SIN HISTORIAS POR CONTAR
Miraba el reloj de la pared desgastada de aquella habitación que algún día fue testigo de aquellos logros que tan solo con tener una pluma y un cuaderno realizaba, aquella época en la que mi creatividad para escribir se desbordaba, cientos de mariposas se posaban en mi jardín, como si se tratase de un equipo de asesores que mi mente llenaban de ideas, miles como las estrellas, la luna misma era el testigo en cada noche de las páginas que lograba.
Aquel éxito que el libro se convirtió parecía ser el único recuerdo de mi carrera efímera como escritora.
Hoy el hambre y la penuria me acechaban;en la cocina solo había tostadas rancias y requesón acedo dentro de aquel viejo refrigerador, rodeado de cucarachas, hormigas, algunas ratas en la sala, pues recientemente no hacia la limpieza, ya nada me motivaba, era como si aquel ambiente de podredumbre fuera acorde a mi actual situación de carencia en mis finanzas e ideas.
Había una maceta fuera de casa, justo al lado de la puerta de entrada, había cientos de cochinillas dentro de ella, contenía una pequeña planta, que reflejaba una enorme sombraque hoy me acechaba. Pero confiaba en que pronto llegaría un brillante sol, un hermoso arcoíris el día de mañana.
Aunque después de vender casi nada de mis libros, mi silla y mi banco estaban rotos; podría decir que mis pocas posesiones de valor eran, esa pantalla de computador que había adquirido hace ya varios años atrás. Al lado un robusto diccionario, mi modesto celular y mis viejos anteojos, eran todo lo que hoy poseía.
Mi cabeza era un rompecabezas de confusión sin embargo después de tantas noches, atiborrándome de pastillas para doparme y lograr escribir algo; llegó para mí la oportunidad de refrescar consejos que mi memoria
guardaba, como un vaso de agua fresca que refresca una garganta seca, hoy confiaba en que algún día regresaran aquellas versos creativos, de prosa elegante y concisa, como si de cartas poéticas se tratase.
Y aunque hoy me sienta en soledad y alejada de la sociedad, como si estuviese en la lejanía de una isla, sé que la claridad en mis palabras regresara, las ideas volverán, y podre resurgir con historias nuevas que nunca tendrán final.
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