Juguetes.

Dice la RAE que un juguete es un objeto con el que los niños juegan y desarrollan determinadas capacidades. Término también aplicable a una persona dominada por alguna fuerza externa o por alguien que la mueve y maneja a su antojo. Ambas me parecen definiciones apropiadas y correctas para este término. Juguete.

Un día estás en tu habitación aburrido, no sabes qué hacer, lo coges y juegas. Al rato te cansas y lo devuelves a la estantería. O peor, lo dejas tirado por el suelo de la habitación hasta que acaba en una esquina debajo de tu cama.

Te prometes a ti mismo una y otra vez, que luego lo recogerás, pero nunca llegas a cumplir tu promesa. Y lo olvidas. Lo olvidas porque en el fondo sabes que no se va a ir. Que no se va a mover de ahí nunca y que siempre va a estar a tu disposición cuando quieras jugar. Que no se va a quejar cuando lo dejes, cuando lo tires, cuando lo olvides. Porque no puede. Sabe que si lo hace, te perderá para siempre.

Lo que tú no sabes es que el juguete está cansado. Está cansado y roto por dentro. De almacenar polvo cada día, de sentirse abandonado, de verte cada día y no poder decirte nada. De disfrutar de ti sólo cuando a ti te apetece. De esperar día tras día manteniendo la fe de que vuelvan tus ganas de jugar, aunque solo sea por un rato. Pero te vas haciendo mayor y esas ganas vuelven cada vez con menos frecuencia, hasta que un día se van por completo. Con ellas se va tu risa, los posters de coches y tú. Tú también te vas. Físicamente sigues estando, pero ambos sabemos que no eres tú. Has cambiado. Y sabes que me encantaría decir que a mejor, pero no es así.

A pesar de todo quiero que sepas que los juguetes van a estar ahí, siempre. Jamás te dejarán ni se irán de tu lado. Nunca te echarán en cara que les hayas abandonado durante meses. Cuando quieras jugar estarán a tu disposición. Cuando quieras reír, cuando quieras llorar. Cuando necesites desahogarte ellos te escucharán durante horas. Como han hecho siempre. Como hemos hecho siempre. Como yo he hecho siempre. Y como sabes que siempre haré. Estaré.