Me observó, y temblé. Cada parte de él derrochaba sensualidad, puedo asegurar que ni siquiera él era conciente de todos los sentimientos y sensaciones que me hacía sentir con una mirada, algunas veces chocabamos palabras pero nunca paso de ahí, comencé a hacerme la idea qué era una perdida del tiempo engancharme con él, ¿Quién no se había flechazo alguna vez con el imposible? ¿Tenía miedo? ¡Por supuesto qué si! Casi estaba por mearme en el vestido si no recordaba qué estaba en el mismo salón que el, pensándolo bien, podía fingir indiferencia, pero incluso me dolía no dedicarle una mirada, hay que pensarlo juntos. ¿Estaría bien ignorarlo? ¿O conquistarlo desde las bancas? Ninguna de las opciones eran viables, tenía que acercarme mínimo a pedirle la hora, algo tonto pero podía funcionar.
¿Saben que? Fracasé, como todo lo bueno fácil llega, fácil se va, nada persiste tanto tiempo, se fue, y no le culpo estar conmigo era una perdida de tiempo, por mucho qué me haya flechado, no mentia cuando dije qué temblé, incluso sigo sintiendo las piernas de Bambi, no tiene sentido amigos, ir por ahí ignorando lo todo, cuando al final sabes qué esa persona, ese hombre ha tocado tus entrañas, las ha tocado muy dentro y ahora parece no querer irse, sino acogerlo más, solo espero no causarle daño de lejos conmigo indiferencia. Le escribiré cartas anónimas para hacerle saber qué es mi chico azul, aquel que no decepciona. Al menos a mí no.
OPINIONES Y COMENTARIOS