Envejezco sin que pase el tiempo

Camino tan liviano que no parezco pisar

y la breña acaricia el suelo

a pesar de mis suturas y mi sangre coagulada

mis lagrimas sin color

y mi dibujo sin sentido que intentan descifrar

mientras liban mi sangre

Trovando en mi mente que soy alguien

y en mi garganta el fragor sin sonido

En pedido de ayuda tengo desprendido un lazo de mi tripa

que se ata y se desenreda como cabello de lino

que ni los dioses logran sostener

y aun así es lo único que mantengo a la luz.

Estoy en todo ser vivo,

fluyo en cada uno y su entorno

puedo ser calmada para susurrarte

o puedo ser tu pesadilla para despertarte

puedo impedirte ver

y no, no soy el agua

no soy algo puro que se encuentra en los tres estados

ni la sangre que te mantiene vivo

Ni el negro que deja de verse oscuro al estar en mi

y la oscuridad me huye cuando me nombran.

Nunca nadie me entiende ni me conoce

piensan que soy una llama en el espacio.

No me siento ni viva, ni muerta solo porque no siento.

Me tienen lastima ante su incomprensión

y miedo ante lo conocido pero no sabido.

Yo les digo, soy la nada.