia y mi destino, pero no puedo volver a sentir lo mismo, no puedo sentir nada más allá de una amistad, y no porque no quiera estar a tu lado, en verdad lo añoro, lo deseo, y lo elijo, pero no puedo, porque tengo miedo que me lastimes otra vez, y sabes, solo por esta vez no quiero aceptar unas disculpas que en el pasado me tranquilizaron, en esta ocasión eso no bastará…» No decía nada más, esas letras las leía una y otra vez y en mi mente un torbellino descontrolado hacia que sintiera mi corazón vació y a punto de salir, sentía una rabia silenciosa que solo era igual de amarga al café que aun quedaba en mi taza.
Las gotas empezaron a caer sobre la acera, y un torrente de recuerdos se apoderó de mí. Cada instante de nuestra relación pasó fugazmente ante mis ojos cerrados: el primer encuentro, aquel beso inicial que selló nuestro destino, las risas compartidas que resonaban como música en el aire, y las lágrimas que tejieron un lazo aún más profundo entre nosotros. Recordé cada vez que tomé su mano, perdiéndome en la calidez de sus ojos marrones tras sus lentes. Con cada caricia a su cuerpo sedoso, revivíamos sueños apasionados que parecían eternos.
Pero también vinieron a mí los desafíos, las promesas rotas de ambos lados, los momentos de desinterés y desencuentro. Todo se agitaba en mi mente en un flujo incesante de emociones que solo podían emanar en palabras entrecortadas, como lágrimas que brotaban de un rincón profundo de mi corazón, donde su nombre había quedado grabado. Al final, todo desembocaba en un silencio incómodo, una distancia creciente entre nosotros, profundizada por lo que había ocurrido en el último año.
deje de escribir y pensé, pensé en como responder a su mensaje, aun con el corazón entre las manos, y con una lagrima invisible que nadie había mas hecho, me llene de valor una vez más y aun sabiendo lo que sentía, me enfrente al silencio y espacioso vacío de mi agenda y simplemente deje que fuera mi corazón junto con mi realidad quienes hablaran.
Hola,
No se como te encuentres hoy, espero que bien, no se como empezar esta carta, creo que con lo que siento es lo mas sencillo, simplemente Te Amo, que palabras tan cortas, pero tan profundas, y me dio la idea de expresar que es ese sentimiento, que es el amor, una decisión, una elección, tu y yo hemos hablado mucho de que es el amor para cada uno de nosotros, como lo vemos, de que lo componemos y como se debe manifestar frente a los demás, incluso de que haríamos el uno por el otro por amor, pero sabes esto es lo que pienso del amor:
La verdad es que el amor, en su esencia más pura, es mucho mas que un simple sentimiento pasajero; es una fuerza vital que trasciende la emoción. Es una danza delicada que se bate entre la libertad y el compromiso, es un tejido entrelazado de sacrificios y promesas, de renuncias y esperanzas compartidas. El amor es la voluntad de ofrecerse en cuerpo y alma, no solo en momentos de éxtasis, sino también en los abismos más profundos de la vida, es darle el poder de destruirte a la otra persona y que de ser así, también le das el poder de construirte.
El amor es un puente que se construye entre silencios y palabras, entre acciones y miradas, donde los límites se negocian en el respeto mutuo y los errores se perdonan en el calor de un abrazo, aun habiendo errores que pesan mucho mas que otros. El amor es saber que, a veces, el verdadero acto de amar es soltar y renunciar a cosas de uno mismo que no dejan florecer al otro. Pues el amor es también un campo de flores y las espinas crecen juntos, frente a la belleza, y en donde el verdadero valor no reside en la perfección, sino en la capacidad de mantenerse firme cuando las tormentas azotan el jardín.
Por ultimo, el amor es un pacto tácito, una promesa no siempre hablada pero siempre sentida, de caminar juntos aun cuando el camino se vuelve pedregoso, de sostener la mano del otro incluso cuando el peso se torna insoportable, aun cuando ya no te sientes enamorado. Es saber que, aunque cambien las estaciones, aunque el tiempo erosione las ilusiones iniciales, hay una verdad inmutable en el corazón: el amor, en su forma más sublime, es elección y permanencia.
Leyendo lo que acabo de escribir entiendo que tanto amor nos tenemos el uno al otro, que tan profundo ha sido este sentimiento y que tan doloroso ha sido nuestro camino. Siempre hemos querido negar lo débiles que hemos sido el uno por el otro, siempre negando cambiar cosas y aceptando cosas que no se debían aceptar, al final las palabras no fueron coherentes con los actos y los actos tampoco lo fueron con los sentimientos, pero sabes, al final seguimos aquí, uno cerca del otro, no como quisiéramos estar, no como podemos estar, simplemente como llegamos al inicio.
La verdad es que sé que fallé. Lo sé porque sentí cómo mi mundo se desmoronaba cuando me dijiste que estuviste con otra persona. En ese momento, me invadió una mezcla de impotencia y rabia, pero sobre todo, dolor. Me sentí lo peor del mundo, no solo por lo que había sucedido, sino por haberte dejado llegar a ese punto. Y lo peor de todo es que, dentro de mí, pensé: «Espero que al menos le haya gustado». Qué idiota fui. Al pensarlo, me di cuenta de cuán bajo había caído. Supongo que de la misma forma te sentiste tú al descubrir lo que pasó conmigo, cuando traté de justificarlo con la excusa del alcohol. Qué ingenuo, qué cobarde fui. Después de todo aquello, no podía mirarme al espejo. No podía enfrentarme a ti ni a mí mismo. No porque creyera que no podía cambiar, sino porque sentía que ya era demasiado tarde para nosotros. Sabía que estabas cansada, agotada de tantas pequeñas traiciones, de las heridas que no sanábamos, y que al final, la distancia parecía ser la única salida que tenía sentido, no importaba lo que habíamos hecho con otras personas, si no lo que nos habíamos hecho el uno al otro.
He perdido la cuenta de cuánta tinta he derramado en escritos que llevan tu nombre, porque la mayoría de mis palabras nacen de ti. Mis letras te pertenecen. No sé si habrás llegado a leer hasta aquí, si estas palabras te estarán tocando de alguna manera, o si simplemente las estás leyendo para olvidarte de todo. Mientras las escribo, me siento desconectado de ese mundo hermoso que solíamos compartir. Pero si aún sigues aquí, necesito que sepas lo que siento ahora. Quiero correr hacia ti, abrazarte, besarte, decirte que siempre fuiste tú y que siempre serás tu. Aunque creas que mis palabras o actos buscaban a alguien más, la verdad es que siempre estuve destinado a ti. Fuiste la única persona con la que quise pasar el resto de mi vida, la única con la que imaginé escribir cada nuevo capítulo, pues con nadie más había hablado la idea de un matrimonio o de vivir juntos.
Ya no se cuanta tinta he derramado en mis escritos a favor de tu nombre, y es que podría decirse que mis letras te pertenecen, pues la mayoría de ellas han sido expuestas pensando en ti, no se si habrás llegado hasta aquí, si estarás sintiendo algo de verdad dentro de ti, o si solo estas leyendo esto para olvidarte de todo, pues mientras las lees yo estoy desconectado de un mundo hermoso. Si llegaste hasta aquí, necesito decirte lo que pienso ahora, pues la verdad quiero salir y correr por ti, abrazarte y besarte, pues solo has sido tu, y aunque creas que mis actos o palabras buscaban a otras personas, mi destino siempre has sido tu, y es que has sido la única persona a la que he deseado se quede por el resto de mi vida para escribir un capitulo nuevo cada vez, no creas que es una carta para que vuelvas, no lo puedo hacer, no puedo ser tan cobarde de decir ámame y ya, perdóname y olvida el pasado, no puedo, porque no podemos estar ahora juntos, no podemos borrar las cosas y hacer que nada haya pasado, porque la memoria siempre ha sido tanto una aliada como una enemiga de nuestra relación.
Cuando te veía, siempre te veía en tu presente. Sabía que habías dejado un pasado atrás, pero eras la única que veía en mi futuro. Un futuro lleno de anécdotas, cicatrices, y sonrisas que solo nosotros dos entendemos. Sé que no ha sido fácil, que nos perdimos en la confusión de las palabras no dichas y de lo que no supimos manejar. Pero, después de tantos años, de tantas oraciones y ruegos, cada vez que rezo, solo tu nombre aparece en mis labios. Solo el tuyo. No puedo luchar contra lo que siento, porque al final del día, no importa cuántas veces nos hayamos equivocado o cuántos desafíos hayamos enfrentado, sigo creyendo que somos nosotros quienes debemos caminar este camino, juntos.
Sé que el mundo —familia, amigos, las opiniones de otros— siempre tendrá algo que decir. Que tal vez no somos lo ideal, que no encajamos. Perdóname si alguna vez te hice creer que eso importaba más que tú. La verdad es que siempre he sido un hombre de familia, y siempre he priorizado a mi familia porque ellos estuvieron allí en mis días más oscuros. Pero esa prioridad cambiaría solo para crear una nueva familia, una que siempre he imaginado formar contigo. Porque, en mi mente, la vida que quiero construir es contigo. A tu lado. Creando un mundo que sea solo nuestro.
Te lo dije una y otra vez, y aunque ahora no estemos juntos, aunque no podamos estar como pareja, yo te sigo eligiendo. Hoy y siempre. No puedo cambiar el pasado ni borrar las cicatrices que nos dejamos. No puedo hacer desaparecer las lágrimas que derramamos. Pero sí puedo prometerte que estoy dispuesto a luchar, a seguir trabajando en mí, a demostrar que puedo estar presente, fuerte, por mí y para ti. Y aunque ahora estés lejos, mi corazón seguirá esperándote. Porque, al final del día, sé que somos más fuertes juntos, pese a todo.
Atte: Siempre tuyo (Quien te ama con locura y silencio)
Cerré el cuaderno y me acabe el café, no me había dado cuenta que las lagrimas emanaban a borbotones desde las comisuras de mis ojos, así que pensé, cuan desgarrador era el grito debía de estar haciendo mi corazón, amando a quien no puede tener y la mente extrañando a quien no puede ver, No podía esperar para guardar estas letras y hacerlas desaparecer, pues no buscaba un llamado de emergencia, una disculpa o pedir perdón, el orgullo no me dejaba y quizá, el de ella tampoco la dejaría leer, pensé mucho en si dejarle leer o no, pues solo ella tendría la respuesta de amar y dejar, eso tenia seguro en mi mente, o eso pensaba, que ella simplemente me diría me quedo, pero no como quieres, te quiero, pero no como esperas, te dejo, pero no para siempre, pero no me esperes, más de lo que ya me has esperado, pues te amo, pero me alejo…
Que dicotomía tan fuerte, solo se que estas noches serán eternas en su ausencia, pues su vacío no se borra aun sin memoria
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