..sigo corriendo cuesta abajo, siempre en dirección al mismo bosque. Las raíces más antañas, se cansaron de sentir mis pies sobre la tierra, de sentir como la rapidez con la que intentaba escapar, hacía temblar su hogar. Me atraparon.. saliendo desde lo más bajo de la tierra, me sujetaron dejando mí cuerpo agitado tendido en la fría tierra. Los lobos y los búhos, cómplices observan desde las sombras cómo mí resistencia iba perdiendo fuerzas..

La oscuridad se disipaba, la luna se acercaba. Sin asombro alguno, se posicionó sobre mí, mirando hacía abajo y pude sentir como mí cuerpo cansado y apretado por esas raíces, comenzaba a recargarse, cómo cada duda era vencida por claras respuestas. La luna, decidió darme otra oportunidad, se cansó de ver como una de sus hijas solo corría en soledad..

El bosque lo decidió y la luna actuó. 

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