Capítulo 3
Abro los ojos lentamente y miro al rededor, jadeo cuando me doy cuenta de que estoy en un bosque… de noche. Empiezo a respirar agitadamente y digo lo primero que me viene a la cabeza – ¡Estoy en la dimensión de Slender! – mientras mis manos se posan en mi cabeza.
– «Qu… ¿¡Qué carajos estas diciendo!? ¡Esto no…!» – Un aullido a lo lejos la interrumpe y me hace mirar a todas partes y por último hacia el cielo – «Luna llena» – susurra y por un momento se queda callada para después hablar – «Corre… ¡Corre!» – hago caso sin titubear y en el momento en que doy los primeros pasos escucho a alguien o algo seguirme. Un escalofrío recorre y hace reaccionar extrañamente a mi cuerpo mientras corro por el bosque a todo lo que doy, salto sobre las rocas grandes y ramas gruesas en el suelo para darme impulso y alcanzar más distancia entre yo y lo que me persigue.
Miro constantemente hacia atrás para ver que lo que viene tras de mi no logre alcanzarme y así es por unos momentos hasta que empiezo a escuchar gruñidos cada vez más cerca y basta el par de ojos rojos en la oscuridad tras de mí para que las ganas de sobrevivir se hagan más fuerte.
Intento correr más rápido pero es imposible, estaba intentando alejarme de aquello que me acosaba en la oscuridad ya a mi velocidad máxima. Sé que solo es cuestión de tiempo para que me atrapen pero no me daré por vencida tan rápido.
Corro a través de los árboles y los arbustos tratando de despistarlo y estos como consecuencia a mi paso van arañando mi vestimenta y mi cuerpo en las partes visibles pues, el arañazo en mi brazo se siente tan grande como para hacerlo sangrar, cosa que trato de no tomar en cuenta y aún con el ardor de este sigo corriendo.
Sé también que lo que estoy haciendo no es normal para un humano común y corriente, me siento muy ágil y ligera y aun después de correr a cierta velocidad y por varios minutos no me siento más que un poco agitada ya que cansada no estoy, cosa que me impresiona.
Sigo corriendo unos minutos más y todo parece estar bien por un momento hasta que mis piernas se enredan y por consiguiente termino en el suelo rodando unos metros más adelante quedando boca arriba y con mis ojos cerrados debido a lo sucedido.
Con el corazón en la mano y el terror en mi rostro abro lentamente mis ojos y logro ver como los ojos rojos lentamente van cambiando a un tono azul extraño, un azul que yo conozco, mi respiración se hace aún más errónea al reconocerlo completamente aun en la semi oscuridad – «Son los ojos de…»
Como puedo me siento y me quedo petrificada, es obvio que no puedo moverme mucho y por mi ropa, mis brazos, así como la sensación de algo escurriendo por mi rostro y el ardor que siento en este momento me da a entender que sangro y aun así es lo que menos me importa.
Estoy en shock preguntándome el ¿por qué me persigue? ¿Qué quiere de mi? Trato de levantarme pero no consigo nada mientras él mira detenidamente todo lo que hago mientras sale completamente hacía la luz de la luna. Y por la forma en la que actúa parece un lobo cazando a su presa. He visto documentales ¿vale?
Empieza a acercarse a paso lento, sus ojos como siempre se muestran fríos pero tiene una sonrisa sínica y malévola la cual promete cosas no muy buenas y/o sanas para mi corazón y no sé por qué pero eso hace que este último salte. – Por favor – susurro con la voz temblorosa pero ¿Qué le pido? ¿Que no me mate? ¿Que no me siga mirando de esa forma que parece violarme muy mal con la mirada?
El alza una de sus cejas esperando a que yo siga con mi ruego pero no me dejo intimidar al ver que es su mirada burlona. El miedo y el nerviosismo son remplazados por el enojo que crece cada vez más.
– Te dije que no escaparían de mi bella Mary – saco coraje para volverme a poner de pie y le muestro el dedo medio para después girarme y salir corriendo pero cuando logro hacerlo, él ya está frente a mí. Pone una de sus manos en mi espalda y la otra en mi cintura – Eres mía Marina – mi cerebro deja de funcionar, se acerca y respira sobre mi cuello para después emitir un gemido de satisfacción – tu olor y tu sangre, todo en ti me pertenece
Se aleja sin soltarme y sonríe una vez más, lo observo mientras lo hace y es entonces que mis ojos caen a un lugar en particular. No puedo creer lo que veo entre sus besables labios, sus colmillos se alargan y logro retroceder unos centímetros cuando mi cerebro empieza a funcionar nuevamente, aun con el creciente enfado lo miro despectivamente.
– No soy de nadie Harrison y mucho menos tuya – contesto prácticamente escupiendo las palabras y por el cambio en su mirada sé que no le gusta mi respuesta y eso me hace sonreír, está furioso y comprendo que enojarlo es peligroso siendo el un vampiro pero luego sonríe, cosa que me confunde. Se acerca nuevamente a mi cuello y vuelve a inhalar provocando que mi cuerpo se estremezca y reaccione vergonzosamente ante él.
– Aunque tu boca lo niegue, tu cuerpo lo acepta Marina – siento su lengua en mi cuello y logra erizar mi piel y sacarme un gemido entre varios suspiros – estas excitada, lo puedo oler – siento mi cuerpo erizarse nuevamente pero también siento algo que raspa esa zona y mi corazón empieza a latir arrítmicamente al darme cuenta de que es o que son y lo que piensa hacer con ellos.
En el momento en que sus colmillos me marquen nada podré hacer, seré suya para siempre.
No soy estúpida, he leído demasiados libros como para no saberlo.
– No… – empiezo a removerme – por favor no lo hagas. – toma la parte trasera de mi cabeza agarrando un puñado de mi cabello obligando a mostrar mi cuello. El vuelve a pasar la lengua por el cuello y no puedo evitar responder a él. Escucho su risa mientras tiemblo y respiro agitadamente.
– ¿Lo ves? ¿Lo sientes? Tu cuerpo te traiciona Marina – besa mi cuello lentamente hasta detenerse en un solo lugar, vuelvo a removerme pero esta vez es el quien se restriega a mi cuerpo, haciéndome notar cuan duro está por mi. Y por la sensación y por lo que he sentido, el será capaz de romperme en 2 – me perteneces y ya es hora de que lo sepan todos. Y ni tú ni nadie… podrá detenerme– dice susurrando en mi oído y mi cerebro hecho papilla capta tarde sus palabras cuando sin previo aviso… lo siento morder mi cuello.
(….)
– AAAAAAAH!!!!! – ¡Bam! Azoto contra el suelo, mi respiración sigue agitada y me toco el cuello recordando la sensación – dios…que horror…- lentamente me levanto aun temblorosa y con las sensaciones a flor de piel. Es obvio que me he caído de la cama pero… – «¡MAL-DI-CIÓN! ¿¡Qué fue eso!? ¿¡Por qué soñé con él!? ¿¡Y por qué me atacó!? ¿¡Por qué tenía sus ojos rojos!? ¿¡Por qué rayos era un vampiro!? ¿¡Y por qué mierda eso lo hace más sexy de lo que es!?» – Maldito seas Harrison.
— «Muchas preguntas niña, solo ten en cuenta que a veces los sueños se hacen realidad» – sacudo la cabeza.
— ¿Que? ¿Cómo que realidad? — no responde y suspiro cansada — si no me ayudas mejor no hables – vuelvo a suspirar y el recuerdo de su mirada en mi hace que me estremezca, el que provoque ciertas reacciones en mi cuerpo no es bueno, no es nada bueno y lo maldigo nuevamente por ser tan sexy aunque en su forma de Vampiro cabreado da miedo… Mucho miedo.
— “Y te excita” –
— Idiota – le susurro y esta se ríe – De que te ríes lo digo enserio.
— “Yo también, ¿notaste como reaccionaste a él? No por nada estas más sudada de lo normal” – gruño ante sus palabras, tiene razón pero por nada del mundo lo aceptaré, si lo hago presiento que ella no me dejará en paz en todo el día, además… quien no reaccionaria así frente a Harrison en modo vampiro sexy y malévolo con sonrisa arroyadora.
Miro mi despertador y son las 6 de la mañana a sí que con el susto y el coraje en la garganta tomo una muda de ropa y me dirijo al baño a darme una ducha bien fría.
Empiezo a lavarme y miro mis muñecas, algunos cortes ya se han cicatrizado y otros como los recientes están sanando por lo cual me da picazón así que me los rasco como de costumbre haciendo que me volvieran a sangrar. Frunzo el señor al sentir cierto ardor en mi antebrazo, lo encojo y miro el revés de este viendo una gran línea, va desde mi muñeca hasta un poco más de la mitad de este.
Un pequeño flash de mi corriendo entre la maleza llega a mi cabeza y no sé cómo ni por qué lo tengo si se supone me sucedió dentro del sueño.
Suspiro con miedo y termino de bañarme y alistarme justo 15 minutos antes de las 7, hoy he decidido dejar mi cabello suelto y así nomás tomé mi bolso y bajé a desayunar. A las 7 con 15 saldríamos para que mamá me dejara en la escuela y ella se fuera a su trabajo. Y justo estaba dando una mordida al sándwich que mamá me había preparado cuando siento un escalofrío, el mismo que había sentido ayer.
Peligro, mi cuerpo me lo grita a todo pulmón y me llamarán loca pero incluso hasta el nerviosismo de mi según conciencia la sentía nuevamente, era como si tratara de ocultarse. Levanto la vista pues estaba de frente al refrigerador y en este se reflejaba la ventana, lo que veo me heló la sangre. Empiezo a temblar, mi corazón late a mil, lo que estoy mirando era la sombra de una persona.
Giro rápidamente pero ya no hay nadie – ¡Mamá!… ¡Mama! – me levanto y me quedo mirando hacia la ventana hasta que mi madre entra en la cocina sé que me mira y mira a la ventana misma. Se acerca y ella… ¿Gruñe? – ¿Eso fue un gruñido? – sacudo la cabeza. – Olvídalo, había alguien ahí observándome.
Empiezo a hiperventilar – tranquila cariño respira, despacio, eso es. – las ganas de huir, de alejarme de aquí Me llenaron y las lágrimas empezaron salir sin control al no saber que sentir y solo quiero una cosa, quiero que Harrison me abraze
– ¿Tranquila mi niña? ¿No llores?- la voz de mi madre me empieza a tranquilizar, respiro hondo y contesto.
– Creo que me estoy volviendo loca…
-No lo estás cariño ¿por qué dices eso? – Pregunta mi madre frunciendo el ceño
– Soñé con Harrison – ni loca le digo que lo vi como un vampiro — él dijo que soy suya y que no podré alejarme de él. Y lo peor de todo es que cuando vi la sombra lo primero que pensé cuando no llegabas fue en que quería que él estuviera aquí abrazándome… Que él me cuidara. Por Dios lo acabo de conocer y es el estúpido arrogante más grande de la tierra y… y…
– Y te gusta. – dejo de llorar al instante en que escucho sus palabras.
– Sí, es eso – me limpio las lágrimas — o de seguro es tu imaginación – digo haciendo el arco iris imaginario de mi querido Bob Esponja mientras dejo que seque mis lágrimas, me mira mal y yo me río – Bueno señora imaginación olvide lo que dije será mejor que nos vayamos – hablo para que no se sienta tan tenso el momento después de recordar por qué ella está aquí en la cocina conmigo.
Por un momento estoy mejor hasta que recuerdo las palabras de mi «conciencia» de que a lo mejor podría llegar a hacerse realidad – «Pero… es imposible, ¿verdad?» – suspiro y sigo dándole vuelta al asunto del sueño y en todo el camino a la universidad mi madre no dijo nada y si de por sí ya estoy nerviosa al despedirse mi madre me deja peor, no sé el por qué de sus preguntas pero si sé que sospecha de mi conciencia y eso es más extraño aún que mi sueño.
– Mary… – la miré – te aré unas preguntas y quiero que me las respondas con la verdad ¿ok? – Asentí – ¿escuchas alguna voz en tu cabeza? – Su pregunta me sorprendió pero más me sorprendió escuchar a mi conciencia pedir que lo negara.
– «Dile que no»-
– No –
– ¿Estás segura?
– «Dile que si»
– Si
Al parecer no me cree pero aun así suspira y vuelve a mirarme – Aré de cuenta que te creo, ahora, al estar cerca de ese muchacho, Harrison – mi rostro se calienta y ella sonríe – ¿sientes algún olor en especial? – Asiento y ella igual – Bien, entonces…solo ten cuidado ¿sí? – sus palabras me extrañaron y al ver mi cara de confusión repite sus palabras – En serio mi niña cuídate mucho y de lo de esta mañana, le aré el comentario a tu padre a ver qué puede hacer ¿ok? – entonces asentí.
– «Así que sí pasa algo, ¿por qué haces que mienta a mamá?» – pero conciencia no responde – ¿Por qué Ma? ¿A qué te refieres? – ella da un suspiro de frustración mientras se pasaba una mano en el cabello.
– Pu…pues sabes lo que te he platicado lo de tu padre, el que es cazador y que hay muchos como el que pueden estar detrás de nosotras y tú no te darías cuenta de que persona lo es. En fin, no dejes que te maltraten ¿ok? Y si llegas a sentirte extraña avísame y te vendré a buscar. – me dijo un poco nerviosa así que evito el girar los ojos… Sigo pensando que Víctor la ha vuelto loca. Asiento nuevamente con la cabeza dándole una sonrisa tranquilizadora aunque creo que fue más una mueca.
– «Te explicaré luego» –
– Si Ma, no te preocupes les daré batalla –
– ¡Eso mi niña! Bueno ahora bájese porque a mí también se me hace tarde. – Le di un beso de despedida y salí del coche.
Ya dentro de la escuela el infierno empieza, todo el mundo está con la mirada hacia mí tampoco voy a decir que no sé por qué puesto que es la primera vez que suelto mi cabello es largo por que no me gusta corto…lo odio. Bueno regresando al tema llevo como siempre una manga larga a cuadros con un pesquero azul de mezclilla y mis convers, estaba a punto de llegar a mi casillero cuando me empujan con tal fuerza que termino en el suelo.
– ¡Ups!- dijo una voz chillona – Lo lamento gordis pero es que eres tan obesa que tapas el paso. – me mira altiva y arrogante mientras se inclina hacía mi – No te metas en mi camino o quedaras hecha mierda.
Es una advertencia, pero ¿Por qué? Todos a mi alrededor empiezan a reír y sentí mis ojos llenarse y la desesperación llegar a mí pero mi conciencia me hace entrar en razón con su regaño.
– «¡Maldición dijiste que no ibas a llorar otra vez! ¡Levántate Mary! ¡Si ella es perra tú con mucha más razón lo eres más!» – y llenándome de valor me levanto y mi mano se estampa en la cara de la estúpida mayor, le he dado una bofetada. Todo el mundo deja de reír y el silencio reinó hasta que ellasin poder creerlo aún, habla.
– ¡Como te atreves maldita ballena! – dice colérica con una mano en la mejilla que empezaba a hincharse.
– Ballena tu abuela gusano desnutrido – dije mientras me giro a abrir mi casillero, saco mis libros y cierro de nuevo – cuando quiera pleito con una puta zorra serás a la primera que hablare ¿ok? – Le digo con una gran sonrisa un poco sínica y me alejo haciendo de esa sonrisa sínica una verdadera, pues por primera vez me he defendido. Algunos ríen otros aplaudieron y unos más silbaron haciendo que mi sonrisa se ensanche. – “Gracias…”
— “Siempre estaré contigo Marina”
Me doy cuenta que Sr. Arrogante me mira, se que había sonreído después de mi golpe a la zorra, o eso creo. ¿Ha caso era una de orgullo? No lo sé, desvío mi rostro por la sensación de calor en el pero cuando trato de encontrarlo nuevamente entre la gente que va y viene el ya no está.
Camino hacia el salón y estaba a punto de entrar cuando siento esa sensación de peligro en mi espalda, giro y miro por todos lados pero solo veo al montón de estudiantes dirigirse a sus salones. – «¿qué es está sensación?, es como si…»
– «Nos estuvieran vigilando» –
– «Si, tengo la sensación de querer huir de algo… pero a la vez siento tristeza y hace que me duela el corazón, ¿por qué estoy sintiendo esto?» Pero ella ya no contestó y entre al salón, mis ojos se posaron en él y automáticamente mi cabeza me hizo recordar el sueño al ver su fría mirada hacia mí. Sin esperar mucho empecé a temblar y tuve que respirar profundo para poder tranquilizarme – «No pasa nada Mary, fue solo un sueño, solo un sueño» – me dije a mi misma dándome valor camine hacia mi asiento y adivinen que… oooh si, el maldito tenía su mochila nuevamente en mi asiento ¡OTRA VES!
Tomo su maldito bolso y lo arrojo al suelo a un lado de sus pies y me siento en mi silla como si nada hubiese ocurrido. Se gira a verme y yo a él, sus ojos… sus ojos eran como los de mi sueño… llenos de odio, mi corazón no pudo evitar dar un vuelco y el dolor que este emitía era fuerte pero aun así no me rajé, lo vi levantar su mochila… se paró y asentó el bulto con un poco de fuerza en mi escritorio.
– Esto se queda ahí – Mi garganta se cierra de golpe y mi cuerpo reacciona a él, quiero morder mi labio para no gemir porque maldita sea soy virgen pero sé de que van las sensaciones.
-«¡Santos calzones mojados! ¡Pero qué voz! Creo que estoy hiperventilando… ¿Lo estoy haciendo? ¿No? ¡Ay! ¡Gracias a las mariposas en mi estómago que no!» – siento mi corazón parar de golpe y comenzar a latir a mil, suelto el aire que no sabía estaba aguantando. – «Maldito seas por estar tan bueno»
– «¡Calma Mary! Recuerda, ¡Perra Mary! ¡Perra mode on!»
– Mira niñito – Digo mientras lo señalo con mi dedo y el al escuchar como lo llamé alzó una de sus cejas – «¡Por dios me va a dar un infarto y un derrame nasal de tan sexy que se ve!»
– «No… no desfallezcas Mary t… ¡tú puedes!»
– «¡Tú estás igual que yo tonta!» – ¡si quieres tu mochila encima de algo va a ser encima de ti, de tu escritorio o sobre el suelo pero en mi lugar no, entendiste! – veo que por alguna razón no me presta atención. ¿Que miraba? ¿Mi dedo? – «¡o por dios!» – no, no miraba mi dedo si no mi muñeca – «no no no no no esto no puede estar pasando maldición, él no puede verlo y ni que pudiera olerlo, no puede ser un vampiro ver… ¿verdad? ¿¡VERDAD!?» – mire bien mi muñeca y esta estaba manchada de restos de sangre – Oh rayos – lo mire y él estaba viendo mi manga y mirándome a mí como… como si fuera… a… ¿comer…me?
Lo escuché tragar con dificultad y sentí el ya conocido escalofrió hasta que vi que se sentaba otra vez y cerraba fuertemente sus ojos – No lo hagas – dijo en un susurro
– «¿Que mier…?» – No te he hecho nada – me toma la mano y sube la manga al antebrazo tan rápido y fuerte que el botón de la muñeca se rompe, ve que mi brazo está lleno de cortes y volvió a cerrar sus ojos, respira y me mira nuevamente y creo que aún más enojado.
– No… lo…hagas – me dice entre dientes, como si le costara decirlo.
Tiro de mi brazo fuertemente logrando que me suelte – ¿¡Quién te crees que eres!? ¡No eres nada mío como para decirme que debo o no debo hacer así que déjame en paz!
Apreta sus puños conteniéndose creo yo el gritarme y se levanta, agarra sus cosas y se dirige a la puerta, ya en ella se gira y como si fuese una amenaza habla – Eso lo veremos.
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